El día en el que Amparo y sus 100 defensores vencieron

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|| POR ÓSCAR ORTIZ ||

Todo comenzó un 4 de agosto de 2014. La lucha arrancó justo hace un año. Amparo Pérez batalló hasta el último momento. Y en ningún momento se quedo sola, sino todo lo contrario. La batalla fue dura e intensa, pero con un final muy frustrado.

Hoy todos tenemos que recordar como comenzó su lucha, y la de todos aquellos que en todo momento apoyaron su causa. Un día como hoy, pero hace justo un año, una comisión del Ayuntamiento acudió para que Amparo firmase el acta de ocupación de su vivienda y ella se negó.

La vivienda de Amparo, que finalmente en febrero fue destruída

La vivienda de Amparo, que finalmente en febrero fue destruida

Se negó, y el Ayuntamiento comenzó su particular batalla para que la anciana abandonase la casa. Pero el Consistorio nunca se imaginó el apoyo que logró acumular Amparo, que un año después se ha convertido en todo un símbolo, incluso tras su muerte.

Un apoyo que se tradujo en concentraciones, manifestaciones, acampadas… Todo lo que fuera para una lucha que duró muchos meses. Concretamente, seis.

ASÍ COMENZÓ TODO

Pero vamos a recordar que sucedió hace justo un año. Vamos a rememorar como comenzó este proceso. Nos situamos en el 3 de agosto de 2014. Unas treinta personas se reunieron en torno a la casa de Amparo, en el parque de la Vaguada de Las Llamas. Eran las nueve de la noche.

La noche se echaba encima. Una noche veraniega. Distintos colectivos, entre los que se encontraba la PAH, decidieron pasar allí las horas bajo la oscuridad. ¿Por qué? Por el miedo a que la comisión del Ayuntamiento acudiera al día siguiente a primerísima hora, es decir, se presentase en la casa a las seis de la mañana.

Pero otra de las preguntas que se planteaban era el cómo se iba a pasar esa noche. Mejor dicho, como iban a dormir. Pues muy fácil. La mayoría de los que allí permanecieron, acamparon. Una acampada muy social, una acampada con un objetivo muy reivindicativo, recordando a las que se sucedieron tras el 15M.

Aunque todos comprendemos que el suelo esta duro y no está hecho para todas las espaldas. Por eso, otros decidieron quedarse en coches. Pero lo más importante de esta acción no es quien se quedó a dormir o dónde, sino la unión de varias personas para reclamar los derechos de una anciana e internar, al mismo tiempo, que no fuera vulnerable. Unas 30 – 40 personas decidieron acompañar en la noche del 3 de agosto a Amparo.

Una vecina saluda a Amparo

Una vecina saluda a Amparo

Y llegó el 4 de agosto. Llegó el día señalado. Los ojos comenzaron a abrirse alrededor de las seis de la mañana, ya que a partir de esa hora podía presentarse allí algún miembro del Ayuntamiento. Despuntaba el alba, y las ganas de reivindicación aumentaban al ritmo en el que se movían las agujas del reloj.

Pero pasaban las horas, y allí nadie llegaba. Pasaron las seis, las siete, las ochos, las nueve… Los ojos miraban para todos los lados, hacían un giro de 360 grados, pero nadie del ayuntamiento se presentaba. Incluso alguno empezó a dudar si finalmente llegaría un enviado especial por parte del ayuntamiento.

Eso sí, el número de personas fue ‘in crescendo’ según pasaban las horas. De las 30 que pasaron la noche, la cuantía de defensores aumentó hasta las 100 personas.

Cada vez estaba más claro que se respiraba un ambiente muy reivindicativo, un ambiente en defensa de los más débiles y vulnerables.

Y seguían pasando las horas. Los 100 de Amparo allí seguían. Eran las diez de la mañana, y allí nadie se presentaba. Las once, y más de lo mismo. Pero la premisa estaba muy clara: de la casa de Amparo nadie se movía.

Hasta que llegaron las doce del mediodía. Llegó el momento clave. Entre gritos reivindicativos llegó un representante del Ayuntamiento junto a un policía local para que Amparo Pérez firmase un acta de ocupación. Y, como era previsible, ella se negó.

Amparo Pérez

Amparo Pérez

Hay que recordar que no existía ninguna orden judicial para que el Ayuntamiento pudiese expropiarla, y por ello debía firmar este acta. La negativa fue rotunda, y el delegado del ayuntamiento se fue como vino.

Los aires reivindicativos se tradujeron en un ambiente de victoria. Pero estaba claro que el trabajo que se les presentaba por delante era muy intenso.

Una lucha que duró nada más y nada menos que seis meses. Una batalla de Amparo y varios colectivos contra el Ayuntamiento por la creación del nuevo vial.

Y así surgió todo. Así nacieron las reivindicaciones en favor de los derechos de la anciana. La noche y el día como inicio de una batalla que acabó siendo frustrada, y que este martes, un año después, culminará con la inauguración no oficial de ese vial que se lo llevó todo.

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