Dos años sin Amparo: “Fue un golpe en el corazón para todos”
El 15 de febrero de 1941 la ciudad de Santander ardió, por un cúmulo de circunstancias que se unieron: viento sur, una chispa, apenas medios de extinción…
Desapareció toda la parte antigua de la ciudad y se inició entonces un proceso de expulsión a las clases más humildes a la periferia de la ciudad.
Un proceso que 74 años después se demostró que seguía vigente cuando una anciana de la zona de Las Llamas decidió echarle el pulso al Ayuntamiento que quería derribar su casa para construir un vial sobre ella.
Ahora, dos años después, Amparo Pérez nos dejó, su casa no está y en su lugar se encuentra el famoso vial de la vergüenza que no hace sino recordar la dignidad de esta mujer.
Un vial que, por otro lado, está infrautilizado y se terminó con sobrecostes por encima de los 200.000 euros, pagados a la empresa constructora, Copsesa, propiedad de un miembro del Partido Popular. Curiosamente el mismo que gobierna en Santander.
Dos años han pasado de su fallecimiento pero la lucha y la memoria de Amparo continúan firmes en la conciencia de aquellos que sintieron su lucha como algo propio.
Por ello, este sábado se ha organizado una marcha homenaje desde la Iglesia de Monte hasta el vial donde se encontraba su casa, donde se procederá una plantada colectiva de árboles.
Lo han organizado sus vecinos, en un acto que ha pillado por sorpresa a su familia. “Me he enterado de que se había publicado un vídeo por las redes sociales y ha sido una sorpresa muy grata”, ha asegurado a EL FARADIO su nieto Marco.
Él forma parte del Concejo Abierto de Santander, donde permanece muy unido a aquellos colectivos que apoyaron a su abuela y otros tantos que surgieron después.
“Lo que he vivido ha sido un sufrimiento que realmente vuelve a ocurrir a Santander”, manifiesta Marco, que recuerda que aún siguen el caso del Pilón o Prado San Roque. “La verdad es que he unido mucho a ellos, me veo muy identificado”, reconoce; y por eso insiste en que “quiero participar en todo lo que ocurre, y por eso estoy dentro del Concejo y trato de apoyarlos”.
LOS ÁRBOLES QUE UNIERON CAUSAS CON AMPARO
Este sábado se plantarán árboles; y fue la poda de árboles lo que despertó a otra parte de la ciudad, en las calles Castilla-Hermida en aquellos últimos días de la lucha de Amparo.
Los vecinos estaban en contra de cómo se estaba gestionando la reforma del Parque de La Marga, para la cual no preguntaron sus opiniones ni dejaron participar a la ciudadanía.
Ellos fueron algunos de los colectivos que unificaron su causa con la de Amparo. “Quizá fue un golpe en el corazón para cada uno”, confiesa Juanjo de la Torre, entonces vecinos indignado y ahora presidente de la Asociación de Vecinos Los Arenales.
Ellos se sintieron identificados con el caso de Amparo. “Pensamos que nos podíamos ver todos en la misma situación un día y considerábamos que era injusto y había que solucionarlo de algún modo”, asegura, sobre todo al percibir “el empecinamiento en hacer las cosas y no buscar solución humana”.
Suya fue una pancarta que quedó para la historia que rezaba ‘Los árboles se quedan… y Amparo también’. “Aún la conservamos, y la tenemos presente en nuestra oficina de la AAVV de Los Arenales”, insiste Juanjo, que reconoce que él y sus vecinos tomaron el caso de Amparo “como bandera”.