Los jóvenes se implican en la lucha por los derechos del colectivo LGTBI

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La asociación ALEGA. que representa al colectivo LGTBI en Cantabria, celebra este domingo una jornada dirigida específicamente a los más jóvenes, que se están destacando especialmente en la defensa de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y todos aquellos que entren bajo el paraguas de la diversidad sexual.

Un grupo de jóvenes posa con la bandera arcoiris ayer en la concentración

La jornada será este domingo día 5, a partir de las 13.00 horas, en Eureka, el centro cultural que se encuentra en la calle San Simón, en Santander.

Se concibe como una jornada de convivencia y encuentro, para menores de 25 años, a los que se pide que lleven comida y bebida, en un día que tendrá partes de formación y de juegos.

Unos 70 jóvenes participaron ayer en la concentración convocada en apoyo a la ley que en breve tramitará el Parlamento de Cantabria para defender al colectivo LGTBI.

Convocados por la Asamblea contra el Racismo y la Discriminación, y con el apoyo de colectivos como Libres o Alega, la concentración surgía como reacción a otra en contra de la citada ley, impulsada por la Asociación para la Defensa de los Valores Católicos en la Enseñanza, Vox en Cantabria o la asociación Alfonso I.

La concentración, ante la Delegación de Gobierno, contó con respaldo policial, tras los incidentes producidos el pasado viernes en el Palacio de Festivales, que ya investigan la Policía y la Justicia.

Los jóvenes llevaban mensajes contra la transfobia

Los críticos de la ley, que llevaban carteles contra lo que denominan «ley mordaza» y con mensajes como «Van a por tus hijos» aseguran que pretende adoctrinar en las aulas sobre la homosexualidad o la transexualidad.

Los participantes, unas veinte personas, leyeron párrafos de la ley cántabra, cargaron, contra, textualmente la “alienada realidad” de los colectivos LGTBI.

Y aseguraron que al ser una ley basada en la ideología es una ley sectaria y, por tanto, autoritaria, promovida por “fundamentalistas cargados de odio”.

También llegaron a afirmar que si la ley permite que las personas transexuales se reconozcan con la identidad de género con la que realmente se sientan identificados, esto permite también que se reconozca a “los que se sientan lavadora, o gato de angora o coche con puertas”.

Dijeron que es un proyecto “repugnante” que se base en dejar libertad a “los más bajos instintos” como “si de drogadictos” se tratara.

Enfrente, los jóvenes pedían medidas contra la homofobia y la LGTBfobia, que se concreta en situaciones de acoso escolar y de agresiones a miembros de este colectivo (el Ministerio del Interior recoge tres delitos de odio por motivo de orientación sexual, en una tendencia en crecimiento con casos como el de Jaime, menor de edad cuando fue agredido mientras estaba con su pareja, y que recientemente animaba a quienes hayan sufrido casos similares a denunciar, toda vez que muchos de los ataques se quedan sin denunciar).

La ley hace hincapié en la protección de los menores trans, de forma que se apoye que se identifiquen con el nombre y la identidad que elijan, en los centros escolares, además de medidas de apoyo en el ámbito sanitario.

JÓVENES POR LA DIVERSIDAD

Los participantes, junto a los que estaban miembros de IU o Podemos, eran gente muy joven (al término de ella un hombre mayor se dirigió a un grupo para explicarles que en los colegios se explica que la homosexualidad es prácticamente obligatoria).

Asistentes a la concentración de apoyo al colectivo LGTBI y los menores transexuales del pasado mes de mayo.

Son los jóvenes los que se están volcando de forma masiva con la defensa de la diversidad sexual: fueron ellos los protagonistas del desfile que el pasado Orgullo recorrió por primera vez las calles del centro de Santander.

Y, sobre todo, en mayo, cientos de jóvenes estudiantes de secundaria, bachillerato y universidades secundaron un llamamiento que les había llegado por Twitter, Instagram u otras vías de comunicación, para plantar cara al bus de Hazte Oír, que se paseó tímidamente por la capital de Cantabria.

Y ese mismo mes contábamos la historia de Iza Marqués, una joven nacida en Japón, de padres brasileños y afincados en Cantabria, que durante su fiesta de graduación llevó a cabo un potente mensaje a favor de la visibilidad y la diversidad sexual.

Iza, de 18 años y “abiertamente homosexual”, realizó una apuesta de risas con sus amigos: si conseguía 3.000 RTs en un tuit concreto, iría a su graduación del instituto vestida con un traje que lleva los colores de la bandera LGTBI.

Finalmente acudió a su graduación en el instituto Torres Quevedo con un vestido que se convirtió en un mensaje a favor de la diversidad, el respeto y la valentía que tuvo una inmejorable acogida entre compañeros y unas redes sociales que la convirtieron en viral –los 3.000 RTs que pedía acabaron superando los 13.000– y mediática.Su broma inicial se tradujo en mensajes y comentarios de gente que le daba las gracias por visibilizar el colectivo LGTBI. Por lo que tomó la decisión de “aprovechar” la circunstancia para lanzar el mensaje e “incentivar a las personas que tienen miedo a abrirse a sus padres o a su sociedad”.

Iza, el día de su graduación

A su voz, se han unido otras que reclaman una mayor visibilidad y que las personas que sufran agresiones por su condición sexual denuncien.

Se trata, al final, de visibilidad y naturalidad, como recordaba hace poco la conocida locutora radiofónica y activista en defensa de los animales Russell Simoni con motivo de un acto organizado por ALEGA por el Día de la Visibilidad Lésbica.

Sobre la visibilidad lésbica iba precisamente ‘El regalo de Noa’ el primer cortometraje colaborativo de Jesús Choya Zataraín, recién graduado, cinéfilo empedernido, fundador de la Web La llave azul, conductor del programa de radio con el mismo nombre que se emite en ARCO FM y uno de los impulsores del (exitoso) movimiento ciudadano surgido para rescatar el cine de calidad, sin estrenar y en versión original en Santander.

Precisamente Choya ha ganado su primer premio de cortometrajes, otorgado por el Jurado del Framedestival de la Universidad Rey Juan Carlos, con su otro corto, también LGTB, ‘Supercut’, que tiene un tono muy intimista, escrito a través de desahogo, con una canción de Lorde como inspiración y que se basa en la sencillez de una conversación entre dos chicos con sabor a despedida.

También desde el mundo del cine aparecen referentes que exploran otros campos relacionados con el respeto, la diversidad y la visibilidad: esta semana, Lesgaicinemad, festival de cine de temática LGTBI en la Comunidad de Madrid cuenta entre sus proyecciones con ‘Fuera de juego’, del campurriano Richard Zubelzu.

En el trabajo, que de hecho se presentó dentro de la programación cultural de la cita del Pride (el Orgullo de Madrid, que este año tuvo dimensión global) se explora la (falta de) visibilidad del colectivo en el mundo del fútbol, de la mano de deportistas, medios o asociaciones.

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