El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha asegurado este jueves, 11 de enero, que «aún no se ha decantado por ninguna de las opciones planteadas» para la sustitución de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Vuelta Ostrera.

De igual modo, ha destacado su voluntad de buscar «el mayor consenso posible» para tomar esta decisión. Así lo han señalado en un comunicado que ha recogido Europa Press, después de la polémica que ha surgido después de que el estudio de alternativas haya señalado como mejor opción El Borroñal, en Hinojedo.

Actual Estación Depuradora de Aguas Residuales de Vuelta Ostrera. Foto: Equo.

Esto ha provocado la oposición tanto de los vecinos como de ecologistas, que reclamaron que no se habían tenido en cuenta otros factores y solicitaron que se ubique en una zona degradada.

“Creemos que lo mejor es que la nueva ubicación no ocupe terreno productivos sino que sean terrenos degradados”, asegura uno de los miembros de Ecologistas en Acción, Ramón Sainz. “También es importante que durante su funcionamiento no ocasionen muchos gastos de bombeo, por lo que es preferible que no sea una zona de costa elevada”.

Al igual que los verdes, en Izquierda Unida creen que la mejor opción sería situar la nueva depuradora en solares que ya están degradados, no como es el caso de Hinojedo.

“Siendo una infraestructura básica para toda Cantabria, donde ya hay precedentes muy desafortunados, habría de ser más prudentes en la elección”, asegura su portavoz autonómico, Miguel Saro que ha apuntado de que, al margen de que “técnicamente sea viable”, Hinojedo “no es la mejor opción”, según estos requisitos.

También la corporación completa del Ayuntamiento de Suances, incluido el Partido Popular, se ha mostrado contraria a acoger la nueva depuradora.

Dentro del PP de Cantabria, en oposición a la postura inicial de su partido a nivel nacional, se han unido al resto de la corporación de Suances para tratar de impedir la instalación de la depuradora en esa finca.

“Hay que cambiar la depuradora y creo que no se puede cometer el mismo error”, aseguraba esta semana a los micrófonos de EL FARADIO DE LA MAÑANA, la diputada popular y exconsejera de Economía, Cristina Mazas. “Desde el PP compartimos la opinión de que esa ubicación que ha propuesto el Ministerio no es la mejor opción”.

Es por ello que la Dirección General del Agua analizará las alegaciones y recomendaciones que formulen al Estudio de Impacto Ambiental las administraciones, grupos sociales y personas físicas afectadas por el proyecto, una vez finalizado el periodo de información pública.

12 AÑOS DE ESPERA

La depuradora está pendiente de un derribo ordenado por el Tribunal Supremo, tras un caso que ha estado arrastrándose desde hace doce años en los juzgados, cuando fue la primera sentencia.

Este año el tribunal ha vuelto a pronunciarse, instando a la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, a que dicte las órdenes procedentes “para llevar a efecto sin demora” la demolición de la Estación Depuradora de Aguas de Vuelta Ostrera.

Sin embargo, la ministra reconoció que aún no había alternativas para la ubicación alternativa. El Parlamento de Cantabria ha pedido que éste esté en funcionamiento antes de que la depuradora sea derribada, aunque la cuestión ha provocado enfrentamientos políticos entre el PP, el PSOE y el PRC.

La redacción del proyecto fue sacado a concurso en octubre de 2016 y el estudio de impacto que ahora se ha hecho público, pero aún no ha sido adjudicado.

En diciembre, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico sacó a información pública el Estudio de Impacto Ambiental de 14 alternativas para sustituir la EDAR. Este estudio cuenta con catorce alternativas posibles que se están barajando, que son las Canteras de Cuchía, Vuelta Ostrera (a 300 metros de la actual depuradora), Isla de Solvay (sugerencia de los ecologistas e IU), Cudón, Borroñal (Hinojosa), Riaño y La Tablía (Suances).

Las siete ubicaciones tienen, además, dos opciones para procesarlas: establecer un emisario submarino y desinfección y verter en la ría, que es la opción preferida de los ecologistas.