Orfebrería textil

Tiempo de lectura: 2 min

Durante once días, del 15 al 26 de agosto, los muchos viajeros y turistas -además de todos quienes somos afectos a la belleza-, que han visitado Santillana del Mar, si han estado avisados, han podido contemplar una exposición de excepcional factura, compuesta por una colección de tapices reposteros, obra de la artista lebaniega Montserrat García Camacho.

Uno de los tapices expuesto

Los tapices reposteros lo llegaron a ser, reposteros, cuando cumplieron una doble función: la de decorar paredes conteniendo blasones o emblemas identificativos de una familia o una casa. Con estos fines, en tela o terciopelo, datan del siglo XII, y hoy en día siguen presidiendo estancias de edificios noble, incluso de salones de Ayuntamientos y otras instalaciones institucionales.

La Colegiata de Santillana de Mar, del siglo XII, ha acogido en los muros y columnas de su Claustro los tapices de Montserrat García Camacho, con motivos, no tanto heráldicos, como de la tradición que representa Beato de Liébana, en forma y contenido, con toda su carga de simbología de lo más oscuro, incluso tremendista, de una época tremenda y oscura, como la medieval.

Pero también se encuentran en ellos elementos redentores, que, si no dieron toda la luz necesaria, al menos propiciaron la elevación de la mirada a espacios de salvación. Unos y otros vistos con la mirada de quien sabe que ni la luz es solo luz, ni la oscuridad solo oscuridad, y plasma figuras, tanto malvadas como benefactoras con ese aire de ingenuidad, tan del estilo Beato. Esta exposición ya adornó la sala de la Casa de Cultura de Potes en las fechas de clausura del Año Santo Lebaniego, como no podía haber sido de otra manera.

Los tapices enmarcan escenas se disputan el espacio fuerzas del bien, que sobrevuelan, protectoras, con las del mal, que se arrastran amenazantes. La artista, cuya obra pictórica se sitúa en el ámbito de un cubismo de estilo propio, ahora “pinta con agujas” una sinfonía de formas y colores, en la que ángeles conviven con serpientes de siete cabezas, que se menciona en el Apocalipsis; los santos, a lomos de sus corceles alados lucen su suerte sobre las cabezas de los malditos; las alegorías cristianas se compadecen con las paganas…

El resultado es un conjunto de obras, bien documentadas, en las que el arte y la artesanía se confunden, añadiendo nobleza a la nobleza y belleza a la belleza del Claustro de una de las Colegiatas más reconocidas del mundo. Montserrat García Camacho engasta en las telas oro, plata y otros hilos preciosos. Porque eso es lo que ha colgado en los muros y columnas de la Colegiata de Santillana del Mar: piezas de orfebrería textil.

Mostrar comentarios [1]

1 Comentario

  • María luz
    29 de agosto de 2018

    Es una obra, impresionante, la contemple en la Casa de Cultura de Potes y me encantó.
    Enhorabuena y gracias Montserrat!!
    Y este articulo, para mi muy oportuno, me instruye.

Los comentarios de esta noticia está cerrados.

  • Este espacio es para opinar sobre las noticias y artículos de El Faradio, para comentar, enriquecer y aportar claves para su análisis.
  • No es un espacio para el insulto y la confrontación.
  • El espacio y el tiempo de nuestros lectores son limitados. Respetáis a todos si tratáis de ser concisos y directos.
  • No es el lugar desde donde difundir publicidad ni noticias. Si tienes una historia o rumor que quieras que contrastemos, contacta con el autor de las informaciones por Twitter o envíanos un correo a info@emmedios.com, y nosotros lo verificaremos para poder publicarlo.