En los márgenes del Pleno

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Tal vez no lo sepáis, pero el mensaje antiélites y privilegios de los goberantes tuvo en Cantabria un gran precedente. Y no, no fue Miguel Ángel Revilla, como podría pareceros. El expresidente aún no estaba en todo su esplendor escritor-televisivo. Fue Isabel Urrutia, diputada del PP, en su anterior etapa en la oposición, cuando, al hablar sobre plumeros, pronunció solemne: “debe ser que desde sus coches oficiales las lunas tintadas no les dejan ver lo que sucede”.

Después llegó Revilla e inventó el término puertas giratorias, Pablo Iglesias le leyó y le dijo a Íñigo Errejón que el Laclau ese no tenía ni idea; y, con los años, Rubén Gómez de Ciudadanos llevaría el tema al Parlamento de Cantabria, en un cierre del círculo más propio del Doctor Manhatan de Watchmen. Porque todo es ya, definitivamente, transversal.

Poco más tenemos que aportar después de este arranque, en un pleno breve (cuatro puntos en el orden del día) que casi podría considerarse de transición, con un ojo puesto en las elecciones generales y otro en la aprobación de los presupuestos cántabros para el año que viene, con esa oferta de apoyo de Podemos a PRC-PSOE ligada a la aprobación de una reforma fiscal.

Vamos, la cosa está en si aceptamos Podemos como condicionante de las políticas del Gobierno.

Por si acaso, Podemos le ha recordado hoy a PSOE y PRC de lo que es capaz: su abstención impidió que saliera adelante una propuesta del PP sobre ganadería.

En concreto, era sobre ayudas a razas locales amenazadas, que motivó la presencia de más de un centenar de ganaderos a las puertas del Parlamento y en la que, desde la tribuna, se anunció que esa falta de dinero que denunciaba el PP había quedado paliada con la inversión de 1,9 millones de euros que contribuirán a que todos los afectados pueden recibir su parte,

Fueron los ganaderos el público de una sesión en la que hubo casi unanimidad en una moción de apoyo al pueblo saharaui, en el 40 aniversario de la marcha verde y en medio de una crisis humanitaria provocada por las fuertes lluvias de las últimas semanas.

Decimos casi porque el PP se abstuvo remitiéndose a la legalidad internacional, lo que valió a Podemos para mostrar su “vergüenza ajena” por esta actitud.

Pero como decíamos, ante una sesión de, digamos, de baja intensidad, la atención estaba en los márgenes:

-en esa confirmación que le hacía el alcalde, Íñigo de la Serna (diputado autonómico también) a la consejera de Sanidad, María Luisa Real, de que el Ayuntamiento ya había concedido la licencia al Hospital Valdecilla, que llevaba semanas enfrentando a ambas instituciones

-o en esa carta que le ha enviado el consejero de Economía, Juan José Sota, al secretario de Estado de Administraciones Públicas, pidiéndole explicaciones sobre ese Plan de Equilibrio Financiero

(un conjunto de medidas de recorte consecuencia del incumplimiento del objetivo de déficit, habitual en los últimos años, y que viene marcada por la falta de transparencia: se la pidió el Estado al Gobierno de Diego en la campaña electoral, sin que esto se comunicara públicamente, que está elaborado ya pero que depende para su aprobación del Gobierno central y que, en cualquier caso, el Ejecutivo actual tampoco ha difundido para que se conozca).

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