“Las cigarreras han dejado de trabajar pero el oficio vivirá siempre”

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Este mes de enero ha terminado un proceso de prejubilaciones que ha supuesto la salida de la Fábrica de Cigarros de Cantabria de 166 personas, entre las que se encuentran las últimas Cigarreras de España.

El trabajo de las cigarreras tal y como le conocíamos ha finalizado.

El trabajo de las cigarreras tal y como le conocíamos ha finalizado.

Se trata del fin en nuestro país de una profesión, tal y como la conocíamos. Este oficio fue fundamental en la economía femenina de este país, una profesión que supuso toda una revolución en la época.

En Cantabria la profesión ha estado presente desde 1838, cuando se puso en marcha la fábrica de la Calle Alta de Santander, en el Convento de Santa Cruz del Monte Calvario.

La fábrica primero comenzó como compañía de rendatarios que elaboraba tabacos y, desde 1945, se estableció como Tabacalera tras su fundación.

“Había muchísimas mujeres”, asegura Conchi Revuelta, que en 2013 realizó en forma de novela un bonito homenaje a la profesión en su libro ‘Aromas de tabaco y mar’. “Durante muchísimos años ha sido el grupo más numeroso de trabajadoras cántabras. Los hombres se fueron incorporando desde 1925 pero siempre fueron minoritarios”.

En los tiempos de mayor bonanza llegaron a haber hasta 1.200 mujeres trabajando en la fábrica de la calle Alta. Entre ellas estaba Adela Pérez, una de las últimas cigarreras que recientemente se ha prejubilado de la fábrica tras 42 años trabajando.

“Entré a trabajar en 1975, con 18 años. Aún vivía Franco”, asegura esta mujer que ha vivido gran parte de su vida como cigarrera, y que destaca la gran unidad con sus compañeras.

“Estábamos todas juntas en la fábrica y hemos estado siempre muy unidas. Nos hemos conocido desde niñas, primero contando las cosas con nuestros novios, luego los maridos y los hijos… Ha sido toda una vida”, cuenta Adela.

LAS MÁQUINAS, EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA PROFESIÓN

Algunas de las cigarreras que han pasado por la fábrica, en una profesión mayoritariamente femenina.

Algunas de las cigarreras que han pasado por la fábrica, en una profesión mayoritariamente femenina.

Las cigarreras siempre han sido consideradas uno de los oficios más peleones y revolucionarios. Durante años también se ha comentado sus altos sueldos o algunos privilegios laborales.

“Pero es que hay que tener en cuenta que cuando no había jubilación ni seguridad social, estas mujeres no se jubilaban, morían en el puesto de trabajo”, recuerda Conchi Revuelta. “Cuando pasaban una determinada edad, eran mayores y pasaban a hacer trabajos auxiliares, un poco más cómodos, pero ahí seguían».

Es más, Conchi recuerda la gran revolución que supuso la entrada de las máquinas en las fábricas. “Fue todo un cambio, debido a ellas ahora se ha dejado de trabajar el oficio de las cigarreras”, asegura. “De todas formas, es verdad que las cigarreras han dejado de trabajar pero el oficio vivirá siempre”.

Un oficio que durante muchos años compuso fundamentalmente sagas familiares. En la fábrica de Santander han pasado abuelas, bisabuelas y tatarabuelas. “Eran el motor de su familia”, insiste Adela.

NI UN HOMENAJE EN CANTABRIA

Ahora que se ha concluido este periodo de prejubilaciones, las cigarreras pueden echar de menos un homenaje a la profesión.

“Fue una fábrica que no paró su producción en ningún momento, ni en la guerra civil ni en el incendio que hubo en 1925, que durante ocho días estuvieron ardiendo los bajos del edificio mientras las cigarreras continuaban laborando en unos locales anexos”.

Sin embargo, según denuncia Conchi, “nadie ha tenido la deferencia de tener con nosotras ese detalle”.

Pese a eso, su deseo más ferviente, y del que han comentado varias veces en sus cenas de reunión, es entrar en la vieja fábrica para hacer una fotografía de todas las que quedan. “Esa fábrica es para nosotras la esencia de lo que fue el oficio de las cigarreras en Cantabria”, insisten ambas.

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1 Comentario

  • Raimundo Sandoval Madrazo (Jefe de Equipo)
    27 de enero de 2017

    Compañera Conchi,
    me ha gustado mucho tu artículo en el cual resaltas un poquito la historia de nuestra querida Fabrica, y quiero agradecertelo de corazón porque me ha traído a la memoria los momentos pasados en la misma que hubo de todo pero primando más lo bonito y agradable y por eso quiero darte las gracias, porque como sabrás fuimos una saga grande en esa nuestra querida Fabrica de Tabacos. (TSA) sólo lamento no aparecer en las fotografías que has publicado. Un abrazo muy fuerte en nombre de mi padre (qed) y mi hermano y yo. (Mundi)

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