El Cisneros truncó el sueño del Bathco de una segunda final de Copa consecutiva

El equipo de Tristán Mozimán dejó marchar la oportunidad de volver a la final de la Copa del Rey ante un Cisneros siempre mejor plantado sobre el terreno de juego. Los madrileños se verán las caras el 19 de abril con el equipo más en forma del rugby español, el VRAC Quesos Entrepinares, que apeó a su rival vallisoletano Hermi El Salvador.

El público respondió al llamamiento para apoyar al Bathco Independiente en su esfuerzo por jugar, por segundo año consecutivo, la final copera. La grada estaba completamente abarrotada de gente, incluidos algunos aficionados del conjunto madrileño. Ambientazo de grandes ocasiones. Fuera de la grada es cierto que no había mucho público, el día estaba condicionado por el temporal de lluvia y granizo que ha azotado al norte de España este fin de semana.

El viento iba a ser un claro protagonista del partido. Soplaba sin cesar, y con fuerza, y siempre en la misma dirección. Eso significaba que en el primer tiempo el beneficiado sería el Cisneros, que jugaría con viento a favor. Y lo aprovecharon desde el inicio. No sólo que lo tenían a favor, sino que se adaptaron a ese condicionante. Ejemplo claro fue el juego de touche. Los madrileños ganaban prácticamente todas las que se lanzaban, sacara quien sacara.

Así era complicado presionar al rival. El Bathco se mostraba más nervioso, estaba necesitado de puntos, pero no sabía hincarle el diente al Cisneros. Había piques entre jugadores, algo lógicos en un partido de tanta trascendencia.

Fueron los de Daniel Vinuesa quienes abrieron el marcador. En el minuto 11 Matías Tudela rompió la línea para dejar el balón en la zona de marca. No debía cundir el pánico. Faltaba mucho. La transformación de Miguel Jiménez dejaba un 0-7 en el marcador.

La tónica del partido no cambiaba. Los madrileños eran dueños y señores, y eso se fue reflejando en el marcador, primero con un golpe de castigo que Jiménez no falló, y después con otro ensayo de Tudela, aunque esta vez sin transformación. 0-15 con casi una hora de juego por delante. Había partido, pero estaba claro que la dinámica debía de cambiar para que no se agotaran las esperanzas de los verdes.

Los santanderinos consiguieron demostrar que el viento en contra no era suficiente excusa para frenarles. La reacción llegó al fin, se fueron hacia arriba y empezaron a poner en aprietos sus contrincantes, hasta que Javier de Juan encontró el ensayo que empezaba a reducir diferencias. Mariano García no acertó con la patada, pero el 5-15 ya era otra cosa. Un 0 en el marcador en rugby es una losa que pesa más y más según pasan los minutos.

El empuje de los bisontes animaba a una grada deseosa de remontada. En cuanto que se acercaba a zona de ensayo el equipo de Mozimán, el público rugía. Ya casi con el tiempo cumplido, una melé fue la ocasión perfecta para seguir reduciendo distancias. Empotraron a los madrileños en su zona de marca y el colegiado decretó ensayo de castigo. Mariano chutó entre palos esta vez, y ponía un 12-15 tranquilizador.

En la última jugada del primer tiempo los verdes se vieron sorprendidos. Pudo costar el ensayo, aunque finalmente sólo fue un golpe que Jiménez no desperdició. Descanso con 12-18. El tiempo se estaba poniendo peor, así que el público corrió a por bebida caliente.

El segundo acto estuvo completamente pasado por agua. Los minutos pasaban y en el campo no ocurrían demasiadas cosas. Hasta hubo que parar el juego unos minutos porque el granizo también acudió a San Román a ver la semifinal. Estaba la cosa muy desagradable.

Pese a tener el viento en contra, el Cisneros repelía los ataques locales con cierta facilidad, aunque sí hubo una jugada de bastante agobio. Muchas fases resistiendo, pero con éxito. Aunque en el minuto 73 no tuvieron la misma suerte. Javier González fue quien logró ensayar, bajo palos además, Mariano transformó y los verdes se ponían por delante 19-18, con siete minutos por jugar. Hacía falta otro ensayo con transformación para poder pasar a la final.

Pero un minuto después, cuando el partido encaraba un final muy emocionante, un error en el pase dio al traste con todas las opciones. Andrew Norton, el nuevo apertura sudafricano del Cisneros, agarró el balón y se marchó sólo hacia el ensayo de la sentencia. Después falló con el pie, pero el 19-23 era suficiente. Con ese resultado concluyó el encuentro.

Al acabar el partido, todos los componentes del equipo de la Universidad Complutense de Madrid celebraron el triunfo y la clasificación sobre el césped. Su victoria fue merecida y no quedaba más que felicitarles y desearles suerte en la final. Una cita a la que llevaban 28 años sin llegar.

Juego escaso que le vale al VRAC para alcanzar su tercera final de Copa consecutiva

El frío de Pepe Rojo congeló el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey de Rugby entre los dos equipos pucelanos. Un partido en el que el actual campeón de Copa, el VRAC Quesos Entrepinares, partía con una ventaja de 10 puntos que supo gestionar perfectamente anulando por completo el escaso juego que mostró el Hermi El Salvador.

Un partido trabado por completo y aburrido para los cerca de 2.000 espectadores que se acercaron hasta los gélidos campos de Pepe Rojo en el que solo los de azul consiguieron anotar punto gracias a tres golpes de castigo concedidos por los chamizos, que transformaba el apertura quesero Daniel Snee. Un 9-0 en el marcador a los 80 minutos que sumado a 12-22 del partido de ida otorga el pase a la final al VRAC con una marcador de 31-12 frente a su eterno rival.