Por cuarto año consecutivo, Amnistía Internacional en Cantabria organiza una carrera popular solidaria  para recaudar fondos en ayudar a la población civil de un país en guerra, donde parte de su población ve amenazados sus derechos humanos más elementales.

Tras las últimas tres convocatorias, centradas en otro conflicto enquistado -la Guerra Civil Siria-, este año la cita pondrá su atención el próximo 20 de Octubre en un país que vive la peor crisis humanitaria del siglo XXI: la República de Yemen. ¿Como se ha llegado a este “infierno en la tierra”, término con el que muchos analistas califican al actual conflicto?. Sin duda alguna, Yemen fue de los escasos países en los cuales en un principio no hubo derramamiento de sangre en la fase inicial de la conocida como “Primavera Árabe”.

A pesar de ello, la nación arrastraba un pasado rocambolesco de conflictos, guerras y golpes palaciegos: desde su inmediata independencia, la misma había pasado por un “divorcio violento y traumático” -una separación entre un norte apoyado por las monarquías petroleras y conservadoras del Golfo Pérsico, frente a un Sur que era sostenido por estados del bloque socialista, liderado por la Unión Soviética y seguido de cerca por Etiopía, Cuba, la República Democrática Alemana y la República Popular China, hasta la actual guerra iniciada en Marzo de 2015 bajo auspicios de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos; la cual no tiene visos de finalizar en un futuro cercano.

Por medio, se certifican tres décadas de guerras de baja intensidad, como la vivida entre los dos prohombres del régimen tras la reunificación de 1990 (Ali Abdullah Saleh, presidente de la nación unificada y anterior líder norteño frente a Ali Salem al Beidh, ex presidente de la República Popular de Yemen y secretario general del Partido Socialista Yemení), la insurgencia del movimiento Ansar Allah -comúnmente conocidos como “Huzíes”- cuyos líderes de credo chiíta (48% de la población del país) llevan levantados en armas desde Junio de 2004 y ya en guerra abierta contra las autoridades de Sana’a desde 2015, para finalizar con el bloqueo total del país por parte de las autoridades saudíes. Occidente ha olvidado de nuevo los factores relativos a crisis humanitarias, de refugiados y de la violación sistemática de derechos humanos, en aras de la “estabilidad regional” o no contradecir a un socio estratégico en el abastecimiento de hidrocarburos como es el Reino de Arabia Saudí.

No se puede dejar de lado que esta guerra ha mostrado el rostro más duro relativo al cinismo de las autoridades de la Unión Europea: Varios estados miembros (desde Reino Unido a Francia, pasando por España y Alemania), han pasado de largo el embargo de armas y hardware bélico hacia Yemen impuesto desde Junio de 2015. Es más, como informó EL Faradio desde inicios de 2018 y con dos administraciones de distinta filiación política (el Ejecutivo de Mariano Rajoy del PP y su sucesor, Pedro Sánchez tras el cese del anterior gobierno debido a la moción de censura de Junio de dicho año) el buque Bahri Jazan tras haber sido incapaz de fondear en el puerto de Bilbao debido a la presión ejercida por la ONG local Ongi Etorri Errefuxiatuak, ancló numerosas veces en el Puerto de El Sardinero.

Con un cargamento de armas de todo tipo, seguido por varios buques mercantes saudíes cuyo destino era la Guerra de Yemen. Ninguno de los dos ejecutivos citados en líneas anteriores, vetaron la entrada de dichos barcos, bien fuese por motivos de seguridad o por descontado con base a las mercancías localizadas en los containers de los mismos.

Entre 2018-2019, se han certificado al menos cuatro masacres en Yemen -desde un ataque con misiles GRAD a un autobús escolar, el bombardeo indiscriminado de hospitales ocupados supuestamente por la milicia rebelde Ansar Allah, o el uso de drones contra mezquitas de filiación chií-, un bloqueo portuario en Hodeida que impidió la llegada del 80% de los suministros humanitarios, de combustible y comerciales, según recordó la agencia de la ONU para la Infancia en un comunicado, para finalizar con la división de facto del país en tres regiones.

Esto sería un norte controlado por la milicia huzí, la zona central del estado, donde milicias ligadas a Al Qaeda campan a sus anchas y finalmente un sur donde el movimiento secesionista cobra fuerza tras su derrota manu militari hace un cuarto de siglo. Mientras, se dejan de lado los 25.000 muertos contabilizados, los 5 millones de desplazados internos/refugiados y la inseguridad alimentaria que afecta directamente a 8,2 millones de personas. Por ello, SANTANDER CORRERÁ POR YEMEN, el pŕoximo 20 de Octubre.