La cuenta de las inversiones «a coste cero»

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Comenzar la temporada de verano con una subida de tarifas es algo habitual, pero es llamativo llevarlo a cabo en uno de los mayores atractivos que tiene Cantabria: el parque de Cabárceno.

Y las circunstancias que han obligado a subir el precio de las entradas de acceso al parque han de ser tenidas en cuenta. El objetivo, tal y como lo ha justificado Cantur, es hacer viable el servicio de telecabina, que se pondrá en marcha a finales de este mes.

El teleférico de Cabárceno, la última inversión privada que pasa por caja pública.

El teleférico de Cabárceno, la última inversión privada que pasa por caja pública.

Ese proyecto que fue una de las últimas apuestas del Gobierno del PP, que lo remató estando en funciones al dejar que el empresario adjudicatario metiera las cabinas dentro del parque antes de finalizar las obras.

Se vendió entonces este servicio como una inversión que no le iba a costar dinero a los cántabros. Exactamente lo mismo que el Teleférico del Pas, que vuelven a reclamar los populares aprovechando que Podemos apoyó por error una enmienda que pedía recuperar el proyecto.

Ambos proyectos se aprobaron en circunstancias similares, aunque el del Pas sí que fue paralizado a tiempo cuando el tándem PRC-PSOE llegó al poder.

Las circunstancias similares implican que estas inversiones, supuestamente privadas, llevan el condicionante de que, en caso de no cumplir expectativas, será el Gobierno el que pague.

Es un chollo para cualquier empresario que se precie, acumulando ganancias y traspasando la responsabilidad de las pérdidas a los que siempre pagan los platos rotos: el resto de los cántabros.

El Gobierno regional se “ha puesto la tirita”, tal y como asegura el PP, y ha decidido que la viabilidad del teleférico pasar por encarecer las entradas al parque.

El contrato del Teleférico del Pas también contempla que se pase la cuenta a los cántabros si los cálculos de ingresos son errados, y de hecho tampoco parece un proyecto muy fiable.

Pero el Gobierno PRC-PSOE tampoco puede ponerse en el papel de salvador, porque la primera medida que anunciaron a su llegada al Ejecutivo es el rescate del puerto de Laredo.

De hecho, no desaprovechan ninguna oportunidad para poner en valor esta obra, en su utilidad para los cántabros y los beneficios que supuestamente trae un macro-proyecto que ha estado tan vacío de barcos durante años como de aviones lo ha estado el aeropuerto de Castellón.

Es el mismo discurso que se pasan unos a otros cuando se alternan en el Gobierno. Estando en la oposición todos critican estas macro-inversiones pero cuando llegan al Gobierno, todos actúan de otra manera y les entra la sed empresarial.

LA HIPOCRESÍA DE QUIEN LLEGA AL GOBIERNO

Cantabria fue de las primeras en tener tren a Madrid, pero aún no llega la alta velocidad.

Cantabria fue de las primeras en tener tren a Madrid, pero aún no llega la alta velocidad.

Y es que algo pasa en ese estrecho camino de la oposición al Gobierno que lleva, por ejemplo, de criticar duramente el cierre de la residencia de ancianos La Pereda, por parte del PSOE, con el PP en el Gobierno, a después ponerle precio y subastarla públicamente.

Cuando llegaron al Ejecutivo prometieron rehabilitarla y también acondicionarla para acoger refugiados pero, como con casi todo en el Plan de Acogida para los Refugiados, aquello se quedó en buenas intenciones y ningún plan exacto.

Porque eso es lo que hay: muchas promesas y ninguna cifra. Así lo han asegurado (con mayor decoración) desde la Dirección General de Cooperación a los voluntarios de Pasaje Seguro, que continúan trabajando para hacer realidad lo que se quedó en portadas de periódicos: una ayuda auténtica a aquellos que huyen de la guerra.

LA ERA DE LAS PROMESAS VACÍAS Y EL SERVILISMO

Parte de los problemas del ‘donde dije digo, digo Diego’, es que la mayoría de los partidos actuales viven en constante servilismo a las órdenes de Madrid.

Da igual si gobierna el PP o el PSOE, o si los que lo defienden son Podemos y Ciudadanos. Son partidos centralistas que tienden a obedecer.

Quizá esta sea una de las razones, que no todas, por lo que Cantabria está a la cola de España, aun esperando, y puede que para largo, la llegada de la alta velocidad ferroviaria.

Justo lo contrario que pasó ahora hace 150 años cuando se puso en marcha la vía del ferrocarril que unió Santander con Madrid, convirtiéndose en una de las primeras conexiones con la capital del reino.

Entonces, hace siglo y medio, conectar Santander con la capital del reino sí fue prioritario, por encima de la mayoría de las ciudades. Irónicamente, prueba de que todo es cíclico, llegó una crisis económica que retrasó durante décadas la conexión ferroviaria de otras ciudades importantes con Madrid.

Esto nos hace reflexionar, porque 150 años después se ha dado la vuelta a la tortilla y resulta que Cantabria tiene una de las pocas capitales de provincia a la que no llegó la alta velocidad antes de la crisis económica. Y puede que, como les pasó a otros entonces, la cosa vaya para largo…

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