Revilla con los principales protagonistas  de la historia reciente de la politica regional: Salvador Blanco, Díaz Tezanos, Marcano, Gorostiaga y Agudo, en la inauguración de la rehabilitación del Seminario Mayor de Comillas || Foto: Gobierno (archivo)

Ha caído Víctor Gijón, otro alto cargo del Gobierno Revilla obligado a dimitir, condenado por el concurso culpable de su exempresa de comunicación sostenida con los fondos públicos del anterior Gobierno PRC-PSOE e inhabilitado dos años para tener cualquier cargo en cualquier empresa, pública o privada. Y Revilla sale intacto de la historia ¿Que cómo? Me explico:

«Nosotros tenemos un código ético muy riguroso que nos ha hecho tomar decisiones muy dolorosas cuando ni siquiera había condena, como el caso de Javier López Marcano, rehabilitado absolutamente en los tribunales -sic-; el caso de Vicente Mediavilla, rehabilitado; en una campaña feroz contra ellos. Rehabilitados. Cuando hay una persona en un cargo de cualquier responsabilidad de Gobierno condenada hay que actuar en consecuencia«.

Así ha empezado sus declaraciones a los medios el presidente de Cantabria, después de presenciar, sin comentarios suyos ni de su partido, el PRC, el bochornoso espectáculo del lunes, cuando Gijón trató de enrocarse y atrincherarse en su cargo en SODERCAN y la vicepresidenta gestionó de forma nefasta la patata caliente, acusando a Podemos de hacer «política basura» y comparando el asunto Gijón con la multa a Pablo Echenique.

Vamos a obviar lo de la rehabilitación absoluta de Marcano, porque la mitad del caso Racing, 22 millones de euros de una subvención sin justificar, sigue abierto en los tribunales.

El caso es que Revilla aprovecha la crisis y lo convierte en la oportunidad de subrayar el relato del PRC: «tenemos un código ético muy riguroso que nos ha hecho tomar decisiones dolorosas», en relación a la renuncia de Marcano al acta de diputado por la condición de Podemos para la investidura de Revilla y, por ende, para la formación del actual Gobierno.

Es el mismo argumento que inició el capítulo de las discrepancias públicas entre los socios de Gobierno, PRC y PSOE, por los actuales presupuestos. Podemos, que venía de dar luz verde a las primeras cuentas públicas de la legislatura, exigía el cese de Salvador Blanco – el jefe de Víctor Gijón- por las irregularidades documentadas en el informe de intervención del Gobierno. Y el PRC ya marcaba territorio: «nosotros hemos tenido que asumir condiciones; ahora le toca al socio».

Pero el socio tiene dependencias muy fuertes de una élite dirigente dominada por el exconsejero de Economía, Ángel Agudo, en línea con Blanco y Gijón en SODERCAN y Gorostiaga y Pepe Guerrero en la Presidencia del Parlamento de Cantabria, que tienen secuestrado el Partido Socialista – y que acaban de ver como el 70% de la militancia votaba la opción Pedro Sánchez que no defendía ninguno de ellos-.

Y el PSOE echó el pulso, a Podemos y al PRC. Temporalmente aguantó. E incluso llevaron al bipartito a un cambio de aliado estratégico para aprobar los presupuestos de 2017 con Ciudadanos. Pero de forma incomprensible la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos ligó sus destinos a los de un personaje tan siniestro como Salvador Blanco.

«No he querido hacer declaraciones ayer en la seguridad de que el PSOE va a estar a la altura de las circunstancias y, bien el afectado o el partido, tome la medida más lógica, que es la dimisión», ha justificado el presidente cántabro su silencio las primeras 24 horas después de trascender la sentencia del Juzgado Mercantil que inhabilitaba a Gijón.

Cuando los periodistas han preguntado por los movimientos de primera hora de la mañana, cuando el Gobierno ha comunicado que el director de Promoción y Desarrollo Internacional de SODERCAN ponía su cargo a disposición de la vicepresidenta, Revilla ha seguido con su declaración:

«Bien, pues supongo que el partido actuará en consecuencia. Es un tema que está en el código ético de cualquier partido. Hoy, afortunadamente, la gente es muy sensible con estas cosas y, aunque la actividad por la que han condenado a este señor no tiene nada que ver con su labor en el Gobierno, esa condena le inhabilita para seguir en el puesto. Si él ha presentado la dimisión estoy seguro que el partido socio de Gobierno actuará en consecuencia porque tienen un código ético parecido al nuestro».

«¿Usted se lo ha pedido a su socio de Gobierno, que le pidiera la dimisión (a Gijón)?», última pregunta de la prensa a Revilla.

Contestación: «No, yo les he dicho que actúen en consecuencia, nada más. No hace falta decírselo. Yo creo que el Partido Socialista tiene unos comportamientos, no aquí sólo sino en otros lugares, y que adoptará la vicepresidenta la medida adecuada».

Atención a las palabras clave de la medida declaración Revilla, destacadas en negrita:

-Actuar en consecuencia (el mensaje más repetido)
-El PSOE
-La gente es muy sensible con estas cosas
-El partido socio de Gobierno
-El Partido Socialista
-La Vicepresidenta

Como si esta dimisión nada tuviera que ver con el Gobierno que él preside, Revilla ha enmarcado el escenario en un tema de partido, del partido socio del PRC en el Ejecutivo – pero no del PRC que actúa de otra manera por temas incluso menores-.

Su socio, el Partido Socialista (con todas las letras), la responsabilidad de la vicepresidenta, la secretaria general del PSOE.

Eva Díaz Tezanos ha confirmado a los pocos minutos que aceptaba la dimisión, en un tono mucho más modesto que su orgullosa intervención de anoche en el Parlamento: «Creo que le honra su puesta a disposición de la responsabilidad porque (Víctor Gijón) me trasladaba que en ningún caso le quiere restar valor a la brillante gestión de SODERCAN en esta legislatura». Podía haberlo pensado el día anterior, cuando optó por aferrarse al cargo.

Nada que ver con esa primera respuesta irracional a Podemos en la cámara regional («ustedes vienen aquí a hacer el debate sucio, a hacer política basura»), como consecuencia del último acto de destrozo de Víctor Gijón al PSOE, prolongando innecesariamente la agonía de su despedida de la vida pública.

Dinámicas inversas, la del PSOE que se hunde hasta un 14% en las últimas elecciones con sólo 5 diputados (venía de 13 en 2003) y la del PRC que asciende hasta el 30% con 12 diputados (venía de 7).

El socio de Gobierno y la habilidad de Revilla, que siempre cae de pie. Porque aunque es el presidente de todo el Ejecutivo, no se hace responsable. Ni siquiera de ese socio que ha elegido para reinar en Cantabria durante 10 años.

El panorama para Revilla y para el PRC no puede ser más goloso. El PP está a punto de escindirse, con nueve diputados que pueden pasar a ser no adscritos y cuatro oficiales; va a estallar también la guerra en Ciudadanos, donde hay un grupo de dirigentes que aplicando el sistema de Bonifaz tiene bloqueado y secuestrado el partido de Rivera en Cantabria – el comando Carrancio-. Y el PSOE, que está en descomposición (con una leve esperanza en que la new generation municipal regenere el partido).

Podría terminar la legislatura con 12 del PRC, 9 o 10 no adscritos, cinco del PSOE, cuatro del PP, tres de Podemos y uno o dos en el Grupo Mixto menos mixto de la historia (Ciudadanos). El PRC ya podría gobernar en solitario. Cuando quiera Revilla, sin esperar a ganar con una mayoría cómoda y suficiente en las elecciones de 2019, que es a lo que apunta el escenario.

Revilla sólo tiene enfrente a un Podemos muy currante y valiente, que desde hace un año está llevando el peso de la oposición y denunciando los despilfarros públicos y la ausencia de prioridades del Gobierno PRC-PSOE.

Pero que tiene una pequeña mochila, su historial de decisiones en la comunidad autónoma: fueron ellos los que hicieron presidente a Revilla, a cambio de una pieza de caza, Marcano, y de un documento que ya se ha incumplido. Y obviando que Revilla representa la misma casta que habían enmarcado Errejón y compañía en España y que protege los intereses de la trama, que también la hay en Cantabria. Y todo por un puro cálculo electoral, para una foto con Pablo Iglesias: la foto del Bar Ángel – si sus paredes hablaran-, el Pacto del Sobao ¿Y a cambio qué? de una diputada en el Congreso (nunca optaron realmente a más ni hubieran obtenido menos).

A Podemos le pasa eso, que tiene que romper con un Revilla que tiene controlada a la formación morada, con su regionalpopulismo (la visita del expresidente de Uruguay Mújica) y su versión de indignado de la televisión.

Por eso, también, era insostenible que Revilla pudiera mantener a un inhabilitado en su Gobierno. Por eso se han precipitado los acontecimientos. Y por eso, una vez más, Revilla cae de pie.