El grupo de expertos de la comisión de Patrimonio e Historia ha dado el visto bueno a la propuesta de ampliación del artículo 24 del Reglamento de Títulos, Honores y Distinciones Oficiales del Ayuntamiento de Santander que regula la denominación de calles, plazas, parques y otros lugares del dominio público de la ciudad.

Esta modificación en el reglamento, que se elevarán después a la comisión municipal de Cultura y al Pleno municipal, incorpora los criterios propuestos por los expertos y que a su juicio deberán guiar los procesos futuros para la denominación de calles.

El callejero franquista de las calles que permanecían sin cambiar tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.

Para la propuesta de denominaciones, se han establecido dos criterios preferenciales que la Comisión de Cultura tendrá que tener en cuenta.

En primer lugar, los expertos proponen conservar o recuperar las denominaciones antiguas u originales, si existiesen, especialmente si son populares o están arraigadas. Se priorizarán aquellas que tengan vinculación con Santander o Cantabria, sin excluir los nombres de relevancia notoria universal.

En segundo lugar, también establecen como prioritarios los nombres femeninos, con el objetivo de tender un equilibrio en cuanto a presencia de hombres y mujeres en el nomenclátor.
Esta propuesta de ampliación del reglamento incluye además las condiciones para la denominación de viales y espacios públicos.

NO PODRÁN OTORGARSE DENOMINACIONES QUE CONTRAVENGAN LA LEY DE MEMORIA HISTÓRICA

La Comisión de Expertos ha establecido que no podrán otorgarse denominaciones que contravengan la legalidad vigente, y en particular la Ley de Memoria Histórica. En ésta legislación se reconocen y amplían derechos y medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura.

Según las nuevas condiciones, tampoco se otorgarán denominaciones a personas físicas no fallecidas y en el caso de nombres de personas, deberán corresponder a figuras de relevancia, pudiendo la comisión de Cultura pedir informes que avalen su excelencia.

Por último, los expertos recomiendan introducir no sólo nombres de personas sino también de entidades, valores sociales reconocidos, hechos históricos, lugares, fechas significativas para la ciudad, actividades asociadas históricamente a áreas urbanas, y en general, sobre bienes pertenecientes al patrimonio inmaterial de la ciudad.

El grupo de Patrimonio, Historia e Identidad está formado por seis representantes de entidades miembros del Consejo Municipal de Cultura, cuatro expertos externos propuestos y elegidos por el Consejo, y seis concejales.

En concreto, las entidades presentes son la Fundación Bruno Alonso, la Universidad de Cantabria, el Centro de Estudios Montañeses, la Agrupación Cultural Plaza Porticada, la Asociación Cantabria@Europa y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Los expertos externos Ramón Saiz Viadero, Manuela Alonso Laza, Fernando Obregón Goyarrola y Concha González González.

EL TRABAJO PARA QUITAR EL FRANQUISMO DE LAS CALLES SANTANDERINAS

Retirada del monumento a las legiones italianas en la calle Reina Victoria.

En agosto de 2015 Izquierda Unida llevó al pleno del Ayuntamiento de Santander una moción en la que se instaba al equipo de Gobierno a cumplir lo aprobado por la Ley de Memoria Histórica; que incluye cambiar las denominaciones de las calles que ensalzan a diferentes figuras y acontecimientos franquistas de la Guerra Civil y la Dictadura.

Todos los partidos, a excepciones de la abstención de Ciudadanos, acordaron cumplir con la ley.
Desde el Partido Popular instaron a hacer el cambio “de una forma ordenada y consensuada”, para lo que establecieron lo que llamaron una Comisión de Expertos que estudiara caso por caso. De este modo, el objetivo era que la transición de nombres fuera más sencilla para los vecinos residentes en estas calles.

En mayo de 2016 la Comisión de Expertos elevó al pleno el consenso en seis de la veinticuatro calles que esperan cambiar de denominaciones. Estas seis calles variaron brevemente sus nombres para darles otro significado diferente.

Por ejemplo, se sustituyó la Plaza del Alzamiento por Plaza del Alzamiento de 1808 en referencia a la revuelta contra los franceses, o la calle Canarias por la calle Islas Canarias para no hacer alusión al barco franquista que operó durante la guerra.

Desde la oposición se ha criticado duramente que la creación de la Comisión de Expertos, que da voz pero no voto a los representantes de los concejales, haya “hurtado a los representantes de los vecinos de sus funciones”.

En el mes de enero comenzaron a retirarse los monumentos franquistas que quedan en Santander, como el que había dedicado a las Legiones Italianas, en la plaza de Italia, y el dedicado a los Caídos en la IV División de Navarra, ubicado en el paseo de la Reina Victoria.

EL PASADO FRANQUISTA QUE PERSIGUE AL PP

En medio de este clima, en el pleno del Ayuntamiento del pasado mes de abril se vivió una situación que revela la dualidad que aún hoy en día vive el Partido Popular con el tema del franquismo.

En un pleno tenso, donde los populares reunieron a sus fieles como apoyo a la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, tras la acusación de haber falseado su currículum; uno de los asistentes gritó: “¡Arriba España! ¡Viva Franco!”, ante el estupor de los concejales de la oposición.

Fue en el momento en que el concejal de Santander Sí Puede, Antonio Mantecón, presentaba su moción para que Santander interponga una querella en el Juzgado de Instrucción para investigar los crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista, que fue rechazada con los votos en contra del PP y la abstención de Ciudadanos.

Ante el alboroto, la alcaldesa cortó la discusión con las palabras: “Muy bien”, para, a continuación, hacer una tibia llamada al orden: “Hay que mantener el orden en la sala”. Posteriormente, apercibió al edil socialista Javier Antolín, quien le afeó sus primeras palabras tras los gritos (“muy bien”) y le pidió que se expulsara a esta persona del Pleno; cosa que la alcaldesa no hizo.

LOS VECINOS QUIEREN PARTICIPAR

Aunque el Ayuntamiento ha centrado su debate en la Comisión de Expertos, los vecinos de la ciudad también quieren participar en el renombramiento de las calles.

En Castilla-Hermida, donde 11 de las calles son afectadas al tener nombres franquistas, los vecinos ya se han puesto manos a la obra y el pasado año elaboraron una encuesta, a cargo de la Asociación de Vecinos de Los Arenales, para recoger propuestas de nombres que los vecinos quisieran anotar.

En un proceso público, la asociación, de la que se ha hecho cargo la plataforma que en su momento se denominó como ‘Amigxs del Parque de la Marga’, dio la opción a los vecinos de votar las que más les gustasen de todas las propuestas, y que posteriormente enviará los resultados al Ayuntamiento de Santander, solicitando que se tengan en cuenta.