¿Re(in)ventar la profesión?

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El pasado 22 de abril se produjo uno de los mayores ataques a la libertad de expresión que se pueda recordar en años en Cantabria. Y este sábado, la Asociación de la Prensa de Cantabria (APC) y la Universidad normalizan, institucionalizan, oficializan y naturalizan la actitud del responsable del cerrojazo a Buenos Días Cantabria,Alberto Ibáñez, a quien le conceden un reconocimiento social que no merece y que refuerza la impunidad de conductas que son repudiadas por toda la sociedad.

Desde aquel 22 de abril, la Asociación de la Prensa de Cantabria ha mantenido una postura equidistante sobre aquel conflicto, con un único comunicado -del que no hay rastro- en el que ofrecía una mediación entre las partes, antes siquiera de mostrar interés por conocer la versión de los hechos que tenía Emmedios.

La presidenta de la APC, Dolores Gallardo, accedió posteriormente a mantener un encuentro con Emmedios, a petición nuestra. Le pusimos en conocimiento de unos hechos que consideramos gravísimos. Sin embargo, la posición de la asociación de la prensa se ha movido entre la pasividad y la equidistancia. Nunca más se pronunció ni quiso profundizar en los hechos denunciados. Desde Emmedios aceptamos aquella postura de equidistancia, con cierta resignación y con afán de mirar hacia adelante.

foto post censura

Ilustración: Christian Allende Carreño

Pero creemos que ahora la neutralidad queda rota y desnivelada hacia la parte agresora, con la invitación y el mantenimiento de Ibáñez en este foro en el que se va a hablar de reinventar la profesión. Esto supone, no sólo alterar esa postura equidistante de la APC, sino además otorgar un reconocimiento social y profesional a un empresario que es responsable de una de los mayores actos de censura informativa cometido en Cantabria en los últimos años.Sabemos que la elección de Ibáñez como moderador del debate fue previa a la consumación del cerrojazo a Buenos Días Cantabria, pero no podemos entender que, después de esa fecha, la APC haya mirado para otro lado, obviando con ello la amplísima reacción social de rechazo de aquella maniobra.

Además, cuestionamos, mucho, que el responsable de Ediciones del Norte sea la persona adecuada para hablar de «reinventar” la profesión, no sólo por ser el ejecutor del cerrojazo, sino por su confesada dependencia editorial de sus anunciantes en un tiempo en el que los lectores demandan más independencia.

Finalmente, e independientemente de lo sucedido en abril, en Emmedios dudamos mucho de la legitimidad de Ibáñez para hablar de retos de futuro en esta profesión: por su falta de adaptación a los cambios en la sociedad y en las instituciones, y por su nula presencia en Internet y las redes sociales que son fundamentales en todos los nuevos proyectos periodísticos en la actualidad, con los que obvia las últimas tendencias del periodismo.

En definitiva, por un alejamiento de la realidad que un periodista jamás puede permitirse.

Guillem Ruisánchez y Oscar Allende.

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