El camino del refugiado (Obra de Mar Pajarón)

Mientras Europa cree que puede tapar sus vergüenzas,  mediante Tratados, devoluciones en caliente y simulacros de legalidad, palas y  excavadoras reducen a escombros el campo de refugiados de Idomeni.

“Barro, lluvia y hambre algunos están enfermos. Hay niños que lloran, la presencia del invierno”(Enrique Ríos)

Un invierno sin vuelta que no sabe de estaciones, ni de usos horarios, ni de equinoccios, ni calendarios. Un invierno pegado a las huellas del refugiado, del desplazado. Huellas que hay quien se empeña en borrar para no dejar rastro de lo que nunca debió suceder.

“Efecto constructivo -playa seca-, Efecto destructivo -playa seca-. Se hunden las aguas. Desaparecen las huellas. Invisible de lo visible. Visible de lo invisible. Respirando miedo. Comiendo desesperación. Vomitando dolor. Expulsando humanidad. S.O.S” (Mar Pajarón)

Algo que siempre ha estado ahí, pero que ahora sentimos como propio, como esa línea roja trazada por nuestra conciencia. Un línea cada vez más delgada. Una línea que no estamos dispuestos a cruzar. -Ojalá no se borre del todo-. Una línea que nos recuerda todas aquellas que dejamos atrás y que, quizás, sea hora de ir desenterrando:

“Niños, hombres y mujeres cruzan la frontera huyendo de una guerra que también es nuestra” (Enrique Ríos)

La responsabilidad llamando a la puerta, con la sombra de la culpa rondando nuestras cabezas,   y un felpudo de Bienvenidos rodeado de concertinas: –Solo son palabras, no te atrevas a pisarlo, pone al otro lado. Solo son palabras, no te atrevas a pisarlo gritan nuevas esvásticas disfrazados de “Primero nosotros…”. Un nosotros construido con pedazos de intolerancia, miedo, ignorancia, necesidad y un Ego tan frágil e inseguro que necesita de la manada para creer que es alguien. Para sentirse protegido, impune. Para apropiarse del aire que respiras y asfixiarte.

“Queréis encerrar algo que no tiene cuerpo, que no sabe de naciones ni idiomas, propiedad de todos; que no pertenece a nadie. Y vosotros os habéis erigido como propietarios absolutos, Guardianes implacables y devastadores: No es vuestro, no es nuestro, no está fuera. Eso que queréis encerrar habita en mi corazón, desde siempre. En el mío, y en el de Él, Ella, ese, aquel…” (Chari Puras)

Mientras miles de vidas desplazadas, reubicadas, realojadas, o cualquiera de los eufemismos para el decálogo de los innombrables, se diluyen en esta Totalitaria cotidianidad, a este lado de la valla nos esforzamos por no acostumbrarnos a la barbarie, por no normalizar el horror, por no convertir sus vidas, sus rostros, sus historias, en las fotografías de otro catálogo de la Indolencia:

«He visto, con agua en la mirada, a niños fundiéndose en el centro de una pancarta, deshilachada por falta de una mano tendida, como se abandona a su suerte un galgo tras una cacería» (Isidro R. Ayestarán)

“El televisor me permite ver tu cara opaca de tristeza maquillada con lágrimas. No, no te creas un héroe esto solo ha comenzado. Los días para ti ya serán siempre noches al cuidado de extraños. Si eres muy afortunado…, no morirás deshidratado.” (Tatiana Perdiguero Oria)

El fantasma de las navidades pasadas se presenta sin avisar.

Es “El sabor ingrato del excluido a rastras, el temor miente si no tiembla. Las filas de los nombre se aprietan y se aceleran. Y caben a bocajarro dentelladas de_ y de escasez. Se pelea el peligro contra sí mismo y se arrepiente, cauto del DAÑO” (mar i bel Valdivia Palma)

Porque a golpe de verso nos descolgamos por el frágil hilo de la indiferencia con la incertidumbre de no saber de qué lado caer. Pero con la certeza, con la necesidad de hacer algo, de decir algo, de sentir algo, de creer en algo:

Porque «Habitan el mismo lugar, Se aferran a la vida y rezan…Y da igual que rezan, Rezan por el más sagrado, De todos los derechos.» (Juanjo Galindez)

Esos derechos que no se otorgan, que nos pertenecen por el simple hecho de nacer y que ninguna frontera, de ningún tipo,  debería mutilar:

“Sólo con tus brazos, contra la marea. Solo con tus brazos, contra la metralla. Sólo con tus brazos, contra la nostalgia. Sólo con tus brazos, contra tu conciencia.”(Paco Barrera).

Y así se va construyendo, a base verS.O.S, este cadáver exquisito del refugiado que fue, del que es, del que somos,  del que vendrá; arrebatando a la indiferencia su conformismo, y con el sueño de que ojalá fuera el único cadáver sobre el que escribir, sobre el que morir, sobre el que llorar:

“No te quedes con hambre y sin poder soñar, refúgiate en mí  y todo tu país, todos somos iguales, todos tenemos sed, todos somos refugiados por no saber vivir” (Espy de bachelor).

Este Domingo 29 de Mayo, de la mano de Mar Pajarón, estos versos sueltos cobrarán vida en la voz de sus autores mediante una ACCIÓN POÉTICA por LAS PERSONAS REFUGIADAS en el Bar Canalla c/ SOL nº3. (Entrada Libre). Lo recaudado irá destinado a la iniciativa «Baby Hamman/Yellow Tend» de atención directa a los niños y bebes víctimas de esta llamada «crisis de los Refugiados» y gestionado a través de la Plataforma ciudadana «Pasaje Seguro Cantabria con las Personas Refugiadas».

Con Mar Pajarón, Tatiana Perdiguero, Chari Puras, Jana, Espy de Bachelor, Isidro R. Ayestarán, Juanjo Galindez, Paco Barrera, Enrique Ríos, Elizo…y quienes seguro se irán sumando a lo largo de la semana. Entre ellas: Tú misma..;)