Hace diez años…

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Acábate el desayuno que llegas tarde  a clase. Joder no conozco a ninguna niña de diez años que tenga tantas amonestaciones por llegar tarde, es que joder, ¡no conozco a ninguna que tenga amonestaciones! Oye papá que habíamos dicho de las palabrotas esas ¿eh? le contesta ella sin apresurarse mucho más de lo que lo hace habitualmente. Él la mira y como siempre se le cae la armadura de padre correcto y estricto que se supone debería ser, de esos que te levantan a la hora, que te minutan el desayuno para que te dé tiempo a lavarte los dientes, asearte, vestirte, y todas esas cosas que las niñas de diez años se supone que hacen. Aunque la pre adolescencia es una línea difusa que incorpora nuevas situaciones y necesidades  para las que no sabes si estás preparado, que si fulanita, que si menganito, ufff y esto solo acaba de empezar. No dejas que la gota de sudor asome siquiera a la frente y la vuelves a meter prisa con el desayuno. Desde luego que no eres uno de esos padres, por  cierto ¿Existen padres o madres así? Joder, si así fuera no me los quiero ni imaginar, la gota de sudor se convertiría en una tormenta perfecta. ¿Otra vez con las palabrotas papá? Es como si me leyera el pensamiento la jodida, te dices tan bajo que por un momento dudas quien es el padre y quien es la hija.

 

Hace diez años de un latido roto…¿Aún lo oyes? ¿Aún lo oímos?

 

Venga papá, a ver si espabilas tú que mira como andas todavía en pijama. Te das cuenta de que tu hija tiene razón, miras el reloj y otro joder…que rechina entre tus dientes mordiéndote los labios para no lanzarlo contra el desayuno. Corre, corre que no llegamos le dice atropelladamente. Ella ya lleva cinco minutos preparada. Es verdad que muchas veces llegan tarde, pero es por culpa de él. Ella no le dice nada, con solo diez años es tan madura que parece mentira que se haya criado sola. Bueno, quizás por eso ha tenido que madurar antes que los chicos y las chicas de su edad. Hoy no es un día fácil, ella lo nota. Su padre todas las mañanas se levantaba contento. Sonámbulo y lleno de bostezos, pero contento y con abrazos que se convertían en improvisadas batallas de cosquillas. Pero hoy no ha querido encender la radio. Se le hace raro, la mañana sin las señales horarias de su emisora habitual, sin escuchar hablar a esas voces que hablan de todo, que opinan de todo y que parecen saberlo todo y a los que su padre responde, joder si tanto sabéis ¿por qué no lo visteis venir? ¿Por qué nadie hizo nada? ¿Por qué….? Joder, joder, joder…siempre utiliza esa palabra, ya no sé qué hacer para que deje de decir palabrotas, en el cole dicen que hay que hablar bien y castigan a quienes no lo hace, jo…..mi padre estaría castigado todos los días.

De unos días para acá nota como su padre se enfada más de lo habitual con las voces de la radio, tertulianos los llaman, sabelotodo y parlabaratos ( jo, me encanta esa palabra) los llama su padre, y eso cuando está de buen humor. Aunque su padre esté de mal humor, nunca le ha visto enfadarse, solo ayer cuando apagó la radio tras escuchar un nombre. No sé mucho, pero creo que era una palabra en inglés, Le… no sé qué, Lehman brokers, ¡no, no! Ahora me acuerdo, que se lo escuché decir a una de las maestras del cole mientras me miraba con cara de cierta pena y condescendencia, con ese “pobrecita” que no acabo de entender, ¡Lehman Brothers! Ahora me acuerdo; vaya, en inglés “brother” es hermano, ¿sería dos hermanos a los que les ocurrió alguna cosa mala? ¿Alguna desgracia? Escuché que decían que se habían caído o algo así. Fue ese el momento en que mi padre arrancó de cuajo el cable de la radio del enchufe de la pared y se me quedó mirando con los ojos llenos de lágrimas. No lo había visto llorar, bueno solo cuando me habla de Ella, cuando me habla de mamá le noto como se le suaviza la voz hasta el punto de romperse justo antes del final. Nunca llega al final; se enjuaga los ojos y me dice que algún día me lo contará. No siempre hemos vivido aquí, empieza diciéndome…

¡Vamos papá que llegamos tarde!  Le dice por tercera vez. ¿Y esa camiseta? Jo… Papá. ¿No tienes otra que esté menos desgastada? ¿Si hasta le han salido agujeros? Parece como si te la hubieran roído los ratones. Solo ella es capaz de sacarte una sonrisa un día como hoy. Espera hija que no encuentro las malditas llaves. ¿Has mirado en los bolsillos de la chaqueta? Joder…aquí está, como siempre, y te echas a reír mientras te abrazas a tu hija con fuerza. Hace diez años que los haces cada mañana, hace diez años que intentas levantar cabeza, hace diez años que quebró “Lehman Brothers”  y el efecto dominó de la que llamaron “crisis de las hipotecas basura” os golpeó por la espalda de forma inesperada. Hace diez años que os desahuciaron, que os echaron de vuestro hogar. Hace diez años que Ella no pudo aguantarlo y se suicidó. Joder…

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