Asun, la veterana todoterreno que sabe plantar cara

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Después de quedar con Marta y Arantxa les pregunto cómo puedo contactar con las dos que quedan: Asunción y Sonia. Ellas estos días están más liadas y solo podemos recurrir al teléfono para que me cuenten su historia y su versión.

Con Asunción –Asun- López es con la primera con la que hablo esa tarde. A sus 49 años, es la más veterana del grupo y eso se aprecia en su resolución y determinación para hablar. Ella también es madre, como la mayoría, aunque sus hijos, de 18 y 22 años, ya están crecidos.

Algunas de las 9 de AON con el secretario general de CCOO, Unai Sordo. Asun es la segunda mujer por la izquierda.

Incluso el mayor forma parte de esa generación que se ha buscado la vida fuera de España. Es azafato con base en Alemania, en la línea área Ryanair, cuyos empleados estos días anuncian huelgas para el mes de agosto para denunciar sus condiciones laborales.

Unas huelgas como las que se pueden vivir en España pero que en empresas como Aon Mobile no suelen tener apenas seguimiento por miedo a las represalias que puedan sufrir después.

Asun me va contando su experiencia laboral, incluyendo sus cuatro años y medio en Aon Mobile y su diverso currículum que se extiende hasta un trabajo en un restaurante los fines de semana, empleos de administrativa, en el comercio y, en general, siempre en atención al público.

Su voz es segura y amable, dos de los principales requisitos para un trabajo como el suyo. Según me va relatando su trayectoria, en mi mente comienza a formarse la palabra ‘todoterreno’, mientras reviso de reojo la fotografía que tengo de la mayoría de ellas en la primera protesta que tuvo lugar en Cartes y donde la reconozco con su media melena rubia y su sonrisa.

“Entré con contratos temporales y me los fueron empalmando hasta que me hicieron el indefinido”, me cuenta sobre su experiencia en Aon Mobile. “Y la verdad es que no creo que sea porque caiga bien”, recalca, asegurando que este trabajo no le disgusta. “Me lo tomo muy en serio”.

Su experiencia en Aon no fue la primera en el sector de los call center, sino que éste era el tercero en el que trabajaba. Primero estuvo tres años en otro en Astillero, el cual dejó para marcharse a otro en Torrelavega donde le quedaba a mejor distancia de su casa, que está en la capital del Besaya.

“Todos ellos tenían representación sindical y no había ningún problema”, incide, dejando constancia de que la situación en la empresa del Grupo PITMA se sale de todos los parámetros en un sector que está precarizado y que, aun así, tiene mejor salud que sus condiciones laborales.

“ERA UN ABUSO EN TODOS LOS ASPECTOS”

Asun me cuenta que, en el día a día, el ambiente era muy bueno con los compañeros, pero no tanto con los mandos intermedios, muchos de los cuales parecían buscar más la humillación que el rendimiento del trabajador.

“Al principio el trato era más tolerante pero luego, aparte de la presión que todos asumimos aunque sea excesiva, se ha llegado a faltas de respeto y a un trato que no se puede tolerar. Es inaguantable en ocasiones”, relata.

Ella no tardó en apreciar que todo “era un abuso en todos los aspectos”. “Hazte una idea: no te puedes mover, no puedes casi mirar al compañero de al lado, con las vacaciones no nos daban el sí hasta muy tarde…”.

Ella trabajaba en el departamento de Fidelización, como buena parte de sus compañeras despedidas. Posteriormente, la pasaron a una campaña de Recuperaciones. “A mí me quisieron cambiar a otra, a Televentas, en la que me cambiaban de horario y querían que trabajara fines de semana pero me negué, lo consulté y vi que tenían que rescindirme el contrato y hacerme uno nuevo”.

Así lo informó en la empresa, ya que sus condiciones laborales cambiaban por completo en el cambio de horario. Finalmente, éstos no lo quisieron cumplir por lo que la mantuvieron en el departamento de Recuperaciones.

“YA TENGO UNA EDAD Y SÉ CUÁL ES MI RESPONSABILIDAD”

Pero, con todas estas situaciones que vivió y presenció en los últimos tiempos, pronto se dio cuenta de que “había que plantarse” si querían cambiar las cosas. Por eso se decidió a entrar en la lista sindical que estaba elaborando Comisiones Obreras y que habrían presentado oficialmente a la elecciones para el Comité de Empresa si no las hubieran despedido días antes.

“Por supuesto que contemplé el despido”, me asegura, aunque confiesa que no pensó que éste fuera a llegar. Lo que tiene claro es que la política de trato al personal que vivió en Aon Mobile no es aceptable. “Yo ya tengo edad, sé lo que tengo que hacer y cuál es mi responsabilidad y ese trabajo era un machaque”, confirma con rotundidad.

“¿Tienes ganas de seguir luchando?”, le pregunto al acabar. “Por supuesto”, me responde. “Afortunadamente tengo mucho apoyo y todos me han pedido que luche”.

Conoce mejor a Las 9 de Aon en este reportaje de Eva Mora

I – Virginia, la delineante de la construcción que quiere que su hija la vea luchar

II – Isabel, la más antigua y a la que le rebajaron el puesto tras su embarazo

III – Eva, la más joven que fue despedida con un mensaje de texto

IV – Patricia, la diseñadora de interiores que quiere regresar «por dignidad»

V- Marta Fernández, la auxiliar administrativo que espera volver a bailar

VI – Marta Pellón, la última que entró en la lista sindical

VII – Arantxa, la fotógrafa que se adaptó tras la crisis

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