«Son vecinos de Lavapiés, este es su barrio y se les acosa»
Hay un hilo que conecta Cantabria y Lavapiés, el barrio madrileño que tiene su calle Argumosa (como la Argumosa de Torrelavega que tiene un solar ocupado) y la calle Amparo que, nos recuerda, inevitablemente, a Amparo Pérez.
Concentración en apoyo a los fallecidos en Lavapiés
En la capital cántabra, una treintena de personas miraban hoy a Lavapiés, el barrio que durante años ha sido un lugar de encuentro entre culturas y que parece abocado a ser otro escenario, hipster, un nuevo Malasaña.
Bajo lemas como «Ningún ser humano es ilegal» o «Todos somos Mame Mbaye», un grupo de ciudadanos se han concentrado en la calle Burgos en recuerdo del migrante fallecido el fin de semana en Lavapiés.
Previamente, se ha celebrado un homenaje en La Vorágine, con un encendido de velas, que denuncia el «racismo estructural» de unas sociedades que abocan a los migrantes a situaciones de precariedad.
“SON VECINOS DE AQUÍ, ES SU BARRIO”
Como nos describen cántabros residentes allí, Lavapiés es, sobre todo, un ecosistema particular, que no se resiste a tópicos. No es, desde luego, un guetto al que le resulte imposible entrar a la Policía y en el que la inseguridad campe a sus anchas. De ser así, no habría proyectos de hoteles turísticos, ni se incrementarían los alojamientos de AirBnb ni sería un lugar de moda ni, evidentemente, nadie buscaría piso para vivir allí.
De cara al exterior, la muerte del joven senegalés Mame Mbaye ha destapado la situación precaria que viven muchos inmigrantes en el barrio madrileño de Lavapiés.
Homenaje en La Vorágine a los migrantes fallecidos en Lavapiés
El pasado jueves, el joven, de 35 años, falleció por una enfermedad del corazón al caer desplomado. En un primer momento, diversos medios de comunicación citaron fuentes policiales que relacionaban su muerte con una redada de manteros que había habido en la Puerta del Sol. El hecho de que los primeros en auxiliarle fueran dos policías facilitó a la confusión. El Ayuntamiento de Madrid desmintió luego esa versión.
Posteriormente se han abierto varios debates en torno a los sucesos que sucedieron después: protestas muy virulentas, con barricadas con productos inflamables; excesos policiales con la brutal agresión a un ciudadano que no participaba en los disturbios y que presentará una denuncia después de que tardaran más de dos horas en mandarle al hospital; y, lo que destacan muchos vecinos del barrio, la vida irregular y precaria que tienen muchos inmigrantes que son vecinos del barrio.
“La sensación que hay en el barrio es que a los inmigrantes no se les da facilidades ni oportunidades y que se le acosa”, denuncia Javier López, santanderino y vecino de Lavapiés. “Hay que ser realistas. Son vecinos de aquí y lo que no se puede hacer es hacer como que no existieran y decir que se vayan a su casa, porque esta es su casa”.
#Directo |
Brutalidad policial en #Lavapies. Pegan a un hombre hasta que cae derrumbado mientras la policia le sigue pegando. pic.twitter.com/FpEZVX6ae9
— PoderPopular.info (@PoderPopularWeb) 15 de marzo de 2018
Él cree que ésta es “una situación que iba a explotar tarde o temprano y estoy seguro de que no se acabará aquí” porque “hay gente desesperada”.
“Esto ha visibilizado una situación muy complicada para muchas personas que llegan a España y que, pese a llevar 14 años aquí como en ese caso, siguen en situación irregular, precaria, de temor constante porque les tengan y deporten”, relata Toni, otro santanderino afincado en el barrio.
Él traslada las conversaciones que se escuchaban este fin de semana en el barrio, tras los disturbios y las concentraciones y en las que la mayoría lamentan que “se trate de hilar a acontecimientos que pasaron después y con los que cuesta estar de acuerdo” pero que creen que “no es el punto de atención de estos hechos” porque “la mayor parte de los implicados eran gente blanca que se dedicaron a lo que luego salió en los vídeos”
También a los provocadores de los disturbios se refiere Javier López, que apunta a que “la gente dice que los que quemaron contenedores fueron unos pocos y, de hecho, todos los detenidos son españoles” por lo que “no lo achacan a la inmigración”.
EL PROBLEMA DE FONDO: GENTRIFICACIÓN Y PERSECUCIÓN A LOS INMIGRANTES
Sin embargo, la situación sí ha puesto de manifiesto las situaciones de muchos de ellos, que “no tienen papeles y no tienen facilidades” pese a que “son vecinos y conviven en el barrio”.
Concentración en Lavapiés,
“Estas personas conviven en el barrio y aportan al barrio. Están bien organizadas en colectivos que reclaman sus derechos y que han sido los primeros en condenar y pedir el alto de los hechos violentos, que solo les van a dar más problemas porque les van a perseguir más”, añade Toni, que además de vecino es un activista preocupado por la turistificación y la expulsión de los vecinos del barrio por la ola de AirBnb.
Uno de los redactores de la revista Infamia, también residente del barrio, apunta que “las causas de la muerte del mantero son lo de menos” porque esto es algo que “iba a pasar”, ya que las “tensiones” están presentes por el “descontento” de la población.
La cuestión es que Lavapiés ha pasado a ser un barrio de moda, donde se han mudado mucha población joven, con profesiones liberales, que han atraído otro tipo de negocios e incluso se planifican hoteles.
El problema es que eso está perjudicando a muchos vecinos, muchos de ellos extranjeros y también vecinos de toda la vida que aprecian un conflicto de gentrificación (expulsión de vecinos de toda la vida para ser sustituidos por otros de mayor poder adquisitivo) y también de turistificación (turismo masivo que incrementa enormemente los precios y modos de vida de una zona) al ver que los precios han subido mucho en los últimos tiempos, dificultando cada vez más su día a día.
INMOVILIZADO EL BARCO QUE RESCATA REFUGIADOS
No es el único motivo de alarma para quienes se preocupan por los que proceden de países en peores condiciones: la Fiscalía italiana ha inmovilizado el barco de la ONG ProActiva Open Armas, que realiza rescates en alta mar a refugiados (en una tarea en la que colaboran de forma habitual cántabros como Nicolás Calzada, profesional de Salvamento Marítimo) Se les acusa de promover la inmigración irregular.
Siguen retenidos allí, en Siciilia (tras haber salvado a más de 200 personas procedentes de Libia) mientras sus abogados denuncian el procedimiento seguido para los interrogatorios, que no se ajusta al habitual.
Todavía es solo una hipótesis de delito. La toma del barco es preventiva, pero se nos acusa de asociacion criminal y fomentar la inmigración ilegal por desobedecer a los libios al no entregarles mujeres y niños pic.twitter.com/F9ww0axFMD
— Oscar Camps (@campsoscar) 18 de marzo de 2018
Alejandro
El problema de esta situación no han sido los manteros, ni la policía, ni los nuevos vecinos, ni las «injusticias» contra los inmigrantes ilegales, ni el top manta, ni nada de esto. Esta situación en concreto ha sido creada por varios representantes del Ayuntamiento de Madrid, que como os gusta decir en este medio, no gobiernan para todos los Madrileños, sino para unos pocos, y de una manera lamentable ruin y soez. Por mucho menos de lo que han hecho García Castaño (que se compró un BMW nada más ser nombrado cargo público por 40.000 eurazos) y la Romy, os tendría a los escribanos de este medio dando la matraca todo el día. Estos dos iletrados han cometido una barbaridad que lo menos que se podría hacer con ellos era echarlos, ya que no van a dimitir porque se lo están llevando calentito.
En este medio he leído varias veces las críticas, justificadas, a la concejala de cultura del ayuntamiento de Santander acerca de la traducción vía google de la información turística de la ciudad. Eso es para que ella dimitiera o la echara la Alcaldesa. Eso lo habéis puesto vosotros y estoy de acuerdo con ello. Pero ahora, en un diario que es de Cantabria, aparte de meter lo de Lavapiés con calzador, ni una mención a esos mentecatos representantes de no se sabe muy bien quién en el Ayuntamiento de Madrid.
Menos mal que les queda menos de un año para que se vayan por dónde han venido. Ayuntamientos del cambio: sí, del cambio a lo peor.
Alejandro
Y esta frase ya es de coña: «Uno de los redactores de la revista Infamia, también residente del barrio, apunta que “las causas de la muerte del mantero son lo de menos” porque esto es algo que “iba a pasar”, ya que las “tensiones” están presentes por el “descontento” de la población.»
Claro. Las causas son lo de menos. Te puedes morir de viejo que da igual, es buen motivo para reventarte el barrio. De verdad. Dedicaros a otra cosa más seria o al menos no apoyéis esta pila de sandeces que si estás por encima intelectualmente del nivel de la oligofrenia profunda, cualquiera puede entender que lo ha dicho o un ser moralmente deleznable, o un analfabeto profundo.