Algunos proyectos y prácticas de SODERCAN que recoge el informe del interventor

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La empresa pública SODERCAN, acrónimo de Sociedad para el Desarrollo Regional de Cantabria, se encarga de políticas industriales y económicas en la comunidad autónoma.

El informe del Interventor entre los años 2009 y 2012, difundido por Podemos y analizado por EL FARADIO, permite descubrir algunas de las inversiones de esta sociedad y algunas prácticas, en los años en los que a su frente estaba, como en la actualidad, Salvador Blanco.

-Sodercan continuó con la inversión en Greyco pese a no verla viable

Estado de las instalaciones de Greyco en febrero de 2015

Estado de las instalaciones de Greyco en febrero de 2015

El Consejo de Administración de SODERCAN, en el que hay además de representantes del Gobierno, miembros de la patronal, la Cámara de Comercio o los sindicatos, no vio “viable” el proyecto para Greyco, la fábrica de San Felices de Buelna recién comprada por el grupo Fucansa: les pidió cantidades que comenzaron en un millón de euros y se elevaron hasta los cinco millones

Pese a ello, y que así se consideró por unanimidad ante la imposibilidad de examinar el Plan de Viabilidad, la empresa pública acordó dos meses después iniciar negociaciones con la empresa para intentar que recuperara la actividad.

El resultado, una inversión de 9 millones de euros sin control y que no se tradujo en un reflotamiento de la actividad, además de acarrear a SODERCAN pérdidas por valor superior a 4,5 millones de euros, en una labor que contó con el asesoramiento del abogado Emiliano Garayar y otros dos despachos.

Es más, la empresa pública subcontrató la labor de vigilancia a una tercera compañía, Athitmos, que hizo transacciones por valor de 20 millones de euros como consecuencia de ese contrato sin que fuera supervisada.

-Sodercan no pedía solvencia económica a las empresas que financiaba

A la empresa La Compañía de Cubiertos se le concedieron créditos por valor de 850.000 euros (sin interés alguno) por conceptos que incluían directamente el pago de sus deudas o de prejubilaciones de trabajadores, y a Gebiosa para afrontar sus problemas de tesorería, aunque en otro caso, AMC, no constaba ningún concepto (y venció sin ser devuelto, 300.000 euros), y que se sumarían a los 5,6 millones de euros para GFB. Ninguno fue recuperado. Y la refinanciación de créditos era una práctica recurrente.

-‘Facilities’ económicas para el ‘bunker del Santander

Una empresa del grupo del Banco Santander recibió al menos 3 millones de euros de la empresa pública SODERCAN para la implantación de un Centro Tecnológico en el área industrial de Marina de Cudeyo.

El CPD del Santander

El CPD del Santander

Centro Tecnológico de Cantabria es la denominación del proyecto en torno al cual gira el CPD (Centro de Proceso de Datos) del Santander, conocido también como el bunker

Y Santander Global Facilities es una empresa del grupo Santander que se dedicaba a la gestión de las operaciones inmobiliarias y relacionadas con los edificios y sedes.

Esa empresa es la beneficiaria de un convenio, firmado en 2010, para la implantación de un Centro Tecnológico en la zona, por un valor, el convenio, de 5 millones de euros, de los que para 2011 se habían abonado ya tres.

El convenio se firmó en 2010, a propuesta directa de Salvador Blanco, sin que el interventor haya encontrado referencias a que fuera aprobado por el resto de los miembros del Consejo de Administración.

-Sobrefinanciación a una empresa «puente» para la eólica marina

Sodercan realizó inversiones por valor de 4,3 millones de euros en IDERMAR, sociedad que estaba participada en un 40% por Apia XXI, y el resto se repartía a partes iguales entre Sodercan, la Fundación IH y la empresa Helium, y que se encargó de la construcción de una plataforma flotante para la generación de energía eólica marina, a través del oleaje.

Izado del mástil de Idermar

Izado del mástil de Idermar

Apia venía trabajando en un proyecto de investigación similar desde antes de que naciera IDERMAR, y cuando se constituyó la empresa, le abonó 3,9 millones de euros en concepto de propiedad intelectual. Para financiarlo, se le hizo un préstamo de 3,1 millones de euros, que se repartieron todos los socios a partes iguales.

Después se incorporó una variante, una boya marina, a un precio de 6 millones de euros que IDERMAR debía abonar a Apia y que llevó a tener que pedir nuevos préstamos.

Pero finalmente SODERCAN abonaría préstamos por valor de 2,3 millones de euros que sólo recuperaría si IDERMAR generaba beneficios.

Al margen, Apia recibió un préstamo estatal de 1,5 millones de euros para el proyecto junto a una subvención que no fue dirigida a reducir el coste del proyecto y que coincide con otras aportaciones recibidas por otras vías (la propiedad industrial)..

Es decir, la intervención resume que se incrementaron los presupuestos (en 1,2 millones), y que hubo una sobrefinanciación del proyecto, en la que SODERCAN acabó aportando el 40% de las cantidades pese a tener un 20%, la mitad, de las participaciones.

El interventor concluye que en realidad Idermar fue una empresa puente para conseguir financiación para un proyecto de Apia.

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