La cultura del cambio
Si hay un sector acostumbrado a trabajar en medio de las dificultades y a estrujarse los sesos para llegar a la gente entre el ruido y la falta de recursos, ese es el de la cultura, castigada por un IVA que les agobia y con la conciencia clara de que, en tiempos de crisis, corren el riesgo de ser de lo primero que se plantean prescindir, tanto el público como las instituciones.
Lo saben muy bien los nominados a los premios El Faradio al Espíritu Crítico en la categoría de Creadores, que pese a tener un considerable reconocimiento y una trayectoria consolidada, se han atrevido a darse una vuelta y huir de lo cómodo.
Porque lo cómodo para Álvaro de la Hoz y su productora Burbuja Films era seguir rodando cortometrajes de los que dan premios, y vídeos empresariales e institucionales de los que dan de comer. Suficiente.
Pero se ve que les gustan los problemas y se embarcaron en el rodaje de un largo, de los difíciles, con exteriores, Hazlo por mí, con una historia arriesgada y una logística de las de sufrir, que se encuentra ya en la mesa de producción.
También se reinventaron Estereotypo, que afrontaron el reto de, en la mejor línea de Lampedusa, tener que cambiar algunas cosas para seguir siendo los mismos o, precisamente, seguir siendo los mismos por saber ser capaces de cambiar ante las circunstancias.
De trío a dúo y de letras en inglés a letras en castellano, este año han materializado su nueva etapa y lo han hecho por la puerta grande, estrenando su single en Radio 3. Han evolucionado, a todos les pasa (atentos a la letra).
Y mientras tanto, muchos cántabros ignoran que los ingeniosos tuits con su ya casi propio lenguaje y los densos artículos que escribe para el magacine cultural Jot Down (uno de los principales casos de éxito de la nueva hornada de medios de comunicación con, por cierto, un nada desdeñable clan cántabro dentro) Rubén Díaz Caviedes lo hace desde Cantabria, adonde ha regresado, y no sólo para hacer fotos y sacudir ‘tuister’ en horario de noche.