La Batalla de Flores, celebra este viernes, 30 de agosto, la 110ª edición de una fiesta que no sólo despide el verano, sino que se ha transformado en una espectáculo catalogado de Interés Turístico Nacional y que espera el título internacional.

Las carrozas desfilarán sobre las 17.30 horas, adornadas con flores naturales, junto a mercadillos y espectáculos musicales que finalizan con la elección de la mejor carroza del año por parte de los jueces. Después, al anochecer, habrá fuegos artificiales.

Sin embargo, el ambiente festivo se inaugura la noche previa al desfile, conocida como ‘La noche mágica’, en la que la gente puede curiosear cómo todos los grupos que participan terminan sus carrozas construidas por amor al arte.

Este miércoles Alfonso Oruña, conocedor de la historia, dará una charla enfocada en el origen y trayectoria de la fiesta: un recorrido por su libro, ‘Batalla de Flores de Laredo. 100 años de historia viva’.

La conferencia, a partir de las 20 horas en la Casa de Cultura de Laredo, estará acompañada de soporte audiovisual, con una mezcla de vídeo y su archivo fotográfico, para mostrar la evolución de las creaciones, que cada año se superan en complejidad y laboriosidad.

La Carrocista Mayor de la presente edición es la jugadora cántabra de baloncesto, Laura Nichols, recientemente campeona de Europa con la Selección Española femenina.

UN POCO DE HISTORIA

Medusa, 2018. Come golayu que lo ha hechu la güela || Foto: Marc Torrano.

El origen de esta fiesta se remonta a 1908, impulsada y llevada a cabo por la colonia veraniega de Laredo, un sector de gente que en aquella época constituyeron una nueva clase social, amante del lujo y las diversiones.

Además, gozaban de un bienestar creciente. Su poder económico, mayor que el de la aristocracia de entonces les permitió transformar los pueblos cercanos a la costa con construcciones de residencias, hoteles, puertos, balnearios, etc.

«Estas familias que llegan y se instalan en Laredo con mucho renombre y a los que se suman los primeros indianos, formaron el Casino de Laredo y la alta sociedad», explicaba Alfonso Oruña a EL FARADIO.

Es en este contexto en el que se crea la Batalla, ideada por el secretario del ayuntamiento de Laredo de entonces, Don Arsenio Lasval, que propuso una fiesta para la despedida del verano.

En aquel momento, las batallas de flores se celebraban en toda la parte del Levante y llegaron hasta Bilbao. Por ello, para diferenciarse con las demás, se decidió celebrar la primera dentro de la dársena del puerto, en el mar. El primer premio se lo llevó “La Argentina”, una góndola construida en la Habana.

A partir de ese instante, la Batalla tuvo un gran auge y la idea se repitió al año siguiente, pero en tierra porque era una opción que permitía ver mejor a todos sin tener que subir a las embarcaciones. Desde entonces, se ha celebrado cada año superando al anterior, de hecho en los años 20 consta información de las primeras carrozas dotadas de movimiento. Sin embargo, la celebración frena durante los años de la Guerra y se retoma con muchísimas dificultades en 1940 por lo que el Ayuntamiento empieza a hacerse cargo.

‘COME GOLAYU QUE LO HA HECHU LA GÜELA’

Astaroth, 2016. Come golayu que lo ha hechu güela ||Foto: Marc Torrano.

Es una de las cinco agrupaciones de carrozas que participan, que ya ha obtenido seis primeros premios de la Batalla. Es una de las más jóvenes y surgió en 2007, a raíz de que un grupo de amigos, cansados de hacer siempre lo mismo -tomar unos vinos y ver las carrozas-, decidieron incorporarse a la construcción de las mismas. “Ahora es muy difícil dejarlo”, nos cuenta Ángel Gutiérrez, uno de ese grupo de amigos, actualmente carrocista.

La elección del nombre (‘Come golayu que lo ha hechu la güela’) se debe a que es un dicho o frase típica de Laredo, que se menciona cuando la abuela te sirve comida.

Son 140 personas las que están trabajando ahora mismo en esta agrupación, aunque el diseño de una carroza empieza nada más acabar la Batalla y el trabajo dura todo el año.

Llevan tratando sus flores un mes y pico en un invernadero, porque intentan cambiarlas de color de forma natural.

Cuentan con la colaboración de los comercios de Laredo y algunos de Colindres, que les aportan regalos con los que la agrupación recauda ingresos a través de un sorteo que realizan la noche previa al desfile, aunque aseguran que los ingresos no son suficientes para cubrir los gastos que conlleva la carroza.

Tal y como explica Ángel, el año pasado la carroza de su agrupación costó 35.000 euros y con el sorteo llegaron a unos 22.000. El dinero que falta se completa a través de las aportaciones de los comercios y de los 100 patrocinadores con los que cuentan. «Es la manera de tener autofinanciación para poder sacar el volumen de carrozas que hay ahora”.

De hecho, en 2007 utilizaban 300 cajas para flores con las que “te podías arreglar” pero hoy están utilizando más de 3.000 cajas. “Ya no sólo es el volumen de las cajas sino que la cantidad de la flor también ha aumentado”.