En el último espacio dedicado al Fútbol Humilde en Buenas Tardes Cantabria conocimos la historia de Izaro Antxia, la primera jugadora transexual federada de futsal femenino en España.

Para alcanzar su meta de jugar al deporte que le apasiona de toda la vida, Izaro debía tener el documento nacional de identidad que la identificase como mujer, hecho que no consiguió hasta el pasado 30 de marzo, clave para poder obtener su ficha federativa en la categoría femenina.

Tras conseguir cumplir con las trabas burocráticas por fin pudo debutar en el equipo femenino bizkaino del Leioa Maia el 10 de abril de este año, cumpliendo así una de sus grandes metas personales.

Nos explicaba su relación con Cantabria, cuestión que Alega Cantabria tuvo en cuenta además de su historia para ser la pregonera del Día del Orgullo LGTB en Santander el próximo sábado 25 de junio en la calle Tetuán a las 13.15 horas: «casi toda la familia de mi padre es de Guriezo, donde pasé los mejores momentos cuando era pequeña y lo pasaba tan mal en la escuela, en Guriezo era donde jugaba al fútbol y hacía deporte con mis amigos»

Izaro Antxia posa con el D.N.I. que la permitía ser inscrita como jugadora en la categoría femenina.

En cuanto a su historia personal nos cuenta que «prácticamente desde siempre era consciente de ser una mujer» pero que «en el momento que empiezas a sociabilizar con otra gente te das cuenta de que no estás en el lugar que te corresponde, y entonces llega ese momento en el que no sabes que te está ocurriendo porque sobre todo en la época que yo era pequeña».

«Es algo de lo que no tienes ni idea, no hay información, no sabes nada, entonces a parte de estar perdida porque sabes que te sientes de otra manera pero no sabes como afrontarlo, pues tienes que buscar esa fuente de información que con cinco o seis años no tienes por ningún lado», relataba.

Hasta los 33 años no fue capaz de dar el paso de comunicar lo que le sucedía a su gente más cercana. 

«Primero fue la fase en la que no sabía nada, después la fase en la que sabía pero no quería admitir lo que me estaba pasando. Yo sabía que en el momento que se lo contase a una persona eso se iba a convertir en realidad, entonces no quería, porque encima mi orientación sexual no se correspondía con lo que era normativo para una persona transexual, y todas esas cosas al final las utilizas para negarte quien eres», incidía.

«Lo que pasa es que al final esa bola se hace tan grande que explota y en ese momento es cuando no puedes más». Y en el caso de Izaro fue tras un accidente precisamente en Cantabria, en el puente de Colindres, donde se dio cuenta que debía afrontar lo que le sucedía porque tenía que tener alguna salida.

Para ella el fútbol ha sido una de las cosas más importantes en su vida. «Muchas veces me cuesta que la gente se dé cuenta de la importancia que tiene para mí el fútbol en particular y el deporte en general. Hay mucha gente que cuando tiene muchos problemas o no es aceptada se da a la bebida, yo me dí al deporte, tanto es para mí el deporte que igual si no fuera por el fútbol sala, por la bicicleta… igual hoy no estaba aquí»

SUS PROBLEMAS A LA HORA DE JUGAR

Cuando por cuestiones legales Izaro debía jugar al fútbol sala en su categoría masculina jugaba de portera, pero una vez ha pasado a la categoría femenina suele ser empleada como ala o incluso pivote por su entrenador en el Leioa Maia.

Cuestionada por como era convivir en un vestuario masculino siendo una mujer ella nos cuenta que «antes de empezar mi proceso yo me cambiaba con mis compañeros como me cambié toda la vida, y en el momento que empecé con la hormonación ya quise poner un poco de distancia a la hora de cambiarme en un vestuario»

Para ello la jugadora solicitaba un vestuario a parte, donde «normalmente me le daban, pero en otros polideportivos se negaban poniendo muchas veces excusas absurdas como que no había sitio, y luego realmente si había, teniendo incluso que cambiarme en baños muy estrechos donde ponerse una espinillera era toda una odisea» 

«La gente no se da cuenta de que los estereotipos que envuelven a los sexos, el hombre es fuerte y la mujer es débil, no se da cuenta que incluso una persona que está en un estado avanzado de hormonación cambia muchísimo» nos dice, quejándose de la diferencia de trato en algún caso cuando «yo he jugado con chicas que eran más altas y fuertes que yo, pero a ellas no se les juzga, sin embargo a mi sí y se debería de juzgar igual»

«TIENES QUE SER TÚ MISMA»

La jugadora vasca se despedía de la entrevista aconsejando a quienes pueden estar sienténdose en un cuerpo que no se corresponde con su género real, diciendo que «para poder tener libertad tienes que ser tu mismo o tu misma, una persona no puede ser libre haciéndose pasar por otra persona o saliendo a la calle con vergüenza, al final somos quienes somos, eso en cuanto a la vida».

«En cuanto al deporte les diría, inténtalo. Siempre que he sido entrenadora de un equipo de chicos o chicas siempre les he dicho lo mismo, intentad hacer las cosas, que salgan o no salga es otra historia, pero al final a base de errores se aprende a hacer las cosas bien. Y en esto es lo mismo, si te quedas parada esperando a que algo se cumpla, al final no se va a cumplir», resumía.

Un gran ejemplo de esta vasca amante del deporte y en concreto del fútbol sala, que nos demuestra que en la vida como en el fútbol hay que ser uno mismo, o una misma, y luchar hasta el último segundo por nuestros objetivos.