Al comienzo del otoño del PSOE, en el cambio de rumbo histórico que supuso el golpe de la jerarquía contra Pedro Sánchez y la instauración de un Gobierno provisional del partido para permitir la continuidad de Rajoy en la Moncloa; cuando el PSOE de los ERE de Andalucía cedió el paso al PP de la Gürtel en España, el líder de la Gestora, el presidente asturiano, Javier Fernández, justificó un nuevo tiempo para los socialistas: el partido se estaba «podemizando», advirtió. 

Pocos meses después, constatamos que las recetas para el partido son bien distintas que las que aplica desde dentro de las instituciones públicas. El consejero de Economía del Gobierno de Cantabria, Juan José Sota, defendía el martes noche que «jamás» ningún Ejecutivo había sido «tan transparente» y este miércoles el PSOE de Cantabria reivindica «el método participativo y abierto a sugerencias» del consejero Juan José Sota.

Es decir que, según los socialistas, en la previa de la celebración del Consejo de Política Fiscal y Financiera que, admiten, puede alterar la propuesta de presupuesto; después de una discusión pública con el socio de Gobierno, el PRC, que ha durado lo que llevamos de curso; tras esconder a los agentes sociales el borrador antes de la Mesa de Diálogo Social y después de entregar la documentación del Presupuesto incompleta y por fascículos – falta todavía todo lo relativo a empresas y fundaciones públicas-, ahora resulta que el presupuesto se debate a micro abierto en la Plaza Porticada, como en el 15-M. Que no se entere Fernández de la podemización socialregionalista.

Es más, por reivindicar que no quede, el último comunicado del PSOE de Cantabria ensalza que «es la primera vez en la historia democrática de Cantabria que un consejero de Economía hace llegar el borrador de Presupuestos a las fuerzas políticas y sociales antes de registrar el documento definitivo en el Parlamento»; un hito democrático, como lo es un Gobierno de Cantabria en minoría en la cámara regional: necesitan un amigo en la oposición para sacar adelante las cuentas públicas del próximo año.

Pero claro, ya no es el primer ejercicio del Ejecutivo PSOE-PRC. Y en el anterior sacaron adelante las cuentas. Y lo hicieron con ese Podemos que en Bonifaz ven obsesivamente cerca del presidente de la CEOE-Cepyme.

Porque la formación morada no sólo entregó la Presidencia del Parlamento a Lola Gorostiaga y el Gobierno a Revilla en 2015: también dio luz verde a los primeros presupuestos del Ejecutivo Revilla, con una modificación fiscal que ahora cuestiona el mismo PSOE de Cantabria.

Sí, lo que hace un año nos vendieron como una reforma progresiva y moderada de los impuestos (subida del IRPF para rentas de más de 60.000 euros cuando Podemos pedía que se aplicara desde el umbral de 45.000) hoy es «una reforma fiscal plagada de errores, hasta el punto de que aumentaban la presión fiscal para los más desfavorecidos» – este es un argumento literal de la última nota de prensa del PSOE de Cantabria-.

Es más, se comprometían PSOE y PRC con Podemos – para aprobar el presupuesto que está ahora en vigor y que se va a prorrogar por los retrasos que está habiendo en los plazos- a recuperar el impuesto de sucesiones y donaciones en el primer semestre del año. Bien, pues el Gobierno sólo incumplió los plazos porque para este 2017, porque según el borrador distribuido, lo recuperan parcialmente.

Lo bueno es que el PSOE de Cantabria por fin se ha rebelado, contra el aparato, contra su gestora. Y ha decidido que se podemiza, que nos abre a los cántabros, a los partidos de la oposición y a los agentes sociales, después de alguna disputa interna, el presupuesto más participativo de la historia de Cantabria.

Mañana, entendemos, el consejero Sota se lo trasladará a Montoro en el Consejo de Política Fiscal y Financiera: Le dirá: «señor ministro de Hacienda, los recortes que nos exige por el incumplimiento del déficit tienen sentido pero no nos podemos comprometer a cumplirlos, porque antes tenemos que someterlos a la opinión de los distintos círculos de Cantabria. Entiéndalo».