Si hay algo que saben tanto los artesanos del alcohol como el mundo de la empresa es que hay productos que se hacen a corto plazo y otros que hay que esperar a que maduren.

La destilería Siderit nació hace ya casi cuatro años, y, como a todas las empresas, primero han tenido que mirar a lo urgente, a su propio nacimiento y lanzamiento, hasta llegar a una fase de consolidación que ha incluido premios internacionales a sus productos hasta llegar al que recogen este martes, el premio de los hosteleros de Cantabria por su labor en la promoción de la comunidad en el exterior.

Es el premio HORECA, concedido por un jurado del que forman parte los hosteleros y los directivos de los medios de comunicación de Cantabria, que se entrega en una de las citas sociales de referencia del año, como es la Gala de Hostelería, y que han recogido en otras ediciones referentes cántabros como Ruth Beitia.

En este caso el galardonado es, en lugar de una personalidad, un paisaje o una institución, una empresa, que no en vano exporta su producto en más de veinte países a los que lleva el nombre de Cantabria (de hecho, sólo el 20% de sus ventas se hacen en España).

Los impulsores de Siderit

Es, por tanto, un galardón que toca varios palos: el de reconocer lo que pueden hacer las empresas por sus entornos más directos, y el de poner en valor un sector, el agroalimentario, que en los últimos tiempos está dando muchas alegrías a Cantabria en forma de premios y, sobre todo, de empleo y aportación a nuestra economía.

Uno de sus socios, David Martínez, mostraba a EL FARADIO DE LA MAÑANA su “sorpresa y orgullo” por un premio que valoraba especialmente porque se lo conceden “los propios clientes, los hosteleros”.

Tal y como explicaba, “no hay más misterio que intentar hacer las cosas lo mejor posible”, es decir, ofrecer un producto “de calidad”, venderlo y “contar al cliente como lo hacemos”.

Esa estrategia les ha reportado poco a poco reconocimiento y premios, primero a productos, y luego ya a la propia empresa, lo que supone “más orgullo aún” porque ahí lo que se valora la trayectoria.

Lo que empezó como un proyecto surgido en Torrelavega en los peores años de la crisis económica es ahora un producto que se ha hecho fuerte en Europa, en especial en Bélgica y Holanda, y en Inglaterra e Italia, una empresa cántabra que vende vodka en Rusia y Ginebra en Reino Unido.

Y que ahora se encuentra en una fase de expansión, con el traslado a una nueva sede (con bastantes problemas burocráticos y de obra que retrasan a un sector privado que tiene privsa), en la que esperan estar a pleno funcionamiento, al 100% a mediados de 2007.

En esa sede, su nueva y definitiva casa, Siderit será más que una destilería: será un punto de promoción, ya que recibirá visitantes, tendrá un museo…, es decir, será un sitio al que podrán acudir turistas.

Y dentro de esa visión a largo plazo, de ese dejar de preocuparse tanto por lo más inmediato, Siderit ya piensa en nuevos productos, de los que llevan más tiempo.

La ginebra y el vodka se hacen rápido, pero luego están los destilados, que, cuando son puros, se hacen a largo plazo y en barrica, y en esta empresa “últimamente estamos comprando muchas barricas”, avanzaba David Martínez. Las empresas, como el alcohol, ganan con los años.