Las empresas del grupo Fraile y Blanco, adjudicatarias recurrentes de consejerías socialistas en el anterior período de Gobierno PRC-PSOE, conocían el proyecto de televisión de SODERCAN, antes de que se fuera a licitar.

Sede de la empresa, en el Río de la Pila

Es una de las conclusiones a las que llega el equipo interventor del Gobierno de Cantabria que ha auditado las cuentas de esta empresa pública de políticas industriales tras examinar los contratos, en un informe difundido por Podemos y consultado por EL FARADIO.

Se trata del proyecto TVIP, dividido en seis fases por un valor total de más de 720.000 euros, de las que tres fueron adjudicadas a empresas o sociedades ligadas al grupo Fraile y Blanco, como la matriz Fraile y Blanco o Comunicación Genial.

Esta última sociedad, además, estaba participada por la propia SODERCAN y la Universidad de Cantabria, de modo que sucedió que SODERCAN realizó una adjudicación a una empresa de la que era parte.

UN PROYECTO CONOCIDO ANTES

Comunicación Genial presentó su propuesta en marzo de 2009, es decir, antes de que se sacara a licitación el proyecto (la licitación es el momento en que se hacen públicas las condiciones y características, fue en abril de 2009) y el interventor sospecha que si presenta la oferta antes de que se hicieran públicas es porque se vulneraron los principios de confidencialidad).

Y ya en septiembre de 2008 la Universidad, SODERCAN y Fundestic (otra fundación ligada a Fraile y Blanco, es decir, los que de algún modo acabarían siendo socios en Comunicación Genial) manejaban un documento de trabajo sobre producción audiovisual, incluyendo entonces un Plan de Negocio para el período 2008-2011 que reflejaba ya ingresos por la televisión de SODERCAN.

El interventor también apunta la proximidad de fechas entre la creación de la empresa Comunicación Genial y la licitación del proyecto de la televisión (apenas un mes de diferencia).
Son indicios que hacen pensar al interventor que existe una “interrelación directa” entre la creación de esta empresa y la adjudicación de proyectos concretos desde SODERCAN.

UN PROYECTO EN SEIS FASES

El interventor llama la atención sobre que a pesar de tener seis fases en realidad era un único proyecto cuyas fases no podían concebirse por separado. Al fraccionarse, el gasto era inferior y se evitaron ciertas condiciones de transparencia y publicidad.

De hecho, la primera fase se adjudicó de forma directa, pues Fraile y Blanco la presentó como proyecto piloto, experimental, de prueba. Y lo hizo a solicitud de la propia SODERCAN, según la documentación que han manejado los interventores. Pese a ello, se presentaron otras dos propuestas, que partieron de empresas relacionadas con Fraile (CSI y Comunica 21), sin que conste informe que motive la elección.

Hubo otras fases de este proyecto en los que no se solicitó documentación sobre aspectos como su solvencia o capacidades.

LA ZONA PROFESIONAL

La intervención también se refiera a otro proyecto en el que se cruzan la empresa pública y el grupo Fraile y Blanco, el proyecto Profesional Zone.

Juan José Fraile

Una iniciativa se estructuró en cinco fases, y de cada una de ellas se encargó una empresa ligada de algún modo al entramado de Fraile y Blanco.

De hecho, la Intervención General del Gobierno de Cantabria llama la atención sobre este aspecto, el hecho de que se dividiera el proyecto en cinco fases (puestas en marcha en un plazo de seis meses) a pesar de ser el mismo y no poder concebirse de forma separada.

La Intervención considera que se fraccionó el contrato sin ser conveniente, lo cual impidió que se sometiera a las normas habituales de contratación (incluyendo las de transparencia y publicidad).

En ninguno de los cinco contratos se documentó la necesidad del proyecto, y los pliegos no recogían condiciones precisas y objetivas para la licitación.

Y se añade que tanto la televisión de SODERCAN como el proyecto Profesional Zone se adjudicaron a empresas vinculadas entre sí, con Juan José Fraile como persona común entre todos.