El edificio anexo al Gobierno ganó una altura gracias a una alegación de los propietarios

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El edificio ubicado en el número 25 de la Calle Peña Herbosa contará con cinco plantas y bajo cubierta gracias a una alegación presentada en 2008 por la comunidad de propietarios, que en aquel momento era dueña del solar.

Edifico de Peñaherbosa,una altura superior a los contiguos

La solicitud de aumento de altura se sustentaba en equiparar el número de plantas de esta edificación con el resto de la manzana en la que se ubica, según consta en documentación del proceso consultada por EL FARADIO, si bien el edificio destaca sobre ellos por esa planta extra, en un contraste que se omite en las infografías publicitarias del edificio a pie de obra.

Sin embargo, durante la crisis del ladrillo “la propiedad pasó a manos de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocida como Sareb (el llamado “banco malo”), que posteriormente lo adjudicó a Promociones Inmobiliarias Lisorta”, como confirman a EL FARADIO fuentes de la compañía.

Esta empresa aprovechó la inclusión de la alegación, presentada hace casi diez años, en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 2012 y que actualmente se encuentra suspendido tras una sentencia del Supremo ratificando una denuncia de la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales (ARCA); para aumentar la altura del edificio.

De esta manera el inmueble citado queda equiparado con el resto de los bloques de la misma manzana a excepción del contiguo, que mantiene la altura previa.

Esto provoca que se oculte un mural cargado de simbolismo en el que se podía ver un corazón, en una tendencia, la de exceder las plantas aprobadas inicialmente, que ya se dio en el Santander del post-incendio del 41, cuando se incumplieron las normas y aparecieron plantas extras, como se puede percibir en muchos edificios de Calvo Sotelo, por ejemplo, tal y como se cuenta en EXPULSADOS, SANTANDER, LA TRANSICIÓN URBANÍSTICA PENDIENTE.

Una inmobiliaria desplegó esta bandera en unas obras antes de la visita de Pablo Iglesias al Gobierno de Cantabria

“Santander sigue protagonizando un enorme impulso inversor, tanto desde la iniciativa pública como desde la privada, confirmando que la anulación del Plan General de Ordenación Urbana de 2012 no va a impedir que sigamos desarrollando nuevos proyectos en la ciudad”. Esta fue la valoración del Ayuntamiento de Santander en febrero de 2017, cuando las obras comenzaron gracias al “aprovechamiento de la coyuntura del PGOU”, como lo describen fuentes de la promotora propietaria del edificio.

A la luz de los acontecimientos, lo que en principio era una comunidad de inversores que pretendía construir una planta más se tornó a gris con la crisis económica, pasando la propiedad del edificio a manos de Sareb (el conocido como banco malo), una sociedad a la que fueron transferidos los llamados “fondos tóxicos” de las entidades bancarias nacionalizadas (Bankia, Catalunya Banc, NGC Banco – Banco Gallego y Banco de Valencia) y de las que se encontraban en proceso de restructuración (Banco Mare Nostrum, CEISS, Caja3 y Liberbank).

Así, la compañía está participada en un 55% por capital privado y un 45% por capital público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. El proceso de desinversión de todos los activos no rentables, que es la finalidad de Sareb, trajo consigo la venta de este solar a Promociones Inmobiliarias Lisorta.

“El problema lo tiene el edificio de al lado, que tendrá que esperar a que se reactive el PGOU, para poder equiparar el número de plantas. Este trámite no demorará más de dos años y probablemente se aprobará en términos similares a los de 2012”, señalan fuentes de la empresa.

EL LADRILLÓ QUE TAPÓ EL CORAZÓN, EL EDIFICIO QUE DESPLEGÓ LA BANDERA

El edificio ha tapado un gran mural con un corazón

Mientras tanto, la construcción de este bloque se ha visto envuelta en dos polémicas sonadas.

Por un lado, provoca que un mural en el que se apreciaba el dibujo de un corazón haya quedado tapado por la ‘solidez’ del ladrillo.

Por otra parte, la constructora colocó una enorme bandera de España, 45 metros cuadrados, en la grúa que se emplea en la construcción del edificio, para recibir a Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, en su visita a Santander el pasado mes. La enseña incluía además los emblemas de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Sevilla Club de Fútbol.

«Además de un gesto de solidaridad por la situación extrema en la que se encuentran nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad en Cataluña, sirve igualmente como llamamiento a la concordia y sensatez como así se ha expresado nuestra Monarquía», subrayaron fuentes de la promotora.

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