CRISTINA ALONSO || TRABAJADORA SOCIAL

Grupo de teatro Hawaii 5.0

Capitaneados por Xabi Gabarró y su ayudante Marce Vidal el grupo de teatro de Torrelavega Hawái 5.0 tras meses de ensayos y ser apoyados por el Centro Social Itaca dieron como fruto una nueva representación de su obra «El Método», esta vez de la mano de Miguel Meca, en Espacio Espiral en Santander, lugar emblemático de experimentación de distintas artes y disciplinas.

Esta compañía teatral, atraída por lo Vintage, han duplicado de 5 a 10 sus componentes, apostando todos ellos por crear a través de este arte que transforma una alternativa de sensibilización social y de enriquecimiento personal que amplía el panorama cultural en Cantabria.

¿Cómo se siente una mujer cualificada por ser rechazada para un puesto de trabajo? ¿Lo achaca rápidamente a su rol de género a su edad de más de 40 años y esos son los verdaderos motivos de discriminación?

¿Cómo se siente un hombre despedido y cuestionado para otro puesto que tras haber intentado que su empresa solucione un problema grave medioambiental optan por incumplir la ley?

¿Qué pasa con la lealtad a un antiguo amor cuando se trata de decidir si uno u otro trabaja?

¿Merece la pena delatar a un compañero y traicionarle por continuar estando dentro de un proceso de selección de personal?

Todo esto y mucho más a través de ricos diálogos nos adentramos en los entresijos de una multinacional que decide de entre un grupo de candidatos a quien elige para trabajar y para ello presenta una gincana de pruebas entre los que los candidatos tendrán que elegir líder, descubrir al topo, decidir sobre la continuidad de candidatos en el proceso selectivo.

El método Gronholm es un método agresivo donde los propios candidatos se eliminan entre sí, que surge en algunas empresas de EEUU y que selecciona al personal sin escrúpulos a través de los ojos y oídos de la psicología moderna para valorar la capacidad de trabajo en equipo, la eficacia de la comunicación, la lealtad, la moral, evaluar la personalidad, las actitudes, la colaboración, la tolerancia, la ética, los valores y principios de cada candidato.

Para algunos vale todo con tal conseguir el ansiado trabajo, para otros es una vía de descubrir su sombra, su parte oscura que emerge en un simple juego tirándose la pelota al sentirse incomprendido y humillado por algo como por ejemplo no comprender el idioma; siendo para todos un descubrimiento personal y colectivo de hasta donde puede llegar la mente humana y la dignidad o el compañerismo frente a la competición desleal.

Un encierro simulando al mítico programa de gran hermano donde solo uno será nominado, valorando a través de pruebas la actitud de los contrincantes quienes cuestionan cualquier desliz que puede servir de pasto para las hienas y cualquier acto cuestionable o vendible dependiendo del cristal con qué se mire. Secretos, mentiras, estratagemas, alianzas, manipulaciones, juego sucio, acusaciones, para ir acercándose al objetivo. El debate y el diálogo son el camino de las decisiones que se van tomando.

Un pasado sindicalista o una opinión reivindicativa sobre el Fondo Monetario Internacional pueden hacer peligrar tu futuro y estabilidad laboral, pues la empresa define claramente el perfil del tipo de trabajador que le interesa. Y estas pruebas de selección surgidas del Ejercito para determinar la fiabilidad de los altos mandos derivan en una paranoia colectiva y una desconfianza en el de al lado pese a existir un vínculo de amistad o amor entre dos.

«Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad», que decía Bertold Brecht.

Otras obras de la compañía teatral son:’ Con una pistola en cada mano’ (2015) y ‘¿Qué hacemos con mamá?’ (2017). “El Método” se trata de su tercer montaje.

El grupo teatral lo componen: la asistencia artística de Ana Herreros y la asistencia técnica de Marina Miranda, y los actores: Rosa Mª Roiz, Alberto Raba, Xavi Gabarró, Aitor Gabiola, Marce Vidal, Pilar Sánchez, Marisé Sáez y Lorena Fuentevilla.

Stanislavski estimulaba a sus alumnos para que llegaran, sobre todo, a conocerse a sí mismos, su objetivo era hacer surgir del hombre al actor, identificando su expresión con la sinceridad, y el arte con la verdad. No se trata de representar los sentimientos, sino de experimentarlos realmente en la escena con la ayuda de la llamada «memoria emotiva». «El actor debe conseguir encontrarse en un ambiente de auténtica verdad interior».

Mi más sincera enhorabuena a esta compañía que lo dio todo ayer en Santander y que se dejó la piel, al teatro social y comprometido que tanta falta hace, y mi deseo de que se fomente y apoye desde la educación, la política, y la ciudadanía, pues de todos es la responsabilidad de crear una sociedad más culta, concienciada y justa.