De la Serna, esta vez tampoco

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Rajoy-De la Serna

De la Serna con Rajoy, en el mitin de la campaña de las Autonómicas en Santander.

El alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, está siempre en todas las quinielas para ocupar algún cargo político en Madrid, pero esta vez tampoco lo será; no al menos en la primera línea por Cantabria, después de que el Comité Electoral Nacional del PP haya aceptado la propuesta del partido en la región: Ana Madrazo.

Porque Iñigo suena más que Michel cuando hay una vacante en el banquillo de un equipo de fútbol, pero todo se queda, de nuevo, en el ámbito de la rumorología.

Incluso sus adversarios políticos habían comentado off the record, con mucha seguridad, que De la Serna sería el número uno del PP al Congreso de los Diputados. Era la noticia que muchos querían dar.

Bien es cierto que en esta ocasión había llegado su nombre con más fuerza todavía que en anteriores, tras la debacle electoral del PP en Cantabria (que también fue la suya en Santander) y por la necesidad de renovación en los partidos tradicionales.

El alcalde de la capital de Cantabria ha contribuido a que se especule con su nombre para otras lides, tanto en política como en el ámbito privado, como cuando dilató hacer pública su decisión de encabezar la lista de Santander en las últimas municipales.

De la Serna ha sonado otras muchas veces, bien para acaparar el liderazgo en Cantabria – es el preferido de algunas élites económicas y mediáticas- o para ocupar alguna vacante en Madrid.

La última, tras la dimisión del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Entonces el elegido fue Rafael Catalá, pero periodistas de Madrid como Ignacio Escolar llegaron a ponerle “cara de ministro”.

En algún momento se le ha visto entonando el mensaje coral del PP junto a otras caras nuevas, alternando presencias en los platós con los Pablo Casado – cabeza de lista en Ávila-, Javier Maroto – se lo está pensando-, Borja Sémper – número uno por Gipuzkoa- o Andrea Levy – fuera de listas-.

Sus apariciones televisivas, sobre todo en su etapa como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, en la que ha intensificado sus relaciones políticas en la capital de España, también han enmarcado a De la Serna como un futuro activo del PP nacional.

El PP todavía tiene que completar las listas en todas las circunscripciones. A De la Serna le puede quedar la baza de Madrid, donde se ha trabajado la buena relación con el sector de los sorayos (el grupo de confianza de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría). Incluso esa cuota en alguna otra provincia.

Una posición de salida para De la Serna en otra circunscripción está muy cotizada. Rajoy tiene que buscar acomodo en Madrid a los ministros Cristobal Montoro o Isabel García Tejerina

Desde el inicio del curso, dentro y fuera del PP, en círculos políticos de la región, se había apostado fuerte por De la Serna como número uno del PP al Congreso de los Diputados.

Su mala relación con la dirección del partido en la región y su tercera legislatura recién comenzada en Santander – con mayoría simple aunque bien atada con Ciudadanos- han disparado de nuevo los rumores sobre las ambiciones políticas del alcalde.

Su presunto tirón electoral ha estado siempre en el argumentario de los defensores de De la Serna como cabeza de lista al Congreso (incluso al Parlamento de Cantabria, en un momento en que la sucesión de Ignacio Diego es un debate, underground, pero debate).

Lo cierto es que el alcalde ha subido en votos cuando el PP ha subido y, a la inversa, ha bajado cuando ha bajado. Si fuera por tirón, uno podría haber sugerido que el lugar de De la Serna en las listas debería ser el número tres al Congreso de los Diputados, el escaño que de verdad tiene que atar el PP en Cantabria si quiere minimizar daños en las elecciones generales (obtuvo cuatro en 2011, en la mayoría absoluta de Rajoy, pero en citas anteriores siempre ha tenido tres o dos).

El caso es que pocos se habían planteado otra cosa que no fuera De la Serna número uno del PP por Cantabria al Congreso. Y esta vez tampoco.

Ahora quedan por definir los otros puestos de la lista. Entre las incógnitas con algún morbo está saber si el PP de Cantabria encontrará acomodo al secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle; al actual delegado del Gobierno, Samuel Ruiz, o al exalcalde de Camargo, Diego Movellán, dos expresidentes de Nuevas Generaciones.

Lasalle fue el número dos en la última lista del PP en 2011, aunque luego dimitió y su escaño fue ocupado por Javier Puente. También entraron María Jesús Susinos, actual alcaldesa de Entrambasaguas y José María Alonso.

También queda por desvelar la lista al Senado. En 2011 los populares obtuvieron tres de cuatro: Gonzalo Piñeiro,  Encarnación Salmón y José Luis Vallines.

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