Impactante performance sobre el drama de los refugiados en Torrelavega

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octubre

Un torrelaveguense y su hijo atraviesan la frontera de la calle Consolación || Fotos: Asociación Cultural Octubre

Torrelavega se ha convertido por un día en uno de esos escenarios del desamparo mundial, encogida por las imágenes realistas de un coche bomba en la plaza del Ayuntamiento; de chalecos salvavidas perdidos a orillas de un peligroso mar imaginario en la Plaza Roja; de campamentos de refugiados caóticos; de zapatillas sin rostro que recorren un camino lleno de incertidumbres; de maletas acumuladas con las escasas pertenencias de un viaje que siempre se inicia con la urgencia de salvar la propia vida.

La performance, organizada por la Asociación Cultural Octubre de la capital del Besaya, un colectivo formado por artistas de muchas disciplinas y centrado en un trabajo «voluntario y solidario» con el que este sábado han conseguido el objetivo de hacer sentir a sus vecinos cómo es una vida A la deriva, al tiempo que nos preguntan: ¿Y si te pasara a tí? ¿Y si nos pasara a nosotros?

«El objetivo era que todos tomemos conciencia y nos pongamos en la piel de toda la gente que sufre», explica Aris Rosino en declaraciones a EL FARADIO. Es uno de los impulsores de la iniciativa y recuerda que a lo largo de la historia «nos ha tocado y nos puede volver a tocar».

El origen de la idea es la presencia en nuestro día a día del drama de los refugiados sirios, pero no sólo, también las víctimas de otros conflictos bélicos y situaciones de «desamparo, desigualdad y pobreza» en el mundo.

A través de nueve instalaciones por el centro de la ciudad, han representado el viaje que tiene que hacer un refugiado hasta encontrar una frontera. Y así, una fila de pares de zapatos han formado una columna de migrantes, con sus maletas en las que viajan con lo puesto, que son las únicas pertenencias que se pueden empacar cuando aprietan las bombas y el hambre.

 

 

Con suerte, después de recorrer kilómetros por tierra y de jugarse la vida en mares siempre hostiles, con medios muy precarios dispuestos por esas mafias que encuentran su negocio donde las instituciones niegan el auxilio, encuentran cierto avituallamiento en campos de refugiados donde el caos es la tónica y el hacinamiento el menor de los males.

Y al final del recorrido, siempre una frontera, una valla militarizada e infranqueable, que niega el auxilio vulnerando todos los tratados internacionales.

Una de las instalaciones de la performance ha consistido en una composición de seis cajas negras, en las que el espectador ha podido indagar en las explicaciones de estas vidas ‘a la deriva’, poniendo el foco en las clases política, militar o bancaria; o en la gestión de los recursos naturales, las minas de oro o diamantes, de los que «se reparten el pastel».

 

 

COLABORACIÓN DE OLMO CALVO

La intervención artística ha contado con la colaboración «desinteresada» del fotógrafo torrelaveguense, Olmo Calvo, freelance que ha estado cubriendo la crisis de refugiados en Idomeni, Lesbos y Atenas (Grecia), con seis de sus fotografías a tamaño gigante en la Plaza Mayor.

Calvo, ganador en 2015 del premio internacional de fotografía humanitaria Luis Valtueña, que ha estado varias veces en la última primavera trabajando sobre el terreno, se ha mostrado «encantado» de colaborar con la performance de la Asociación Cultural Octubre y por «la que han liado» en su ciudad, donde ha crecido y donde ahora puede transmitir este tipo de trabajos.

Recientemente, con motivo del Día del Refugiado (20 de junio) Calvo publicaba en El Confidencial ‘la nueva vida en España de Wasim’, la historia de un refugiado sirio que es «la historia de un éxodo», en la que cuenta su accidentado recorrido a España y la distancia que le separa de su familia, su madre y su hermano, que están en Alemania.

En conversación con este periódico, nos ha contado que en la actualidad trabaja en la historia de una familia kurda iraquí que conoció en Idomeni, que casualmente ha encontrado asilo en España en las últimas gestiones del Gobierno en funciones y están en Zaragoza asistidos por Cruz Roja.

Olmo Calvo es autor de los también premiados documentales No Job Land o Los que se quedan, la vida después de un suicidio.

Además, Torrelavega, que hoy se ha convertido en escenario de guerra, le ha concedido el honor de ser el pregonero de las Fiestas de la Virgen Grande de agosto a alguien que también conoce perfectamente estas realidades como el freelance español, Antonio Pampliega, autor de ‘Siria: la Primavera marchita’, entre otros títulos, y que recientemente fue liberado de uno de los secuestros más largos que han sufrido ciudadanos españoles víctimas del DAESH.

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