Un día nos despertamos y descubrimos que nos habíamos convertido en algo diferente. Resultó que ya no éramos bipartidistas y que las encuestas, la última la de El Diario Montañés, le empezaban a dar más peso en Cantabria a partidos como Podemos y Ciudadanos.

En la era de las burbujas, lo que dice la encuesta es que el tsunami del PP de 2011 era algo muy inflado.

Gregorio Samsa

Porque Cantabria no es tierra de mayorías absolutas: sólo la ha conseguido Ignacio Diego en un contexto muy determinado, y antes que él otro presidente en otro momento. Ni siquiera el carismático Juan Hormaechea la tuvo: hubo de irse al mercado para conseguir los parlamentarios que le hacían falta para inseminar al toro que dejó por legado.

Y si Cantabria no es tierra de mayorías absolutas, entonces debería ser tierra de pactos y acuerdos. Que es lo que se hace fuera de San Rafael. Y que es lo que se ha hecho dentro en muchas ocasiones. Desde el pasado PSOE-PRC hasta el anterior PP-PRC, facilitado con la cortesía de (aquella) Izquierda Unida (la de Agudo), sin olvidar el breve Gobierno de gestión o los autopactos del PP con sus propias escisiones.

Por eso sorprende la demonización del pacto que lanza el presidente Ignacio Diego cuando prácticamente exige una mayoría absoluta que en Cantabria se ha revelado imposible, y que confirma la última encuesta; cuando critica otros posibles pactos de los que sólo habla él; y cuando obvia que él también puede encontrar nuevos aliados, como Ciudadanos, o recuperar viejos, como el PRC.

Porque en esto de los pactos manda Madrid, que ya ha demostrado menos piedad con piezas mayores.

También se ha desinflado otra burbuja, la del Ayuntamiento de Santander, con una vuelta a donde estábamos, a una mayoría absoluta, pero no absolutísima, en unos resultados que no dejan de ser un reconocimiento a que el equipo de De la Serna trabaja más (no decimos que mejor) y a que la oposición tradicional se lo tiene que currar más, y más allá de los meses previos a las elecciones, y a que la oposición nueva, la de los nuevos partidos, debiera dedicar todas esas energías de los procesos internos a la labor de fiscalizar. Durante años.

Y aunque Gregorio Samsa se despertó de golpe convertido en un escarabajo, en realidad las metamorfosis son poco a poco y en realidad se incuban durante años de ytumases, de condescendencia con la corrupción propia y virulencia hacia la ajena, y de repetición de argumentarios similares, desde el “vais contra el progreso de Cantabria” hasta el “no tienen alternativa”, pasando por los milimétricos argumentos cuando el debate va hacia lo nacional, que a veces es lo único que importa en Cantabria.

No sabemos en qué momento Podemos se metamorfoseó y se convirtió en un partido normal. Pero lo cierto es que su cuarta sevillana está resultando de lo más intensa, y el nivel de enfrentamiento está llegando a unos extremos que ni Rosa Inés García ni Lola Gorostiaga llegaron a imaginarse en sus mejores peores momentos. Pero ahora hay Facebook, un confesionario de gran hermano en el que unos y otros acaban por desahogarse, entre lo político y lo personal.

DE LA METAMORFOSIS A SER INVISIBLES

Hay metamorfosis que llegan al extremo, a la desaparición que parece ser la estrategia del regionalista Miguel Ángel Revilla, despertando poco a poco de su hibernación para adentrarse en el proceso electoral y confiando en hacerse fuerte en lo que siempre fue su principal baza: los ayuntamientos.

Pedro Sánchez visitaba este fin de semana Cantabria

A veces ser invisible es estrategia. O más bien discreción. En ese punto están resultando extremadamente generosos en Equo, facilitando las convergencias donde se puedan, en una actitud en la que están encontrando un buen aliado en Izquierda Unida, tanto en Cantabria como en Santander u otros municipios, con el caso de Ribamontán al Mar como exponente más avanzado.

La de Santander se presenta más complicada, porque hay varias confluencias en marcha. Tenemos la apuesta de Equo e IU. Y por otro lado, Podemos Santander impulsa una candidatura ciudadana, con una reunión que se celebra este martes para informar de los avances. Mientras tanto, destacados dirigentes de Podemos, como Marcos Martínez Romano, recomiendan (a título personal) votar en Santander a Compromiso por Cantabria, el partido que acoge a los exregionalistas Paco Sierra y Conchi Solanas.

Pero las peores metamorfosis son las que no se producen, como la de la lista del PSOE al Parlamento, que contradice al propio PSOE nacional y al PSOE de Santander en su apuesta por la renovación y las caras nuevas.

Nada que no conozcamos (incluyendo la exsecretaria general) en los cinco primeros puestos de la lista, aunque por atinar con las palabras, renovación no significa sólo ser más joven.