La Ortiga Colectiva, único proyecto cultural de Cantabria en Rural Experimenta

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El proyecto sobre culturas y memoria de La Ortiga es una de las seis propuestas seleccionadas, de entre más de 50 de todo el estado, para participar en el taller “Rural Experimenta” del Ministerio de Cultura, Medialab Prado y La Ponte Ecomuséu.

Este taller de experimentación e innovación ciudadana se llevará a cabo en el Ecomuséu de La Ponte medio rural, en Villanueva de Santu Adrianu (Asturias), a finales del mes de mayo de este año.

En detalle, la propuesta presentada por La Ortiga Colectiva lleva por título “(Re)construyendo los caminos de la memoria”, está co-dirigido por el arqueólogo Ángel Astorqui, la socióloga María Montesino y el técnico en recursos naturales y paisajísticos Lucio González.

La propuesta tiene como objetivo poder recuperar las memorias culturales diversas de los habitantes de un territorio para poder crear una metodología abierta y un software libre donde compartir la información en cualquiera de sus formatos.

El trabajo de campo que se llevará a cabo está diseñado con criterios antropológicos para categorizar diferentes aspectos de la vida desde una visión holística: las representaciones culturales, el patrimonio (material e inmaterial), los ecosistemas, la construcción social de la identidad, la etnomedicina, el modelo productivo; atendiendo a un marco teórico de referencia del pensamiento “trans” (transdisciplinares, transfronterizos, transversales, transgeneracionales), la perspectiva de género, la crisis climática o la hibridación cultural.

El proyecto cultural La Ortiga acaba de presentar el número 129 de su revista de arte, literatura y pensamiento, que abre una nueva etapa con un grupo de colaboradores que provienen de distintas disciplinas y ámbitos.

El colectivo propone actividades culturales diversas (encuentros, talleres, ediciones, formación, exposiciones, paseos), que surgen a través de procesos de co-creación dentro de sus imaginarios: letras, ecología, alimentación, pensamiento, artes, feminismos y comunicación.

Entre las actividades previstas para este año, La Ortiga coordina mensualmente dos encuentros culturales en La Caseta de Bombas en Santander, ha participado en varias propuestas del Ministerio de Cultura en Madrid y otros puntos de la península, colabora activamente con Slow Food Cantabria en un Aula de Cultura Alimentaria conjunta y está preparando una nueva edición de láminas de poesía visual.

EL PROYECTO

Medialab Prado es un laboratorio ciudadano que funciona como lugar de encuentro para la producción de proyectos culturales abiertos.

María Montesino, de La Ortiga

Este taller de producción propone habilitar durante cuatro días un Laboratorio de Experimentación e Innovación Comunitaria en Villanueva de Santu Adrianu en Asturias, con el objetivo de explorar maneras en las que desde la cultura se puede potenciar la experimentación y la innovación ciudadana en las zonas rurales, así como promover la colaboración entre las distintas regiones.

Cualquier persona puede hacer propuestas o sumarse a otras y llevarlas a cabo de manera colaborativa. La actividad se estructura en grupos de trabajo, convocatorias abiertas para la producción de proyectos, investigación colaborativa y comunidades de aprendizaje en torno a temas muy diversos.

Rural Experimenta funciona a través de una convocatoria de ideas originales y otra abierta a personas que quieran colaborar, se trata de ofrecer un lugar de experimentación y de producción en el que son los propios participantes quienes desarrollan los proyectos en equipos de trabajo, compuestos por la persona, organización o entidad que promueve la idea y por las personas que se quieran sumar como colaboradoras para realizarlos.

La importancia creciente de la innovación ciudadana alude a la capacidad que tienen las personas y las sociedades para transformar y mejorar la vida en común. El diseño de muchas de las instituciones y políticas públicas que hemos heredado contempla a la ciudadanía como mera receptora de unos servicios, más que como motor de cambio social. Una de las consecuencias más visibles es el alejamiento entre las personas y las instituciones, que perciben como un problema que la realidad social y cultural tenga unos ritmos diferenciados, en tantas ocasiones, a los de las instituciones educativas, culturales, sociales y políticas.

Recuperar los modelos de autogestión, al margen de las grandes estructuras de los gobiernos y de los mecanismos del mercado, a través de los cuales la ciudadanía ha sabido organizarse para generar sus propios recursos e infraestructuras desde la proximidad de lo local, y gracias a la colaboración a distancia que permite la red. Estas prácticas, que podemos situar en la tradición del procomún, pueden ayudarnos a repensar otras formas de lo público y otras economías en las que las sociedades no sientan que aquello que afecta a sus vidas responde a mecanismos que están fuera de su control.

Mientras parece que lo rural se urbaniza, surge la necesidad creciente, en las ciudades, de explorar formas comunales de producción y gestión de los recursos y los cuidados. Una de las formas de impulsar procesos de innovación social es a través de los laboratorios ciudadanos. Estos son espacios en los que personas, con distintos conocimientos y diferentes grados de especialización, se reúnen para desarrollar proyectos de manera conjunta, explorando diversas formas de experimentación y aprendizaje colaborativo.

 

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