Carmen Pérez, la bandera del rugby cántabro

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Cantabria es una comunidad autónoma tan pequeña, que no es habitual que salgan de ella celebridades. En los deportes, tampoco, aunque algunas hay de mucho brillo.

En el rugby es aún más complicado. No es un deporte importante en España ni tampoco en nuestra tierra. Sin embargo, Bathco ha logrado elevar el nivel. Ahora, este deporte interesa más porque hay un equipo en la División de Honor, el Independiente Rugby Club. Pero queda mucho camino por recorrer.

Esos caminos necesitan que alguien se adelante y empiece a reconocer el terreno, que recorra distancias y sirva de guía para alguien que llegue por detrás. Es lo que se ha dicho otras veces, en casos muy significativos, como Fernando Martín jugando en la NBA en los años 80, o un cántabro como Severiano Ballesteros, que poco menos que introdujo el golf en España.

El rugby femenino español está en un momento de crecimiento indudable. Parte de una base tan baja, que el camino por delante todavía es larguísimo. Pero hay un progreso evidente. Ya hay competición liguera femenina en España. Y en el Seven hay opciones razonables de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

En cuanto a la selección femenina de XV, el nivel nunca ha estado realmente mal, España sí ha cuidado este deporte más que muchos países. Las Leonas suelen acudir a las citas mundialistas, por ejemplo al Mundial de 2014 en Francia, donde no lograron destacar lo suficiente en la primera fase, pero acabaron novenas de 12 tras ser las mejores en su tramo final de competición, el de las cuatro selecciones que jugaban por eludir el último puesto.

A nivel cántabro, Bathco puede ser el trampolín para que haya más jugadoras que crezcan y vayan hacia la élite y el seleccionador José Antonio Barrio tenga que fijarse en el trabajo que allí se hace. Es un trabajo de sembrar y recoger, que empieza por hacer que se conozca un poco el deporte, quitarle de encima el cliché de que es violento y que la gente sea consciente de los valores que desprende.

Tenemos un ejemplo ahora mismo: Carmen Pérez. Salió de Bathco, donde fue pupila de Tristán Mozimán, y ahora está en un momento triunfante. Juega en Francia (previo paso por Getxo), signo evidente de que necesitaba salir de España para explorar sus límites dentro del deporte de élite.

Chambery es el lugar donde desarrolla ahora su carrera. Poco a poco esto le ha servido para crecer y que ‘Yunque’, el seleccionador, la tenga presente cuando tiene que dar una convocatoria, tanto para el XV como para el Seven. Hace algunas semanas la llamó para un duelo ante Escocia. Ahora, justo antes de Navidad, para otros dos partidos contra Hong Kong.

Su papel en estos 2 amistosos disputados ha sido relevante. Las victorias españolas han sido concluyentes, 59-12 el primero y 57-0 el segundo. La cántabra fue titular en los dos encuentros, y en el primero fue autora de un ensayo.

Entre la disputa de ambos partidos, Pérez pasó por los micrófonos de ‘Villanos y Caballeros‘ para reflejar sus sensaciones por estar en el grupo de jugadoras seleccionadas para estos amistosos. No cree que sea fija en el grupo, sino que está «intentando hacerme un hueco en el equipo y muy contenta», dijo.

La jugadora del Savoie femenino agradece mucho ver a las jugadoras del Seven incorporadas al XV. El nivel del equipo aumenta, pero admite que, más que fijarse en ellas, «siempre me fijo en las que juegan en mi puesto», es decir, en las que están en la tercera línea.

Pérez reconoce que faltan «muchas cosas por mejorar», cree que en el primer partido ante las asiáticas «jugamos muy bien en ataque, en defensa no tanto», pero que el ambiente del grupo es muy bueno y el nivel no estaba mal para el tiempo que han podido entrenar juntas.

Su importancia para la selección española empieza a hacerse evidente, aunque ella se lo toma con humildad y sabe que necesita seguir trabajando muy duro para poder estar en las citas importantes de las Leonas.

Tras los amistosos, llega el momento de desconectar y recuperarse del cansancio del primer tramo de la temporada. Santander es donde va a pasar las fiestas navideñas, en familia y con la vista puesta en volver a Francia el 2 de enero para reanudar la temporada con su equipo.

Por supuesto, su mente también estará en volver con la selección. El objetivo a medio-largo plazo es poder estar en el Mundial de 2017, que se disputará en la capital de Irlanda, Dublín, y la de Irlanda del Norte, Belfast. Eso podría ser un hito definitivo en la carrera de Pérez.

Sería muy importante que ella pudiera servir de referente. Que muchas jóvenes y niñas de Cantabria puedan saber quién es Carmen Pérez y tener ahí una prueba que les haga pensar que es posible alcanzar la élite, por mucho que se encuentren todas las trabas del mundo por ser este un deporte minoritario y por la menor consideración que reciben los deportes femeninos aún hoy en día.

El trabajo es la guía. La suerte y el dinero no son suficientes argumentos para triunfar en el deporte. Sin el sacrificio y las ganas de mejorar, no hay nada que hacer. Y en eso Carmen Pérez es un ejemplo, un espejo donde mirarse. Ahora falta ver dónde está el techo para esta tercera línea de 30 años. Por empuje no será.

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