Los/as 20.000 del metal

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||por Israel Ruiz Salmón, candidato de IU al Parlamento de Cantabria||

A nadie se le escapa que la situación laboral de Cantabria se ha agravado durante la última década, fruto de una crisis capitalista que ha reforzado todavía más el poder económico en unas pocas manos a la par que ha empobrecido a las familias trabajadoras.

Hoy tenemos empleos más precarios y temporales, en buena medida por el fuerte peso que tiene un turismo totalmente estacional y dependiente de tres meses estivales, siendo generosos, y los esporádicos días en los que el efecto Foehn (lo que comúnmente achacamos al viento sur) aparecen.

Trabajadores del metal

El peso turístico en la economía de Cantabria ha de ser otro, uno más permanente a lo largo de todo el año, sin altibajos, y que atraiga a familias enteras por nuestra cultura, patrimonio natural e industrial, gastronomía y ocio alternativo y sostenible, y no únicamente por el de sol y playa de un ‘Caribe del Norte’ (Revilla dixit) que nunca ha existido y que nunca sería la primera opción de quien busque broncearse.

En este escenario de incertidumbre en las economías familiares, pocas serán las que no hayan sufrido en sus propias carnes despidos, rebajas salariales, expedientes de regulación de empleo, horas extra no pagadas, vacaciones no disfrutadas o haber tenido que emigrar para ganarse el pan que no podían en su tierra. Éste último fue mi caso.

Situaciones que se han vivido en todo tipo de empleo, también en el ámbito industrial, generalmente el que mejores condiciones laborales ha tenido siempre, gracias al tejido obrero y sindical que siempre ha reivindicado y defendido los derechos colectivos. En estos días, el mayor y más fuerte sector industrial de Cantabria, el del metal, que engloba a 20.000 trabajadores y trabajadoras, lucha por conseguir un convenio digno que mantenga y mejore los derechos laborales, con mejoras tanto económicas como sociales.

La semana pasada participé en una de las asambleas que CC,OO y UGT han desarrollado por toda la comunidad junto a los trabajadores para informarles de cuál es la situación y oír de primera mano las preocupaciones de los propios protagonistas, pero también las ganas de quienes ya no tienen miedo y lucharán por conquistar todo aquello que en los últimos tiempos se les ha negado.

El conflicto está abierto desde el momento en que la patronal Pymetal se niega a firmar la cláusula de subrogación que demandan los sindicatos para la totalidad de los trabajadores, como ocurre en cualquier otro sector.

Así, Pymetal sólo quiere garantizarlo, según afirma, para el 50%, algo que tampoco es cierto dado que quedarían excluidas del acuerdo numerosas empresas, como las micropymes (aquellas con menos de 10 trabajadores), determinadas categorías profesionales o aquellos trabajadores que no tengan una antigüedad de entre uno y dos años (los sindicatos defienden entre seis y ocho meses, tal y como se hace en otros sectores como el de la limpieza o la seguridad).

Esta lucha, siendo una de tantas que ha vivido y vive Cantabria en la actualidad, supone un pulso que la clase trabajadora libra para defender no sólo los derechos del sector del metal, sino ser ariete para la recuperación de los mismos en otros sectores, más castigados. Hoy son ellos, como ayer fueron las 6.000 personas del sector de la limpieza y mañana serán otras. Y, en todos los casos, ha de imperar la solidaridad, la que hace que el reparto de la riqueza tenga en cuenta a quien la genera, la clase obrera.

Pero no sólo la camaradería entre currantes ha de hacer frente a este conflicto, sino que han de ser las instituciones políticas las que también intervengan. Un presidente que de verdad esté comprometido con la salvaguarda del bien colectivo descolgaría el teléfono y haría uso de su fuerza y de las herramientas de que dispone para evitar que ninguna patronal pusiera en riesgo el progreso económico de su tierra y la estabilidad de las familias trabajadoras.

El próximo domingo, 11 de noviembre, Izquierda Unida estará en la manifestación del sector por las calles de Santander, apoyando sus reivindicaciones que también son las nuestras. Como ya estuvimos en las protestas de #Las9deAON o en las concentraciones de Sistemas Britor o Leche Celta, por citar algunos ejemplos. Y estaremos dando nuestro apoyo en los días de huelga convocados para el 20, 22 y 27 de este mes, y cuando esta batalla laboral se gane, seguiremos con la siguiente. Ya no es momento de resistir, sino de avanzar en la recuperación y conquista de más y mejores derechos.

Porque ninguna salida será buena para los 20.000 del metal si no lo es también para el común de los trabajadores y trabajadoras que viven en Cantabria.

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