«Dar una pistola para matar es cometer el mismo crimen»

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Desde hace más de tres años, Yemen está sufriendo la peor ofensiva de su historia, con una guerra que ha diezmado su población y que orquesta una coalición árabe encabezada por sus vecinos, Arabia Saudí.

Lo hacen, en gran parte, con armas, bombas y cargamento militar que les llega de Europa. Desde España, los puertos que son los principales en este tráfico de muerte son Motril, en el sur, y Santander, en el norte.

Guerra en Yemen

Este mismo martes, ha partido desde nuestra ciudad hasta Arabia Saudí un nuevo barco, el Bahri Jeddah, que ha cargado ocho contenedores con munición, a pesar de que la Web interna del Puerto sólo declaraba el embarque de maquinaria (tubos y otro tipo de materiales).

El Bahri Jeddah es un barco de la compañía saudí Bahri, que embarca armas y munición que acaban siendo usados en la guerra contra Yemen. De hecho, la última carga de esta compañía fue de bombas de precisión (cuya uso para civiles negó el Gobierno central) que mataron a 17 civiles en el Puerto de Hodeida.

Es un constante en esta guerra que ha convertido al país del Medio Oriente, en uno con la emergencia humanitaria más aguda de todo el mundo.

“ES LA PEOR SITUACIÓN QUE HA VIVIDO YEMEN EN SU HISTORIA”

Los bombardeos son solo una parte de sus preocupaciones, que se extienden a la crisis sanitaria, a la intensa hambruna, a la economía destrozada y el embargo al que Arabia Saudí tiene sometido a Yemen.

“Es lo peor situación que ha vivido Yemen en su historia”, nos cuenta Haitem, ciudadano yemení que lleva casi diez años residiendo en España, en una entrevista telefónica en EL FARADIO.

Antes de la guerra, volvía a Yemen con cierta frecuencia, una vez al año al menos, para visitar a su familia allí. Pero desde el año 2013 no puede hacerlo. “Hace cinco años comenzaron las derogaciones, las huelgas… y llegaron los bombardeos”.

La situación económica de Yemen nunca ha sido especialmente buena, comparada a la de sus vecinos. Su población tenía una vida tranquila. “Era un país tranquilo, de paz. Lo que importaba era comprar el pan, estar con la familia, cuidar a los hijos, trabajar, ganar dinero… estar feliz”, cuenta Haitem. “No buscábamos ser ricos, ni viajar”, asegura este ciudadano, cuya familia sigue residiendo en la capital, Saná.

Los niños caminan entre la ruinas en Yemen

Pero la situación económica ya era difícil y comenzó el despertar social y las movilizaciones ciudadanas. Eso provocó, a su vez, el ataque de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí. “Tienen miedo”, opina Haitem. “Miedo porque pudiera influir nuestro conflicto político, porque el clima social tuviera una influencia política en Arabia Saudí”.

Y el pez grande decidió aplastar al pequeño, con la ayuda de todos los países que ahora les venden las armas alegando motivos económicos.

La imagen que deja en Yemen es absolutamente aterradora e inhumana. “Los últimos tres meses ha habido menos ataques de Arabia Saudí, pero la situación es horrible, no hay dinero ni hay comida. Hay  crisis de salud, en los hospitales, los edificios están destrozados y los elementos básicos cuestan el triple”. Además, con la guerra, la mayoría de las empresas han cerrado. “La economía está muy mal, la gente no encuentra trabajo”.

Y esto lo pagan, por supuesto, los más pequeños. “Los niños están por las calles porque sus padres han fallecido, por un ataque o por otro, o porque están desaparecidos ni se sabe lo que les ha podido pasar”.

También se habla de un embargo marítimo, que está poniendo todas las trabas del mundo a que llegue la necesaria ayuda humanitaria, porque hay también miles de desplazados y hambruna. “Sí, tienen un montón de control por el tráfico marítimo, los aviones no pueden entrar sin permiso de fuera, de Arabia Saudí o de Imarat. Los países de fuera no dejan entrar, deciden a quien le dan, a quien no le dan…”.

“EN UNO DE ESOS BARCOS PODRÍA ESTAR EL FINAL DE MI FAMILIA”

En España, especialmente en Cantabria, ha surgido el debate sobre la venta de armas a Arabia Saudí, que es un país que evidentemente está en guerra y cuyos comercios con ellos, por lo tanto, vulneran toda la legislación internacional, al margen de la política o de la misma humanidad.

“Vender armas a un país que está atacando a otro, su vecino, es lo mismo que si participan en esta guerra, no hace falta tener una pistola y pegar el tiro para matar. Dar la pistola a esa persona para matar es cometer el mismo crimen que él”, opina Haitem.

Él, residente en Bilbao, se indignó cuando supo que desde su puerto estaban saliendo barcos llenos de armas.  Hace unos meses, acudió al Parlamento de Vitoria para solicitar que se paralizarse la venta de armas en el puerto.

“Salí de allí cabreado, sabiendo que en uno de esos barcos podría estar el final de mi familia. Día a día pienso que me va a llegar una llamada diciendo: ‘Lo siento mucho, tu familia ha fallecido por un ataque’”, se lamenta.

Los movimientos vascos fueron los primeros en levantarse contra el tráfico de armas, aunque todo lo que consiguieron es que se trasladaran al Puerto de Santander, que continúa acogiéndolos, aparándose en una legalidad que cuestionan las propias leyes internacionales que no se aplican, y saltándose la petición del Parlamento de Cantabria de paralizar este comercio.

También aquí se están movilizando colectivos como Pasaje Seguro, que se concentra y protesta contra cada llegada a puerto, recordando que “las bombas del Puerto matan en Yemen”,  “la guerra empieza aquí”, “en Yemen se mata con bombas del Puerto”, “en Santander se embarcan bombas para Yemen” o reclamando que “no más bombas para Yemen”.

Desde los ojos de un ciudadano yemení es muy duro observar la frialdad de las instituciones y las empresas. “No te voy a mentir, la mayoría de gente que me encontré, y con la cual hablé de este tema, estaban en contra, en el tema de vender las armas a Arabia Saudí”, reconoce.

“Afortunadamente, ha habido mucha gente que me han apoyado, , que no están de acuerdo, son contrarios. Sé que no es la gente, son las empresas las que venden armas. Las personas no quieren ver sangre en otro país, pero la economía lo controla todo”.

Haitem ha agradecido a los movimientos sociales y a parte de la ciudadanía porque “cada vez ese tema está subiendo más”. “Eso me hace ver que todavía hay gente buena y sabe que es lo correcto y que no, a pesar de la economía. Hay más moralidad que dinero”.

 

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1 Comentario

  • Murad Noman
    12 de noviembre de 2018

    Si,las yemeníes están sufriendo hasta el momento. Todos lo que Haitam mencionado es ccorrecto.No sabemos cuando o dónde una de bombs va a caear en yemen y cuantos niños y mujers más van a murir. Parar enviar las armas a yemen es mu importante .

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