La Complutense advierte a la UNESCO de las presiones políticas para reabrir Altamira

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El Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid advierte en una carta a la UNESCO, la entidad responsable de patrimonio y cultura en Naciones Unidos, de los riesgos de la apertura de la cueva de Altamira, contra criterios e informes científicos y por presiones políticas tanto del Ministerio de Cultura como de políticos locales.

Pinturas de Altamira

Pinturas de Altamira

En concreto, en el documento avisan de que el nuevo programa del Ministerio de Cultura, que incluye la apertura parcial de la cueva a visitantes “plantea cuestiones importantes de la conservación y pone en peligro un legado frágil de suma importancia para la comprensión de la sociedad paleolítica”.

Según recuerdan, la gruta ubicada en Santillana del Mar fue inscrita en 1985 en la lista del Patrimonio Mundial por el valor de las pinturas paleolíticas, los famosos bisontes.

La pertenencia a esa lista incluye asumir una serie de principios, “el más importante de los cuales es que debe ser preservado para las generaciones futuras”.

También repasan para la UNESCO la trayectoria de la gestión de la cueva, con el cierre al público en el año 2002 por parte del Ministerio de Cultura, que pidió al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que llevara a cabo un seguimiento detallado del microclima de la cueva.

LA INVESTIGACIÓN Y LA REACCIÓN

Esta acción se desarrolló entre 2002 y 2012, y los resultados de la investigación se publicaron en la revista científica Science, en un trabajo en el que se evidenciaron los daños de la presencia humana a las pinturas.

Los firmantes del documento denuncian que pese a la publicación del artículo en Science, el Ministerio de cultura “se negó” a publicar el informe completo, y, por el contrario, ha ido dando pasos para promover la apertura de la cueva.

Entre ellos, informan, se encuentra un estudio que han encargado “a la carta”, bajo el título ‘Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso a la Cueva de Altamira, 2012‐2014’, cuyos resultados preliminares acaban de ser publicados.

El Departamento de Prehistoria incide en que ya desde el título se “revela” el propósito del Ministerio, la apertura de la cueva .

«El Ministerio optó por un experto de confianza, que dijera lo que quería oír»

También creen que los planes de Cultura quedan claros con la propia selección del director del nuevo programa, Gaël de Guichen, ingeniero de profesión, “cuyo conocimiento sobre Arte Rupestre Prehistórico no se ha reflejado en publicaciones en revistas científicas” y que ha declarado que está “a favor de la apertura de todo tipo de monumentos al público”.

Además, hacen hincapié en aspectos como el “abandono” de los argumentos que se manejaban para defender el cierre, o en la inversión económica realizada en la neocueva, una réplica para que se pudiera ver una simulación realista de las pinturas ante la imposibilidad de contemplar las originales y que no ha tenido el resultado esperado en visitas.

LAS PRESIONES POLÍTICAS

Y cargan contra los políticos locales, y la “presión” que han ejercido sobre los medios de comunicación “exigiendo la apertura de la cueva” o la emisión en TVE de un documental que defiende la tesis de la apertura.

“Creemos que la UNESCO y otros organismos internacionales comprometidos con la preservación del patrimonio cultural deben tomar nota de los peligros que las decisiones políticas suponen para la conservación de Altamira.”

A esto suman que el Ministerio ha encargado un segundo documental, y que ha financiado un nuevo proyecto de documentación fotográfica basado en un proceso de intensa iluminación.

Los profesores universitarios aseguran que no hay argumentos científicos para la apertura, por lo que e“sólo queda reconocer que es la presión política y las posiciones electoralistas” lo que se encuentra detrás de los planes de Cultura.

Y contraponen esta situación con la de otras cuevas rupestres, en las que se ha evitado la apertura incluso pese a la recuperación de las pinturas, para evitar ser excluidos de los listados de la UNESCO.

Desde el Gobierno de Cantabria, el presidente Ignacio Diego calificaba estas opiniones como «irrespetuosas» con los científicos que han venido elaborando informes y estudios sobre Altamira en los últimos años, además de defender el papel del Instituto de Prehistoria de Cantabria.

El asunto será uno de los temas que se aborden en el próximo Patronato de Altamira, el organismo en el que se sientan representantes de las administraciones, entre otros, y que tiene su siguiente encuentro la semana que viene, el próximo día 26.

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