Que no te engañe HazteOír: STOP LGTBFobia

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“He tenido que luchar para ser yo misma y para ser respetada. Para desnudar este estigma, para mí, es algo para estar orgullosos. He tenido que hacer frente la sociedad, la Iglesia, que dice ‘homosexuales sean condenados’. Es absurdo. ¿Cómo se puede juzgar a una persona que ha nacido así? No estudié para ser una lesbiana. Ellos no enseñan que yo sea así. Yo nací de esta manera, desde el momento en que abrí los ojos.” (Chavela Vargas)

Y, sin embargo, hay quien no lo entiende. Quien necesita imponer su mirada mutilada por el dogma del prejuicio, de la sinrazón, de la intolerancia. Quien está ciego ante miradas que se construyen a través de palabras, cuando hay palabras que son huella del camino recorrido, de  la experiencia vivida, y de cada dedo que señala. Porque no es lo que ves, sino lo ojos con que lo miras. Y no podemos mirar a otro lado.

Por eso aprovecho esta hoja de silencio en blanco para recorrerla con  las palabras de Regino Mateo, compartidas, a su vez, por Pedro (La Librería del Puerto)  donde, por casualidad, tropecé con ellas. Quizás, conscientes ambos, de que el silencio también habla, de que hay que ocupar ese espacio que queda entre la mirada y el gesto. Porque si renunciamos a hacerlo, si creemos que ya no es necesario, será, de nuevo, ocupado por las palabras de odio, intolerancia en el discurso de la sin razón. Porque, como dice Pedro:

Comparto este texto de Regino porque me siento muy identificado con él en esos pasajes de vida y porque estoy también harto de que digan que es una moda y me horroriza que digan que aquí ya está todo hecho….”

Porque,  al leer a Regino, a Pedro, a tantas vidas e historias detrás de la suya, quizás seamos más conscientes del valor simbólico de las palabras, del contexto en el que son utilizadas, de las acciones que las acompañan, de los prejuicios que muchas veces esconden. Veremos la sinrazón de campañas como la de Hazte Oír que llega hoy  Viernes a Cantabria. Y nos enfrentemos sin ninguna duda, sin ningún pero, a su discurso de odio.

 

Que no te engañen Hazte Oír: STOP LGTBFobia

 

Y aquí el texto de Regino Mateo:

“Podría seguir todo el día. Faltan por contar algunas agresiones físicas más, muchos insultos en vivo, muchas burlas y risitas, el vecino que te señala descojonándose y contando a los colegas que tenías en el tendal la bandera arcoiris, la dependienta de una librería que llama a dos compañeras con risitas y les enseña el libro que has pedido, la kioskera que hace lo propio después de que compraras el Zero o … ejem, uno tiene sus años, el Party, las cabezas que se han vuelto, los amigos que nunca volvieron, los que cambiaron de tema para no tener que mencionar a tu pareja por una razón o por otra (muy doloroso durante los meses del cáncer), los que con su mejor intención te explican que no entienden por qué tenemos que hablar tanto de nosotros y te dicen que parecemos obsesionados por hablar de homosexualidad, los que te pidan que comprendas que las personas normales se harten de no ver nada más que gays en televisión, la tertulia o la asociación en la que dejan de llamarte tras años de colaboración (sin cobrar), los foros tóxicos de internet en los que alguien cuenta lo bajo que ha caído un partido por llevar en sus listas a alguien que tiene como único valor «comer pollas primero e ir por ahí contándolo después», los insultos en vivo y en virtual, de cerca y de lejos.

Como no, los años de invisibilidad y de terror, los chistes soportados (y hasta contados como seguro de vida cuando te negabas a ti mismo), los acosos presenciados y … tolerados, para que no te pasara a ti lo mismo. La tristeza, las noches en blanco a los once, doce años rezando para que por favor no fueras eso, la noche terrible en blanco a los veinte pensando en que sería mejor cortar por lo sano, ya me entendéis. La sensación de suciedad, de pecado, después de las primeras veces.

Y como he dicho, eso es lo que vivimos los afortunados, los que a pesar de todo vivimos en un país razonablemente seguro, en un entorno razonablemente seguro, los que hemos aprendido a levantar la cabeza y sabemos y podemos defendernos.

Me horroriza pensar qué pueden estar viviendo ahora mismo gays, lesbianas, bisexuales, transexuales en Chechenia, Zimbawe, Honduras, Arabia Saudí o Ruanda, en Croacia y en Tennessee, etc etc etc etc etc etc etc.

La homofobia mata. Ni una palabra condescendiente, ni un paso atrás. Porque la lucha contra la sinrazón es una obligación para todos, porque nuestros derechos son también derechos humanos, porque nuestra dignidad es también dignidad humana.”

Porque hay niñas con pene. Y hay niños con vagina. Incluso hay personas que solo quieren ser ellas mismas…

Y ahora sí,  HAZTE OÍR, HAGÁMONOS OÍR: QUE NO TE ENGAÑEN: STOP LGTBFOBIA. Hoy, Viernes, 19 de Mayo, a las 17 hrs en la Plaza del Ayuntamiento de Santander.

 

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