El PP celebra un agónico empate técnico con Revilla en el paro

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En el juego de las elecciones que se decidirá el 24 de mayo, este martes se esperaba un dato que se ha planteado como un juicio final, una sentencia firme, condenatoria o exculpatoria del PP de Ignacio Diego; en la realidad no es más que una cifra. Hay muchas más.

Tenemos el dato de paro registrado del mes de abril, el último de gestión del PP de Ignacio Diego antes de las elecciones, el que se puede comparar con el último del Gobierno de Revilla antes de los comicios de hace cuatro años, en 2011.

El resultado es que, en las cifras, en la estadística, se produce un empate técnico. Estamos igual que hace cuatro años. El Gobierno de Ignacio Diego ha empatado con el de Revilla, en el último minuto del partido.

Ignacio Diego ha valorado los datos de empleo como su mejor aval para presentarse a la reelección

Ignacio Diego ha valorado los datos de empleo como su mejor aval para presentarse a la reelección

Esto sería motivo de absolución si en su investidura, Ignacio Diego hubiera prometido solemnemente… dejar las cosas como estaban Lo que pasa es que la apuesta eran 100 días que cambiarían Cantabria. Todos habíamos entendido que eran los primeros, aunque el esfuerzo ha sido en los últimos, desde febrero, sobre todo con el empleo municipal preelectoral y subvencionado.

Desde luego que la apuesta está perdida, porque cuatro años después, ninguna serie de 100 días ha cambiado nada en la región; como mucho lo ha dejado igual, en cuanto a los datos.

DATOS

Y decimos como mucho, porque hay muchos datos –además del paro registrado al término del último mes- que hay que revisar para saber si estamos mejor, igual o peor.

Porque la EPA, la del último trimestre, que refleja la percepción de los desempleados y su esperanza de encontrar un empleo, dibuja una Cantabria con 10.000 parados más que hace cuatro años. Recordémoslo.

Oficina de Empleo en Santander.

Oficina de Empleo en Santander.

Recordemos también que la población activa, la que sostiene a la población que no está en edad de trabajar (niños y jubilados) ha descendido en otros 10.000 según la misma EPA, la última. Es decir, menos fuerza de trabajo para sostener nuestro bienestar social.

Y 10.000 parece que es la cifra, porque 10.000 son los cántabros que se han marchado al extranjero en busca de oportunidades (y unos 20.000 se han desplazado a otras comunidades autónomas más prósperas que la nuestra).

Pero el dato de hoy es el resumen de un partido que se juega en el terreno de juego de la política (la ficción), y que en el último minuto empata el PP de Diego, de penalti injusto: con empleo ficticio, preelectoral y subvencionado. Con cursos de formación tan eternos como ineficientes en la recolocación, que sirven para descontar desempleo.

45.806 parados registrados en Cantabria hoy frente a los 46.532 de hace cuatro años es técnicamente lo mismo. Igualada. Empate. El PP de Diego empata, sufriendo mucho para igualar el record mediocre que dejó el bipartito PRC-PSOE.

Pero desde esa perspectiva, la del partido de las elecciones que se juegan los partidos en 19 días, el empate del paro registrado le sabe al PP a victoria, como cualquier empate que se consigue en el último minuto y de penalti, aunque sea injusto.

Porque después de mucho sufrimiento, de incumplimiento de promesas – la más flagrante: la asfixia ciudadana a base de impuestos cuando el contrato de 2011 ponía bajada-, lo más que ha conseguido este Gobierno del PP es dejar las cifras empatadas con las de abril de 2011.

EL TIPO DE MERCADO LABORAL

Dejar las cifras igualadas; las cifras, que no las cosas. Porque las cosas están objetivamente peor que hace cuatro años. Hay más desigualdad y más población en riesgo de pobreza. Y hay una nueva clase, la que sale a trabajar para seguir manteniendo su estatus: seguir siendo pobre, más pobre.

Los contratos que se firman hoy poco tienen que ver con los contratos que se firmaban en 2011. La realidad del mercado laboral ha cambiado mucho, tanto. El cambio es radical, aunque sea un debate al que ningún partido político se quiera asomar.

Cuando comparamos cifras, vale igual un contrato de 3 días para el Puente de Mayo o de dos horas por un periodo limitado que los contratos que había en 2011, que aunque ya empezaban a deteriorarse, no eran tan precarios como los de ahora.

Pero cuando comparamos realidades, sí que apreciamos grandes cambios: vivimos la era del minijob, de los efectos devastadores de las políticas de austeridad. Y esto, que es un fenómeno global que tiene muy poco que ver con las políticas de Revilla o las de Diego en Cantabria, debería ser al menos el punto de partida de un análisis riguroso de la realidad.

Esta es una primera conclusión, la de lo poco que hacen o pueden hacer nuestros gobernantes regionales para evitar dinámicas que son globales. De esto también deberíamos tomar nota en este día del dato interlegislatura, de la sentencia firme sobre la principal preocupación, en materia de paro (empate).

Ahora vienen las teorías: puede que 726 contratos (en la previa del puente de mayo, posiblemente temporales, seguramente precarios) le sirva al PP para sostener su discurso de la recuperación, pero ojo que el Gobierno de España está enviando previsiones de recortes mil millonarios en 2016. Lo que no es sostenible se acaba y el empleo subvencionado no lo es. Y las fiestas de la democracia, como cualquier exceso, conllevan duras resacas.

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