Mercedes Pérez, espartana de Coca-Cola: “La empresa se negaba a cumplir las sentencias”

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Dentro de las jornadas relacionadas con la huelga feminista del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer, Comisiones Obreras de Cantabria (CCOO) ha organizado dos encuentros abiertos a toda la ciudadanía.

El primer acto pondrá el foco de atención en la lucha de las mujeres sindicalistas, reivindicando casos para reconocer el trabajo de la lucha sindical liderada por mujeres. Será este martes, 5 de marzo, a partir de las 11.00 horas en la sede del sindicato en Santander, en la calle Santa Clara.

Mercedes Pérez, arropada por sus compañeros, junto a Irene Montero. FOTO: Twitter.

En la jornada se abordarán conflictos tan importantes como el generado por Coca-Cola, el de Las 9 de AON o el de las camareras de piso. Precisamente una de las grandes luchadoras ha sido la sindicalista Mercedes Pérez, que se convirtió durante estos años en una de las caras más visibles de las espartanas de Coca-Cola en Lucha, que estará presente en el acto.

Todo comenzó en enero de 2014, el mismo día en el que se firmó el convenio y en el que, pocas horas después, Coca Cola anunció que cerraba cuatro fábricas en España, entre ellas la de Casbega, en Fuenlabrada, que era la más grande de Europa y la más moderna. El ERE presentado suponía el despido de 1.280 trabajadores, por lo que los trabajadores prepararon una huelga indefinida.

“Tras veinte días, los trabajadores de las demás fábricas fueron cayendo y quedamos solos”, cuenta en una entrevista en EL FARADIO DE LA MAÑANA (Arco FM, 103.2). Ahí comenzó una lucha que ha durado casi cinco años y que acabó con una sentencia del Tribunal Supremo declarando nulo el ERE. “Creó jurisprudencia”, recalca. “Reconozco que en ese tema fui bastante cabezota, buscando cualquier resquicio al ERE porque lo tenían todo súper organizado y preparado”.

Precisamente este documento de extinción de empleo fue preparado por el bufete del exministro de Hacienda, Cristobal Montoro. “Concretamente, lo llevaba Sagardoy Abogados, los que ayudaron a Rajoy a preparar la reforma laboral”. Sin embargo, los trabajadores lograron encontrar dos cosas “que no se ajustaban a lo que habían anunciado”.

Por un lado, que no habían dado la información adecuada a los trabajadores y, por otro, que se estaba produciendo “esquirolaje empresarial” del producto, que consiste en que la empresa traía producto a la zona cuando la fábrica estaba cerrada, por lo que no podían elaborarlo y eso significaba que las estaban produciendo fuera. “Eso no estaba recogido en los contratos de franquicia por lo que el ERE salió nulo”, aclara Pérez.

Esta sentencia “fue un mazazo tremendo”, tanto para Coca-Cola y para muchas multinacionales que preparaban EREs similares. “Todo deriva de lo mismo. Se producen situaciones de fabricación en otros sitios y las multinacionales ponen en el primer mundo productos que se han fabricado en países del tercer mundo, de modo muchísimo más barato con mano de obra absolutamente precaria, sacando unos beneficios impresionantes a costa de precarizar cada vez más nuestros trabajos”.

A pesar de estas resoluciones judiciales, la lucha ha sido mucho más intensa. “La empresa se negaba a cumplir las sentencias”, cuenta Pérez. “Hubo un lapsus de tiempo en el que la justicia dictaminó que los readmitieran y en el que la empresa lo cumplió; por lo que los compañeros estuvieron cinco meses sin cobrar el paro, porque ya se lo habían quitado, y sin cobrar los salarios”.

LA LUCHA DE LAS ESPARTANAS: “LOS MAZAZOS QUE DABA LA EMPRESA ERAN BRUTALES”

“La gente lo pasó realmente mal, fue realmente dramático”, señala la sindicalista, que fue una de las instigadoras del campamento de las espartanas.

Todo comenzó con el despido de los trabajadores de Fuenlabrada y, mientras estuvieron despedidos, se montó un campamento frente a la empresa que duró más de dos años. “Los despidieron porque no se quisieron avenir al ERE, con el que la empresa siguió a pesar de que lo habían anulado los tribunales”, insiste Pérez.

Cuando la situación avanzó, en la lucha se involucraron las parejas y familias de los trabajadores, surgiendo así las espartanas. “Después, cuando los trabajadores volvieron a entrar, fueron las mujeres las que tomaron el relevo”.

Además, Mercedes valora que “siendo relativamente pocas, se puso en jaque a la empresa”, ya que Coca-Cola fue señalada por todas las vías. Incluso llegaron al Parlamento Europeo de la mano de IU y Podemos. “Estuvimos con Paloma López y Pablo Iglesias, que nos dieron una visibilidad tremenda”.

La jornada concentra a mujeres trabajadoras que han liderado luchas sindicales

La jornada concentra a mujeres trabajadoras que han liderado luchas sindicales

Aunque eso también tuvo consecuencias negativas ya que “cada vez que se hacía algún movimiento, los mazazos que daba la empresa a los trabajadores de dentro eran brutales, de maltrato y presión”.

En otras cuestión, la sindicalista cuenta que la sentencia recalcaba que los empleados debían reincorporarse al puesto de trabajo que tenían anteriormente. “Pero en la cadena de producción sacaron la maquinaria”, cuenta; y, para ello, se enviaron 20 furgonetas de antidisturbios que “apalearon a los trabajadores para sacar la maquinaria”. Por ello, las espartanas siempre han criticado que la empresa contará “con un apoyo que no debe de ser”, al usar a “las fuerzas del orden público para contravenir las leyes ya que, según la sentencia, se debía reincorporar a los trabajadores al mismo puesto”.

SUFRIÓ UN INFARTO INTESTINAL TRAS UNA REUNIÓN VEJATORIA CON DIRECTIVOS

Ella misma sufrió “tratos vejatorios” en medio de una reunión con directivos, en la que pidió la palabra para pedir aclaraciones de ciertas informaciones que se contradecían.

Según su testimonio, uno de los directivos empezó a gritarle, “acercándose amenazante y diciéndome que yo tenía que callarme”. “Me sentí absolutamente humillada y amenazada porque no solo no le dijeron nada sino que se rieron de cómo me estaba tratando”.

Tras este hecho, abandonó la reunión con fuertes dolores en el vientre que acabó siendo un infarto intestinal, “que casi me llevó al otro lado”. La empresa “lo tapó, haciendo como que no pasaba nada, que tenía problemas de salud como cualquier persona mayor de 50 años”.

Sin embargo, las prácticas de intimidación continuaron, hasta el punto de que diferentes medios de comunicación llegaron a publicar datos personales de ella y otros dos compañeras, revelando sus nombres y apellidos, dónde vivían y sus sueldos. “La propia Guardia Civil advirtió del peligro, alertando de posibles consecuencias”. Ellos lo han denunciado pero aún están a la espera de si alguien pagará por ello.

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