Poco a poco, se van dando pasos en contra de Valores Santander, el producto financiero complejo del Banco Santander, que empieza a recibir sentencias en contra y avisos de los órganos gestores.

Como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ha impuesto al banco presidido por Emilio Botín sendas sanciones que suma 16 millones de euros por infracciones muy graves en la venta de este producto.

El banco ha reaccionado rápido, respondiendo que ya ha presentado los correspondientes recursos (que ya es ante la Audiencia Nacional, que los ha admitido a trámite).

Los Valores Santander se idearon cuando el banco se lanzó a la adquisición del holandés ABN Amro, por un valor de 7.000 millones de euros, para lo que, invirtiendo los papeles, recurrió a sus clientes para que le ayudaran a financiar esta operación, a través de unas cantidades que luego se convertían en bonos y acciones del banco. El resultado final salió mal, causando pérdidas a clientes.

En concreto, la CNMV ha emitido dos fallos respecto a procesos que datan de junio y julio de 2012, en los que se alude a una infracción muy grave respecto a la Ley del Mercado de Valores, por no disponer de la información necesaria sobre sus clientes o por no cumplir las obligaciones en la relación con sus clientes.

Son dos multas de 10 y de 6,9 millones de euros, respectivamente, que aparecen reflejadas en el Boletín Oficial del Estado.

Los artículos incumplidos se refieren a la obligación de una información clara a los clientes y de su traslado de este tipo de datos a las entidades responsables, como la propia Comisión Nacional.

A ellas se suma otra serie de sanciones de la CNMV por valor de 900.000 euros para Jaime Botín-Sanz de Sautola, ex vicepresidente del Santander y a varias sociedades de la que es consejero, por no comunicar a los clientes la difusión de participaciones significativas en Bankinter, entidad de la que es accionista mayoritario.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores ya había advertido de irregularidades en la oferta de Valores Santander en el caso de un matrimonio cántabro, que finalmente logró que la justicia condenara al banco a devolverles 120.000 euros.

Todo con un producto en el que se puso de manifiesto que se dieron instrucciones desde el banco para que las fechas que constaran en su venta coincidieran con las del folleto de la CNMV, pese a que en algunos casos se registraran con anterioridad a esa fecha.