Había 2.500 papeletas en juego para una sola persona ganadora de la original cesta-estantería que el Barrio del Buen Vivir, en el centro de Santander (el entorno entre Cisneros y Magallanes, ‘el otro centro’, como también se hacen llamar) sorteaba entre las personas que en las fiestas de fin de año han practicado un consumo responsable y un ocio activo y creativo.

La entrega de la cesta

En el sorteo, celebrado en el Café Ópera, uno de los proyectos del Barrio del Buen Vivir, la agraciada fue Pilar Martín, vecina de Escobedo y que logró su participación en el sorteo haciendo una compra en el espacio de comercio justo que Intermon-Oxfam tiene en la Calle Cervantes.

“Estoy feliz, es como si hubieran llegado los reyes magos otra vez”, decía Pilar Martín ayer lunes 18 de enero, cuando pasó a recoger la cesta-estantería con productos ecológicos, productos manufacturados únicos, libros, cerámicas o vales para el disfrute de servicios de ocio y aprendizaje en el Barrio del Buen Vivir valorada en casi 600 euros.

La propuesta del Buen Vivir para las fiestas era original por diversas razones. Primero porque premiaba a las personas fieles al “otro centro de Santander”, el eje Cisneros-Cervantes-Magallanes en el que se da una alta concentración de proyectos, comercios y colectivos que fomentan el consumo de cercanía, responsable, ecológico y justo.

Segundo, porque en lugar de turrones y cava incluía una serie de artículos y propuestas en la línea de la filosofía del Buen Vivir, en el que la calidad y la calidez de vida prima sobre la cantidad o las marcas.

En tercer lugar porque consolida la propuesta de los ya 21 asociados entorno al Barrio del Buen Vivir, decididos a darle un aire de renovación a esta zona con actividades coordinadas que permitan un disfrute de la ciudad donde la cercanía y la empatía sean las señas de identidad.

Los siguientes pasos del Barrio del Buen Vivir serán la activación de su página en internet, así como el anuncio, en breve, de las actividades conjuntas para este invierno.