De balance en balance hasta el pleno final

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No os pongáis nerviosos, pero sólo quedan dos Plenos para que acabe la legislatura.

Discoteca

La fiesta se acaba

Si nos alojáramos en un hotel estaríamos haciendo la maleta a toda velocidad; si estudiáramos en la Universidad, estaríamos recopilando apuntes en la cola de reprografía; si protagonizáramos una serie los guionistas estarían pensando cómo ir cerrando las tramas y si San Rafael fuera un bar, no sé, el Indian o el Grog, bueno, pues ya no sonaría la música y estaríamos apurando todas las opciones posibles para no volver solos a casa.

Los diputados se esfuerzan en llenar el orden del día de puntos, mociones, interpelaciones y preguntas, hoy hasta aprobaban una Ley.

Y sobre el papel parece que son muchas cosas, pero en realidad sólo hay un punto en el orden de día: hacer balance de estos cuatro años.

Despierta el mismo interés fuera que un mitin, pero al menos resulta más barato.

Hay puntos que son directamente balances (en turismo, en cultura, mejor dicho, contrabalances), pero hay otros que se acaban convirtiendo en evaluaciones.

Sucedió con la aprobación de la ley que modifica el límite de endeudamiento de la comunidad para acogerse a un préstamo a interés cero.

Tanto detalle para nada: la consejera de Economía, Cristina Mazas, que ya hace tiempo que le cogió el truco a la utilidad de los debates en el Pleno (escasita), aprovechó para hacer un balance de la política fiscal del Gobierno de Ignacio Diego.

Es decir, se trataba de vender menos intereses por la deuda, menos impuestos y “más dinero en el bolsillo” de los ciudadanos o para dedicar a políticas de empleo.

La oposición también lo tiene claro y el PSOE, por boca de Lola Gorostiaga, hacía hincapié en el incremento en la deuda, esa que los socialistas intentan situar en el primer plano de la agenda política y que quiere negociar la candidata Rosa Eva ‘Tchipras’ Tezanos, mientras el PRC que sí, que estaba por ahí, pensando en los ayuntamientos, recordaba el numerito de las facturas en el cajón de principios de legislatura.

EL INTERLEGISLATURA

Tradicionalmente en las comparaciones de datos, caso del paro, se compara o bien con el mes pasado, o con el mismo mes del año anterior. Es lo que se llama el interanual. Pero en Cantabria se está poniendo de moda un nuevo indicador: el interlegislatura.

A los datos en I+D+I se remitía un socialista Juan Guimerans, que en su cierre de ciclo parece querer ser recordado como un estadista, con alusiones a que el gobierno de Diego será “un mal sueño” que ha “impedido” el futuro de toda una generación que el PSOE quiso que “liderara” el cambio hacia una “Cantabria del Conocimiento”.

Porque al final, una legislatura es el tiempo que transcurre entre que instalas una carpa y que quitas la última.

Y recordó el burro, el famoso burro atado a la carpa del PCTCAN en su precipitada inauguración electoral en los estertores del Gobierno de Martínez Sieso cuando el parque era más carpa que otra cosa.

Le respondía el ‘popular’ Carlos Bedia, criticando a la “coalición de oposición” con un símil futbolístico en el que veía que unos le dejan el balón al otro para que “remate”.

Algunos ya tienen el balance hecho, y por eso pasan directamente a la reprobación, la que proponía para el consejero de Industria, Eduardo Arasti, la parlamentaria socialista Cristina Pereda, con ese entusiasmo que sólo ella es capaz de mostrar para defender, con más ahínco incluso que él mismo, el legado del regionalista Javier López Marcano al frente de la gestión del turismo y de Cantur en la pasada legislatura.

Pereda sacaba el diccionario de la histórica y luchadora María Moliner para rescatar su definición de sectarismo.

Hablaba de teleféricos y campos de golf, de despidos en empresas públicas para volver a contratar, de dimisiones encadenadas en los órganos de dirección o del estado del aeropuerto de Parayas, ya sabéis, el Seve Ballesteros.

En el Pleno se tocan temas, y si te abstraes mucho, llegas a no identificar quién habla de qué.

Las contrataciones en empresas públicas por pertenecer al partido, la sumisión a Madrid, las contrataciones recurrentes a las mismas empresas o por obsesionarse con proyectos absurdos que todo el que está mirando sabe que van a acabar fatal…

Todos piensan que esas cosas sólo las hace el de enfrente. Esa también es una buena definición de sectarismo. De haber vivido más, tal vez María Moliner hubiera actualizado esa entrada.

En un pleno con alusiones a la elevación del tono de voz cuando no se dice la verdad (acusación del portavoz regionalista Rafael de la Sierra al consejero encargaestudios Javier Fernández), resulta difícil pillar que es el momento de salir del bar cuando ya no notas que la música ha dejado de sonar porque, directamente, te interesa tan poco que al final has dejado de oírla.

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1 Comentario

  • Gargantúa
    17 de marzo de 2015

    Te olvidass de ue es la hora de los meritorios. Salvo el PSOE, que ha desvelado las dudas sobre la candidtura en previsión de que tal incögnita pudiera haber traido muertos o heridos, en los otros dos partidos el lameculismo alcanza en estos días el paroxismo total. Miradas torvas, alientos con olor a heces, y codazos propios de un partido del Atleti se producen mientras los periodistas echais la siesta aburridos por la vacuidad de los debates. Os perdeis lo mejor. Un saludo

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