Las Gildas regresan a sus raíces en la temporada de la mayoría de edad

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Las Gildas se hacen mayores de edad. Este año cumplen 18 años desde que comenzaron su actividad reivindicativa por medio de actos festivos en colaboración con diferentes asociaciones.

En la última edición se hicieron itinerantes para llevar por todo Santander sus protestas, unidas a su ambiente musical, sus exposiciones y su inigualable comida.

Cartel de presentación de la inauguración de la nueva temporada de Las Gildas.

Cartel de presentación de la inauguración de la nueva temporada de Las Gildas.

Ahora, en la edición en la que se hacen mayores, quieren volver a los inicios, a su motivo de nacimiento.

Porque ellas mismas han percibido que «casi toda nuestra savia ha estado empujando hacia arriba, empeñada en el crecimiento de nuevas ramas, hojas y flores» pero consideran que «ahora es momento de poner atención en las raíces, algunas ya tan hondas que las sentimos lejos desde aquí, encaramadas a la copa».

Estas raíces son los proyectos con los que Las Gildas colaboran en otros lugares del mundo. Proyectos-raíz que apuestan por la transformación de estructuras, pensamientos y formas de vida de las personas. Y el objetivo de esta edición será convencer a sus seguidores a implicarse más profundamente en ellos.

CITA DOBLE

La presentación de esta 18ª temporada tendrá lugar este jueves, 22 de octubre, en el Centro Cultural Doctor Madrazo. Este encuentro de te y café será una presentación y charla de los proyectos ‘Casa Taller las Moyas’ (Bogotá) y ‘Cantabria por el Sáhara’.

Estas dos asociaciones contarán su realidad, qué es lo que hacen, qué han conseguido, qué necesidades tienen y cuál es el vínculo que les une a Las Gildas. El evento comenzará a las siete de la tarde.

Por otra parte, el domingo, día 25, a partir de las 13:00 horas, volverán a un lugar habitual, el Bar Bolero, y celebrarán en la calle San Celedonio el inicio de la temporada con música en directo, otras asociaciones amigas y la gente que quiera unirse a festejar la nueva etapa.

UNAS MUJERES LUCHADORAS

Las Gildas comenzó el 14 de febrero de 1998, cuando un grupo asambleario de mujeres unidas por su deseo de conocer y mejorar otras realidades, se comenzó a reunir todos los domingos en el bar El Bolero. A día de hoy, más de 100 mujeres han pasado por el grupo, y han llegado a formarse como asociación. Tradicionalmente, cada jornada se ha ofrecido una reunión aderezada con música, actuaciones y comida que ellas mismas preparan. Y con el dinero recaudado a lo largo de cada temporada han apoyado diversos proyectos en diferentes lugares del mundo.

En la asociación hay cuatro grupos de trabajo dominical y un equipo coordinador que canaliza las necesidades, objetivos y propuestas que van surgiendo. Además, existen comisiones con tareas específicas de cara a celebraciones o necesidades internas.

Trabajan desde dentro del grupo, ofreciendo charlas, encuentros con otros colectivos, tertulias o talleres. Y las celebraciones especiales de los domingos, junto a su unión a otros colectivos, forman parte de su trabajo de cara al exterior.

Su principal objetivo es apoyar proyectos que aporten un planteamiento transformador de la realidad, y que cuestione el actual sistema neoliberal y globalizador. Proyectos que sean concebidos a largo plazo y cuenten con poca cobertura desde otros medios, como ONGs, instituciones gubernamentales o medios de comunicación.

El concepto de comunidad debe ser primario en estos proyectos, pues deben estar centrados en el entorno en que se desarrollen. Con esas ideas, algunos de los planes que apoyan son el de Tiluchi, en Bolivia, una casa de acogida de niñas y adolescentes con alta vulnerabilidad. Gracias a su colaboración se les proporciona la atención que precisan para construirse un nuevo futuro.

También colaboran con el Sáhara, en coordinación con la asociación Cantabria por el Sáhara, apadrinando camellas para abastecer de leche, carne y lana a la población de los campamentos de Tindouf. Un proyecto que, además, crea varios empleos directos e indirectos. Están presentes, asimismo, en Haití, donde han ayudado a crear casas de acogida principalmente para niños; y en Palestina, donde ofrecen orientación legal a presos palestinos y sus familiares en Gaza. Proyecto en el que se coordinan con INTERPUEBLOS (España) y ADDAMEER (Israel).

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