Santander, ¡corre por Siria!

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Santander, ¡corre por Siria!

Santander, ¡corre por Siria! (viñeta del Paisa García)

Hay carreras en las que lo importante no es llegar el primero, sino tan solo llegar sin morir en el intento.

Carreras en las que las líneas de salidas han sido borradas por el último bombardeo.  En las que no puedes detenerte, por muy cansada que estés, porque hacerlo significa perder el aliento y no recuperarlo jamás.

Carreras en las que no puedes mirar atrás y si lo haces solo ves el punto de mira de otra bala perdida con orificio de entrada, sin orificio de salida. Son carreras en las que la meta simplemente es sobrevivir. Carreras en las que mejores marcas personales son aquellas que consiguen, al menos, cicatrizar.

Son carreras que solo quieren ganarle a esa muerte que aparece en forma de mafias, de muros y concertinas, de leyes, de fanatismo, de tasas de interés, de cuenta de gastos,  de cambia de canal.

Hay carreras que se convierten en el éxodo de millones de personas. La narrativa del exilio forzado en los trazos de un joven poeta refugiado que le pone versos a tantos silencios impuestos, a tantas bocas cerradas, a tantos refugiados del miedo, la intolerancia y la sinrazón.

Muhannad salió de Alepo hace algo más de dos años con destino Alemania. Y el mismo tiempo llevaba esperando en Turquía una oportunidad para alcanzar su meta, para lograr asilo en Europa. Por eso, tal vez, si le ponemos nombre, rostro y versos a un número, logremos que tantos y tantos otros, números sin rostro, cobren vida a través de una poesía.

Muhannad comparte su crónica del refugiado a golpe de verso para que, de su mano, caminemos por el delgado hilo rojo que cose, con puntadas de paso a paso, su conexión de internet a los burkas de seda y  papel moneda.

(…) Cuando das y no coges / cuando extiendes la mano hacia los otros / conscientemente ayudas / Tú, con tu humanidad / trabajando día y noche / solo por el motivo / de que alguien camine hacia el futuro / el mundo, entonces, se detiene / respiras más profundo / sientes la fuerza atroz de agua / no pides nada, / simplemente / reaccionas y sigues esforzándote

Su carrera, como la de millones de sirios, comenzó hace cinco años cuando en marzo de 2011, dentro de las denominadas primaveras árabes, miles de personas tomaran las plazas en busca de democracia. Tras cinco años de guerra, doce millones de desplazados y más de doscientos veinte mil muertos, (siempre cifras conocidas) cada vez  más preguntas sin respuesta, cada vez más rostros sin vida, cada vez más ruinas sin memoria, cada vez más humanos sin derechos…Y cada vez más muertos que cuentan menos.

 

Porque cada paso cuenta, Santander, ¡Corre por Siria!

Porque cada paso cuenta, Santander, ¡Corre por Siria!

 

Un éxodo masivo, un drama humanitario,  que nos supone a su vez un reto como sociedad. Santander- corre por Siria es un paso más en la carrera por afrontar ese reto, por buscar soluciones, por dar respuestas, por luchar contra el olvido y la indiferencia, por reivindicar algo tan básico y tan vulnerado como los derechos humanos.

Santander corre por Siria es de esas carreras en las que no gana el primero en llegar a la meta, sino todas aquellas personas que no renuncian a caminar, cuantas veces sea necesario, para no perder de vista ese horizonte de la utopía, una utopía reducida a mínimos de subsistencia.

Porque la utopía no está en el sueño inalcanzable, sino en el gesto que multiplica, en cada una de esas pequeñas acciones de gente corriente que no necesita colgarse medallas, sino que asume sus propias contradicciones con el propósito de hacer algo.

Porque hay carreras en las que  ganar no significa competir, sino no dejar a nadie atrás. Porque hay carreras en las que cada paso cuenta, en las que cada gesto deja huella. Porque  la utopía está también en el dorsal de una camiseta corriendo por aquellos a quienes no hacen más que ponerles zancadillas. Porque la utopía está también  en cada una de las pisadas que intentan cambiar las cosas con los pies en el suelo, pero sin perder de vista el horizonte.

Porque la utopía está también en cada una de las acciones  que intentan evitar que salte por los aires esa parte de nosotros y de nosotras que ve más allá de un D.N.I, del color de la piel o la bandera, o de la tela que cubre nuestra piel. Que ve más allá del velo rasgado por la intolerancia, el  miedo, o la ignorancia.  Y que es capaz de poner su pie sobre la pisada del refugiado, del perseguido, del exiliado y comprobar que calzan el mismo número, que encaja como si fuera la suya propia.

Por eso carreras como Santander- corre por Siria son de esas carreras donde  la victoria está en cada paso que precede al siguiente, en cada paso que hace camino, en cada paso que salta alambradas, que borra fronteras, tanto reales como invisibles. Que no se conforman, que quieren más. De personas que no están dispuestas a quedarse quietas sin hacer nada.

Porque cada paso cuenta: Santander, ¡corre por Siria!

Inscripciones Aquí: http://santander.correporsiria.org/

 

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