Vuelve el debate de las ayudas públicas al Racing

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Cinco años después de esta imagen, Revilla medita inyectar dinero público en el Racing

Cinco años después de esta imagen, Revilla medita inyectar dinero público en el Racing

Cinco años después de firmar la venta del Racing de Santander, en Zúrich, al empresario indio Ahsan Alí Syed, el Gobierno de Cantabria vuelve a negociar con el club más representativo del deporte cántabro. El objeto de las reuniones sigue siendo la delicada situación económica del club y las fórmulas para una posible inyección de dinero público.

Las negociaciones se han llevado a cabo sin el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, pero sí con tres de sus consejeros: Juan José Sota, de Economía; Francisco Martín, de Industria y Turismo; y Ramón Ruiz, de Educación.

Los tres se han reunido con Manolo Higuera, el presidente racinguista. Sin embargo, no ha trascendido nada de lo hablado en esa reunión, porque ese es el compromiso entre las dos partes. Si no se firma nada, no se hace público.

Este silencio provoca todo tipo de especulaciones. Se especula sobre la cantidad que daría el Gobierno: de 5 a 10 millones de euros, de forma plurianual y condicionado a un ascenso de categoría (para afrontar la deuda de 9 millones con Hacienda).

También se especula sobre la fórmula para conceder ese dinero, si publicidad en las camisetas o un cambio de nombre del estadio, por ejemplo. Todo, hasta el momento, enmarcado en la promoción del Año Jubilar Lebaniego 2017.

El presidente Revilla ya avisó en la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015 que haría todo lo posible por ayudar al Racing, aunque eso supusiera una inyección de dinero público. Y esa posibilidad ya está abierta. Lo que no se puede saber todavía es adónde llegará la negociación ni cuándo puede resolverse, en un sentido u otro.

Caprichos del destino o no, la fecha elegida para entablar las conversaciones coincide justo con el quinto aniversario de una venta que no puede traer sino malos recuerdos para el racinguismo y para los ciudadanos cántabros.

EL RECUERDO DE LAS AYUDAS PASADAS

La querella de CANTUR aún no está resuelta. La jueza Paz Hidalgo, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, señaló un quebranto de 43,8 millones de euros a las arcas públicas por parte del Racing, cuando todo había partido de un crédito de Cantur al club por valor de siete.

Esa querella ha pasado al Juzgado de Instrucción número cinco de Santander, cuya titular es la jueza Mercedes Compostizo. Por tanto, el asunto de hace cinco años sigue en el aire. Hablamos de casi 44 millones de euros de todos los cántabros que difícilmente podrán recuperarse alguna vez.

Por aquella gestión, entre otros, en la querella de Cantur hay dos consejeros de aquella época imputados: el titular de Economía, Ángel Agudo, presidente del PSOE de Cantabria y Francisco Javier López Marcano (PRC), del partido de Revilla.

En público, Revilla parece decidido a apoyar económicamente a esta empresa privada, a la que ya apoyó en su anterior etapa de presidente, aunque la operación tiene sus riesgos de coste político, que el presidente conoce a la perfección.

No parece prudente repetir la historia, meter otros 10 millones en un equipo de fútbol, con todos los precedentes que ha habido, y tomar una decisión de este calibre. Ni coherente, cuando el Gobierno PRC-PSOE acaba de aprobar un Plan de Emergencia Social. Es una cuestión de prioridades: ¿Habrá para todo? ¿El fútbol es una prioridad?

En la actualidad, la situación económica no ha mejorado sustancialmente. Ni la del Racing, ni la de Cantabria. Pero eso no parece un obstáculo para invertir en el equipo santanderino. El argumento es que hablamos de una empresa grande (por número de empleados), simbólica, icónica, y con capacidad de proyección el exterior.

Pero el Racing hoy juega en Segunda División B, la categoría de bronce del fútbol español. Y la marcha del equipo, con Pedro Munitis en el banquillo, no permite, hasta ahora, tener un optimismo desbordante respecto a las expectativas de ascenso.

Ya no suele aparecer en lugares relevantes de los medios de comunicación de fuera de Cantabria. Y si lo hace, sigue siendo por cosas negativas, como su aparición en el listado de grandes morosos con Hacienda o las causas judiciales pendientes, los desmanes de la etapa de Francisco Pernía y Ángel Lavín ‘Harry’.

Por tanto, es difícil sostener que el equipo sirva de altavoz fuera de la región para la promoción del Año Jubilar Lebaniego. Sus partidos no se escuchan en la radio, ni se ven por televisión, y en los estadios los ven centenares de personas, o a lo sumo unos pocos miles.

LA DELICADA SITUACIÓN ECONÓMICA DEL CLUB

El Racing necesita liquidez pronto. Debe entorno a nueve millones de euros a Hacienda. El embargo es la gran losa. En Segunda B, resolver eso se antoja muy complicado, por lo que la viabilidad se fía a un ascenso deportivo.

El Racing, en el momento de intentar impulsar la ampliación de capital con la ayuda de las instituciones

El Racing, en el momento de intentar impulsar la ampliación de capital con la ayuda de las instituciones

El negocio del fútbol se alimenta, en gran parte, del pastel de las televisiones. Los derechos suponen cuantiosos ingresos para los equipos más fuertes, pueden salvar a los de Primera División que no tienen tanto renombre, y son una inyección muy importante para los de Segunda.

En Segunda B, no existen apenas ingresos. Los patrocinios y la venta de entradas y abonos es lo que permite sobrevivir a los clubes, que deben andarse con mucho ojo para no desequilibrar los balances. Sin derechos televisivos que vender, es imposible cumplir con ese compromiso.

El club reconoció en su plan de viabilidad que necesita el ascenso para sobrevivir. No sólo por lo que debe a Hacienda, sino para cumplir con el Convenio de Acreedores recientemente modificado, y que conlleva devolver todo lo que adeuda, a empresas, exjugadores, exentrenadores y clubes, de aquí a 2021.

Uno de los casos más llamativos es el de Munitis, el actual entrenador del primer equipo, que es el exjugador al que más dinero se le debe, cerca de 800.000 euros. Quizá eso explique que la directiva haya resistido a las críticas hacia el técnico y le haya mantenido en el puesto, defendiendo además su implicación con el proyecto.

El Racing acude, por tanto, a esta negociación con el Gobierno, cruzando los dedos, porque una ayuda económica puede ser la única cosa a la que agarrarse para asegurar un futuro a la entidad. Si se le cierran este tipo de puertas, sólo una mejora de su estatus deportivo actual puede salvarle de la liquidación, una amenaza que planea desde hace tiempo por los Campos de Sport de El Sardinero.

Y está vivo el recuerdo de la venta a Alí Syed en Zurich, que lejos de disipar la amenaza de liquidación, cinco años después, ha quedado tajantemente demostrado que aquello fue una estafa que ha costado muchos millones de dinero público a toda la región. De ahí que preocupe que la administración autonómica piense en tropezar de nuevo en la misma piedra.

LA IMAGEN DE REVILLA

El presidente cántabro no dudó en confiar en el empresario indio, que sigue teniendo una orden de busca y captura contra él por parte de Interpol, ahora igual que hace cinco años. Revilla vendió ilusión, esperaba poder tener por Santander muchos años a este «hombre rico y sabio», pese a que había sido rechazado por la Premier League como posible comprador de un equipo de la primera división inglesa.

Negoció con él, le recibió como a un salvador, se lo llevó de paseo por la ciudad, le acompañó en los partidos en el palco, aparecía junto a él fumando puros con una cara llena de orgullo, se abrazaba con él en cuanto había algún mínimo motivo para ello, hasta dieron ruedas de prensa juntos.

La estafa de Alí Syed no puede achacarse únicamente a este empresario. Ni aunque el Gobierno regional lo hiciera todo con las mejores intenciones se les puede exonerar de toda responsabilidad. Menos aún después de leer lo del quebranto de casi 44 millones de todos los cántabros.

La diferencia con la situación actual es que los dirigentes del Racing han cambiado. Ya no se trata de los indignos, no son los Pernías ni Harrys ni Montalvos de entonces, ahora hay un equipo que parece trabajar duro para solventar la situación, y que cuenta con una aceptación social y legitimidad para el racinguismo.

Pero una cosa es la proyección exterior, y otra la sintonía en los despachos. El presidente Manolo Higuera pertenece a un grupo del entorno del Racing, formado sobre todo por abogados, que han denunciado públicamente y que han colaborado para que se juzgue la estafa del Racing, de los años en que Revilla era presidente.

Con dos frentes judiciales abiertos que tocan la cuestión, uno más político, el de la querella de CANTUR, que toca directamente al PRC y al PSOE, y otro más específico, el de la querella de los exjugadores (impulsada por Higuera), la nueva administración de Revilla puede manejar los tiempos.

Ningún político abre el grifo del dinero público sin poner algún tipo de condición, alguna figura afín de control. Y la relación de Revilla con Higuera, con todo su equipo de colaboradores, no es precisamente de confianza. El cebo de la ayuda pública, con el pretexto del estudio de las fórmulas, puede llevar a que se dilaten los plazos hasta que el Racing esté al límite.

Por este mismo motivo, otro tipo de acción política tampoco se está produciendo. Como la búsqueda de inversores que ayudaran a paliar la situación (basta con mirar el poder de convocatoria de la cena de FITUR para ver la capacidad que tendría Revilla de explorar esta vía, si quisiera ayudar al Racing).

Tampoco el diálogo directo entre el Gobierno de Cantabria y Hacienda, para negociar un calendario de pagos de la deuda que permita levantar el embargo al Racing, para coger aire y devolver el dinero en un plazo más amplio (con un planteamiento de viabilidad que Hacienda ha aceptado con otros clubes de fútbol y empresas de todo tipo en el pasado).

En el horizonte, las prisas que se ven son las del club, no las del presidente del Gobierno. Los escenarios posibles en el futuro son múltiples, mientras el tiempo se le va agotando al actual equipo gestor racinguista. La única prisa que puede mostrar Revilla es para resolver la situación en la presente legislatura, a la que le quedan todavía más de tres años para expirar.

Pero el Racing no tiene tanto tiempo.

ACUERDO CON EL AYUNTAMIENTO DE SANTANDER

El mismo día que se reunía con los tres consejeros del Gobierno cántabro, Higuera también se ha sentado con el alcalde de la ciudad, Íñigo de la Serna, que ha refrendado su apoyo institucional al Racing, pero no es el mismo tipo de apoyo que podría brindarle Revilla.

En este caso se trata de acuerdos de colaboración, que se amplían para que el club pueda hacer publicidad en los alrededores del estadio sin pagar tasas por la ocupación de la vía pública, mientras que el Consistorio puede realizar campañas de promoción en los días de partido.

Hay que recordar que el estadio y las Instalaciones Nando Yosu, donde entrenan los equipos del Racing y juegan los que no son el primer equipo, pertenecen al Ayuntamiento. Por tanto, pensar en que el club reciba un dinero por cambiar el nombre de los Campos de Sport no parece tener mucha lógica. Debería ser el titular del espacio quien se embolsara las ayudas o subvenciones que lleguen por el cambio de nombre, y no el equipo que las utiliza por un acuerdo con la corporación municipal.

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