El debate político ha entrado ya en la fase de rutina presupuestaria. Los consejeros del gabinete Diego van presentando sus cuentas para el año que viene (ayer le tocaba el turno a los de Medio Ambiente y a los de Vivienda y hoy les toca a Ganadería), mientras sus contrapartes en la oposición empezarán en breve a criticarlos uno por uno, hasta ir desembocando en el cara a cara parlamentario de las comisiones de cada Consejería para acabar en la traca final del Pleno parlamentario de aprobación de los presupuestos.

Son unas cuentas por un valor de 2.446 millones de euros, con las que Ignacio Diego daba por superada la fase de los recortes, y prácticamente inauguraba la del crecimiento.

Crecimiento que en el documento se plasmaba en un aumento en las partidas para el empleo (un 25% mas), aunque, para subida, la de la deuda, que es ya la tercera consejería del Gobierno de Cantabria, después de Sanidad y Educación, y que acumula un alza del 35%, en realidad, lo que más crece de los presupuestos.

PREVISIONES Y PREVISIONES

El caso es que estos números se hacen sobre una base, unos cimientos que son las previsiones económicas: las cuentas públicas ‘cuentan’ con que el año que viene la economía cántabra crezca un 0,7% y los precios un 1,4% (es lo que se conoce como el PIB nominal, que sumado daría un 2,1%).

Son cifras que no coinciden con las que maneja el BBVA: el segundo grupo bancario del país, con uno de los boletines económicos más respetados, rebaja la euforia y sitúa el crecimiento de 2014 de Cantabria 5 décimas por debajo del de España. Un 0,4%. En cuestiones de PIB, tres décimas son un mundo. Y para este año empeora la cifra de recesión, que será de un -1,7%.

Y sobre la otra pata de los presupuestos, la supuesta subida de los precios en 2014 (que respondería a un incremento de la demanda, esto es, a que habría gente con ganas y, sobre todo, capacidad de consumir), tampoco está cuadrando mucho con la economía real.

Empresas importantes de la comunidad están convirtiendo en práctica habitual el ‘tirar’ los precios para conseguir los proyectos que se van moviendo, de modo que en muchos casos en la práctica están manteniendo la actividad, pero sin lograr beneficio.

En el mundo de la empresa (y en las economías domésticas) está sucediendo también que se están retrasando las compras, de modo que la lógica subida de precios va a tardar en producirse.

El tema de los precios y consumo afecta a la economía, no sólo como indicador de actividad y sus consecuencias para el empleo en determinados sectores, sino también por sus efectos sobre los ingresos públicos, por ejemplo, a través del IVA que llevan los productos.

De modo que los presupuestos parecen estar articulados sobre unas previsiones que no encuentran respaldo en los informes bancarios o en las cuentas diarias del mundo de la empresa, si bien es cierto que las cuentas se vienen caracterizando por un modesto nivel de ejecución respecto a lo previsto y porque, en el fondo, la principal prioridad es el pago de una deuda que, como vemos, no termina de parar de crecer.