No sé cuántos lectores pueden tener la literatura dramática, la destinada a la escena, a ser vista y escuchada. Es de suponer que la mayor parte de sus lectores somos aficionados al teatro. Y, en efecto, desde esa condición, además de leerla, la vamos viendo y escuchando, como si fuéramos sus directores, que a nuestra manera la representamos, pues cada director reinventa los textos, de modo que son varios los que se pueden ver y escuchar, sin que cada uno deje de ser el mismo.

La última publicación de la editorial cántabra Alas Ediciones, que acoge en su catálogo géneros literarios diversos, ofrece a los lectores una antología de textos dramáticos del dramaturgo y director teatral Carlos Be, que, bajo el título de “A Margarita y otras obras encontradas”, contiene tres propuestas dramáticas: “A Margarita”, “Peceras” y “Añicos”. Las obras de Carlos Be se prodigan en espacios escénicos, de los llamados alternativos, desde los que han sido profusamente premiados. En Santander tuvimos la oportunidad de conocer su obra “Llueven vacas”, incluida en la programación de Sala Escena Miriñaque.

Las tres obras, reunidas en “A Margarita…”, lo son de personajes y de situación. De personajes normales, con sus anormalidades, en situaciones anormales, que, al ocurrir se normalizan, al formar parte de la situación del mundo de relaciones, que vivimos. A los primeros los define con precisión, con el lenguaje y con sus comportamientos. Un lenguaje acomodado a los comportamientos; las segundas le vienen dadas en la realidad, que nos rodea, todas ellas indeseables, por más que formen parte de los aconteceres humanos cotidianos. Los personajes están aquejados de muchos de los defectos que suponen un obstáculo a la consecución de unas relaciones humanas deseables. El autor no juzga ni a personajes ni a situaciones. Ni se compadece de ni se compadece con unos y otras. Describe los conflictos, por momentos con un distanciamiento irónico, que excluye el humor. Se limita a describir, a contar, ante quien corresponda, en este caso el lector/espectador. Es la función más honesta del teatro.

Las estructuras de los tres textos difieren, en cuanto a la forma de hacer suceder las situaciones, desde la más lineal de “A Margarita…”, hasta la más quebrada de “Añicos”, pasando por la más sinuosa de “Peceras”, lo que ha de repercutir en el grado de dificultad, a la hora de ponerlas en el escenario.

Las tres obras han sido estrenadas en la última década, en teatros de distintos lugares, tanto de España, como de otros países europeos. Alas Ediciones las pone a disposición de lectores, a los que les gustaría verlas y escucharlas en sus representaciones, además de las que ellos mismos se hayan montado al leerlas. Al menos, este lector/espectador.