6 claves para la reindustrialización del Besaya

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El Pleno del Parlamento de Cantabria aprobó ayer por unanimidad sendas mociones a instancias de PSOE y PRC para declarar a Torrelavega área de atención prioritaria y reclamar al Estado que se implique en su industrialización. Vale bien, ¿Pero se dijo algo más? ¿Con qué argumentos va a ir Cantabria a Madrid a pedir para la capital del Besaya cuando hay decenas de ciudades industriales en España con las que compite Torrelavega en una dramática deslocalización y destrucción de tejido empresarial y de empleo?

El gran titular del día sobre el debate parlamentario de anoche en la cámara regional traslada hoy que las fuerzas políticas están de acuerdo sobre Torrelavega, pero nada más lejos de la realidad: aunque PSOE, PRC y PP han votado en el mismo sentido, no surge de nuestros políticos ni un sólo diagnóstico concreto y no asoma ni una sola propuesta que trasladar al Gobierno de España para la reindustrialización del Besaya.

Pues bien, en 40 minutos de tertulia de Buenos Días Cantabria han surgido unas cuantas claves sobre el futuro de Torrelavega:

1. Altura política. «Mejor nos equivocamos todos y si sale mal no vamos a tener nada que echarnos en cara». La frase es del diputado regionalista Rafael Pérez Tezanos, pero la podía haber firmado cualquier otro que escuche a la gente y que salga del contexto de burbuja político-electoral en el que nos encontramos. En la línea del pacto político por el Besaya que no llega, y en el sentido que reclama la sociedad cántabra y torrelaveguense de sacar de la confrontación partidista la crisis industrial en la capital del Besaya, que se traduce en una tasa de paro del 27%. No necesitamos políticos de la oposición cronistas de la catástrofe ni políticos en el Gobierno enarbolando la herencia recibida. Ni un minuto más. Aunque para ello necesitemos algo parecido a un ORECLA parlamentario, para que nuestros diputados remen en la misma dirección y puedan elaborar un documento consensuado que pueda convencer al Gobierno central de que Torrelavega merece una intervención estratégica. Porque los parados son de todos, y no les interesa si su situación es responsabilidad del Ejecutivo del PRC-PSOE o del actual del PP.  Y altura política es ambicionar un legado que haga a un líder político pasar a la posteridad. Astucia, generosidad y valentía, como valores a investigar.

2. Declaración de Torrelavega como zona de urgente reindustrialización, como el Gobierno de Cantabria ha anunciado que solicitará en Madrid. Esto significa que cuando una empresa se dirija al Ministerio de Industria para instalarse en España, el equipo del ministro de Soria señale a Torrelavega en el mapa ¿Cómo? Con una serie de ventajas fiscales para esas nuevas empresas o el abaratamiento del coste del suelo industrial.

3. Apuntalar la industria que resiste en el Besaya. En el valle, desde Torrelavega a Corrales de Buelna, e incluso en Reinosa – el viejo corredor industrial de la región-, sigue habiendo empresas fuertes que tiran de la industria auxiliar y sostienen el tejido empresarial. Habrá que escuchar sus demandas y procurar atender sus reivindicaciones. Todo esto en equilibrio con no ceder a chantajes, como ha sucedido en el pasado, sin ir más lejos con Sniace.

4. Un DAFO. Nuestros gobernantes deben tomar conciencia de que dirigen la mayor empresa de la región: una empresa de 600.000 habitantes ¿Qué es un DAFO? Un análisis de fortalezas y debilidades. El Gobierno y el Ayuntamiento de Torrelavega tienen que ponerse con ello y desarrollar las oportunidades de localización. Ahí van unas ideas fuerza surgidas de la tertulia de Buenos Días Cantabria:

– Torrelavega es un nodo de comunicación importantísimo entre la cornisa cantábrica y la meseta, que cuenta con terrenos disponibles para la ubicación de centros logísticos de distribución, justo en el enlace de una autovía A-8 que por fin se prepara para su finalización con las obras entre Solares y la capital del Besaya.

– Una tradición industrial, que no sólo sirve para que aumente la crispación en tiempos revueltos; el carácter obrero y de sacrificio está en el ADN de la ciudad y debe ser reivindicado como uno de los grandes atractivos para la inversión de las empresas.

– Nuestros gobernantes deben dejar a un lado la propaganda y establecer las fortalezas de la región, para cargarse de argumentos y salir a los foros adecuados a vender las bondades de Cantabria. Si hubiéramos tenido un buen DAFO, Invercantabria se hubiera quedado en un cajón y no habría volado a México.

5. Esfuerzo diplomático, para evitar el buzón de voz del poder económico. «El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura», así ha sonado varias veces el móvil del coordinador del equipo directivo de Sniace, Miguel Gómez de Liaño, cuando le ha llamado el presidente regional, Ignacio Diego. Y no puede ser, esa situación debe terminar. Ayer 200 trabajadores de Sniace dirigieron la presión hacia la empresa, en el encierro matutino en las oficinas de la fábrica. El Gobierno (y el Ayuntamiento) también pueden ver a los trabajadores despedidos como aliados y no como enemigos. Y una vez retomadas las conversaciones con las empresas, será importante que el Gobierno recupere las preocupaciones de la industria (inseguridad jurídica sobre la energía o impuestos) y las ponga encima de la mesa del Ministerio de Industria, que, sin embargo,  sigue firme en sacar adelante una reforma energética que inquieta a la industria. Extremadura, una comunidad gobernada por el PP, ya ha anunciado un recurso de inconstitucionalidad contra el Real Decreto Ley 2 del 2013 de medidas urgentes en el sistema eléctrico y en el financiero.

6. Cuidado con la subasta autonómica. Cantabria compite con otras 16 comunidades autónomas en la atracción de inversiones y las empresas grandes son conscientes de ello. Un ejemplo reciente es el de Tubacex, proyecto que SODERCAN participará con un 19% y que ya sabemos que ha sido ofrecido a otras regiones. La fórmula es idéntica a la de GFB, pero el desenlace no tiene por qué ser el mismo. En cualquier caso los técnicos de la administración deben estudiar estos costes de oportunidad y nuestros gobernantes tomar decisiones en función de lo que aconsejen los técnicos. Y medir en la puja por los proyectos industriales para que no vuelvan a ser ruinosos. Como símbolo, lo que hay que evitar es que se repita el despropósito de la fábrica de fibroyeso de Orejo.

En definitiva, mucho trabajo por delante y muy complejo. Pero volviendo al punto primero: nadie va a reprochar nada por intentarlo.

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