Dos años en la puta calle: la PAH de Santander, de aniversario

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Y llegó un día en que todos miraron a la calle. Esa calle en la que muchos empezaron a verse fue la que usaron para combatir el problema. Porque la calle produce pavor. Y no sólo a los que temen quedarse en ella. También a quienes no la pisan y han hecho de ignorarla un arte.

Reviso mi Dropbox buscando en los guiones de Buenos Días Cantabria las veces que se ha hablado de desahucios: Juan Ramón, de Torrelavega, disfrazado ante su oficina, en contacto con el 15M local, y de allí surgió la Plataforma de Afectados por las Hipotecas de Torrelavega, la primera de Cantabria. Eso fue en la primera etapa del programa, cuando ni siquiera lo producíamos nosotros.

Sigo buscando y veo las primeras referencias: un “se empieza a plantear”, un “se estudia” y un “se crea” la PAH de Santander, y los primeros casos.

Ocupación de una oficina bancaria para negociar ejecuciones

Ocupación de una oficina bancaria para negociar ejecuciones

Nuestro proyecto periodístico lleva en pie dos años y pico, y ellos cumplen justo este domingo dos años. Les vimos nacer y lo contamos, aunque en el fondo ya nos conocíamos. Ya sabéis que en Santander todos somos primos, y a algunos les habíamos visto antes, cuando ‘pararon’ por la Porticada en aquel mes de mayo.

Firmaron nuestro manifiesto y nosotros firmaríamos el suyo.

Durante estos dos años, unos y otros, como tantos, porque no nos ha quedado otra, hemos coincidido en la calle.

Nosotros, porque es donde estaban las noticias. Matizo: las noticias que nos interesaba contar. Y ellos, porque es donde iba acabar la gente que acudía a ellos. A ellos, y no a otros. Y porque es desde donde se podía presionar. Nada que hacer en los despachos.

Hay cifras. En estos dos años han ayudado a 168 familias, han conseguido 25 daciones en pago, cinco condonaciones de deudas, 15 alquileres sociales, y tres acuerdos en base al Código de Buenas Prácticas.

Han parado tres desahucios en el momento en que se iban a producir, y no pudieron con uno, un alquiler. Les bloquearon los accesos y no pudieron. No pudieron.

Hay palabras que hemos aprendido con ellos. Dación en pago (entregar la vivienda para salvar la deuda). Escrache (los seguimientos a políticos como forma de protestar). La historia de la PAH es una mezcla de palabras técnicas y nombres propios (Fina. Salva. Amparo) que se convierten un poco en familia, porque a todos les une el mismo apellido, SE QUEDA.

Los compañeros de Juan pararon el desahucio de su familia en Astillero

Los compañeros de Juan pararon el desahucio de su familia en Astillero

 

Hay grandes hitos, de los que emocionan. Doscientas personas paralizaron el desahucio de la familia de Juan, en Astillero, que se había resistido hasta el final a pedir ayuda, porque reconocer dificultades es uno de los principales hándicaps al que se han enfrentado unos y otros. Pero Juan enseñó a mucha gente que no pasaba nada por decir “te necesito”. Para esto están.

El otro hito es Amparo y su lucha contra la expropiación, que ha conseguido movilizar a Santander como hace tiempo que no se movilizaba nadie en la ciudad en la que, por cierto, tímidamente, algo se mueve, y no podía ser en otro sitio que ahí, en la calle.

El momento duro fue ligado a la PAH de Torre, pero lo sufrieron todos: el suicidio de un afectado por ejecución hipotecaria, en Los Corrales de Buelna.

Fuera de las cifras, está la gente que tras solucionar su problema siguió siendo activista. Ahí tenéis a Fina. Y la comunidad creada en torno a las reuniones entre afectados que podían llegar a sentirse solos. Al final es cosa de sentimientos: de dignidad, de pertenencia, de familia, e incluso alguna que otra historia de amor.

En el camino les llamaron etarras, en un recurso tan gastado que resulta hasta cómico. Y fueron increpados por uno y otro partido. En el PP, en un mitin en las europeas con González Pons, les dijeron que por qué no increpaban al PSOE. A los dos días, en el mitin del PSOE, con Rubalcaba, les dijeron que cómo les podían hacer eso. Dirigentes decadentes les criticaron y el servicio de seguridad les zarandeó mientras dentro la militancia aplaudía a los activistas.

 

EL FOCO EN LA LEY

 

En el camino han puesto de manifiesto lo absurdo de la legislación hipotecaria española. Atentos, que es de locos. La justicia europea dijo, a instancias de un juez catalán por un caso concreto, que la ley hipotecaria española vulneraba los derechos de los consumidores, y pidió que se cambiara. La PAH impulsó una iniciativa legislativa popular para cambiar la ley, el PP estaba tramitando su propia ley y acabó integrando la ILP en su texto, para vaciarlo de contenido. El resultado, que varios jueces, entre ellos uno de Santander, siguieron viendo problemas, y lo volvieron a mandar a Bruselas porque no se había hecho lo que se había pedido: proteger los derechos de los consumidores. Está claro que lo de obedecer a Bruselas va según el viento.

Siguen a las puertas de la Consejería de Vivienda

Siguen a las puertas de la Consejería de Vivienda

Otro absurdo que pusieron de manifiesto: los pisos vacíos que la banca desvió al banco malo, a la SAREB, un ente con capital público que tiene al menos 300 pisos sólo en Santander. Otro: las VPO que no se adjudican. Pisos hay, posibilidades desde lo público también

Hace ya más de un año que nuestros gobernantes nos dijeron que los desahucios se iban a acabar gracias a un Código de Buenas Prácticas que los bancos firmaban de forma voluntaria. Ya.

El caso es que los bancos sí negocian. Hay que empujarles. Hay que ir a las oficinas y negarse a abandonarlas. Y entonces el director de zona acepta ir a una reunión y negociar, lo mismo que habían rechazado días antes.

De esta forma se han evitado desalojos y desahucios.

Pero, una vez más, las previsiones y promesas de una institución no se cumplieron. Los desahucios no han acabado.

Datos calentitos: de julio a septiembre de este año se presentaron 103 procedimientos de ejecución hipotecaria en Cantabria, cuatro más que los registrados en el mismo periodo de 2013. La cifra crece, un 4%, mientras que a nivel nacional baja, un 1,4%. Pero siguen sin desaparecer, que es lo que se nos prometió.

En cuanto a los lanzamientos practicados, durante el periodo analizado se llevaron a cabo en Cantabria un total de 125, tan sólo uno menos que en 2013. Esta estabilidad en las cifras contrasta con el comportamiento del país, donde los lanzamientos crecieron un 7,3% de media.

O sea, que hay reto. Que sigue habiendo trabajo por hacer. En cualquier momento la justicia europea vuelve a dejarnos en evidencia. En cualquier momento hay otro desahucio. La causa individual de los desahucios particulares se ha ido convirtiendo en una causa general contra el mercado financiero que está extendiéndose a todo un juicio al modelo especulativo, que sí, que ha vuelto, y que también expulsa a la gente. Es otro foco de acción. Y sigue siendo la calle.

Porque los despachos siguen cerrados. Hace ya meses que quisieron hablar con la Consejería de Obras Públicas. Abrieron el debate sobre el mercado del alquiler. Sobre unas ayudas que podrían emplearse mejor, en crear todo un sistema público de alquileres baratos. El consejero no les dio legitimidad para hablar sobre la materia. Así que hay siguen, con la puerta del despacho cerrada. Y en la calle.

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