La Autoridad Portuaria de Santander recaudará 8,1 millones de euros gracias a la instalación del Centro Botín de las Artes, tal y como recoge la concesión del proyecto.

En concreto, el Puerto de Santander tiene previsto recaudar un total de 223.322,33 euros anuales por la instalación del Centro Botín en los muelles de Albareda.

Esta recaudación es en concepto de las tasas por ocupación de espacio público que se cobrarán a la Fundación Marcelino Botín, entidad privada concesionaria del uso de los muelles.

Y a esta cifra habría que sumar los ingresos por tasa de actividad, que representará un 8% del volumen de negocio que mueva el Centro Botín.

Foto: F.Botín

El edificio diseñado por el genovés Renzo Piano fue otorgado a la Fundación a través de un concurso al que formalmente pudieron haber concurrido otros particulares o entes privados, pero al que finalmente sólo acudió la Fundación Marcelino Botín.

La concesión se prolongará durante un período de 35 años. Afecta a 2.827,53 metros cuadrados en terreno y a unan superficie de 656,4 metros cuadrados de vuelo sobre la lámina de agua.

La instalación del Centro se presenta como desarrollo de todo el proceso de integración del Puerto en la ciudad y de los sucesivos convenios de colaboración entre las Administraciones (Estado, Puerto, Gobierno regional y Ayuntamiento), que permitieron cambios en usos portuarios.

Una orden del Ministerio de Fomento en abril de 2012 abrió la posibilidad de nuevos usos en estos espacios, que luego quedaron confirmados por una orden del Gobierno autonómico, la modificación número 8 del Plan Especial del Sistema General Portuario, que permite los usos culturales, al entender que parte de los usos específicos portuarios habían perdido vigencia ante el traslado futuro del atraque de los grandes buques al muelle de Raos.

Ese cambio fue el que llevaron a los tribunales las asociaciones integradas en DEBA (la plataforma en Defensa de la Bahía) Arca, Ecologistas en Acción y Cantabria Nuestra, que alegaban que el cambio en los usos portuarias tiene unos efectos tan amplios sobre el urbanismo que la modificación debería hacerse a través del Plan General de Ordenación Urbana de Santander.

Eso es lo que se ha fallado esta semana por la Sala de lo Contencioso-Administrativa, que ha dado la razón a los demandados: Gobierno, Ayuntamiento, Puerto y Fundación Botín.

La sentencia ha dejado tocada a Deba, a la que le imponen además las costas. La plataforma examina en profundidad el fallo antes de decidir sus próximos pasos.

Mientras, las obras experimentaban esta semana un importante avance con la instalación de la celosía de sus fachadas, de modo que el edificio va cogiendo cada vez más su forma definitiva.