Bailad, bailad malditos

Facebookeros al ritmo que os toque Israel.
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Y es que Facebook, seguro que lo saben, es un sumidero, una fosa séptica, un albañal que desagua porquería a tutiplén mientras en medio de esas aguas inmundas, un montón de peces ciegos manotea al ritmo del Gran Sion.

Al Kahlout, un freelancer que escribe desde Gaza, cuenta impotente cómo Israel censura sin vergüenza las cuentas de los usuarios palestinos que utilizan términos como “mártir” o “resistencia” y que, a él sin ir mas lejos, le han cerrado una cuenta con más de 25.000 seguidores. Ni que decir tiene que la cosa no ha quedado ahí. Al Khaloud lo ha vuelto a intentar con otras quince, (otras quince cuentas) de nombres y direcciones distintos y no ha logrado rengancharse porque se las han ido cerrando una a una. Y lo mismo le ha ocurrido a SAFA, una Agencia de Prensa Palestina con mas de un millón de seguidores mientras los patrones de Facebook – bailad, bailad malditos – siguen poniendo el culo en pompa a lo que ellos llaman libertad de prensa.

Estoy casi segura que de toda esa manipulación no se ha dado cuenta nadie. Y LOS YO-CHARLIE mucho menos. Aquí la única forma de descubrir el entuerto sería clavarle una estaca en el ojo a Polifemo, perdón, a Poliface y eso, parece claro, no lo vamos a hacer. (¿O si?)

Contradicciones que son como un largo insomnio… incluso es posible que fuera de los propios palestinos nadie crea en las palabras de Al-Khalout. Y es que en toda esta historia hay como un exceso, una monstruosidad casi utópica que al resto del mundo le resulta un poco incómodo aceptar.

Sí, el mundo se queja: las denuncias de los seres que resisten le parecen siempre un poco exageradas. No comprenden, el mundo no comprende, que precisamente la pasión que ponen en sus protestas es el único vínculo que este pueblo tiene con la verdad y que sea cual sea la desgracia que les alcance no quieren, ninguno quiere, renunciar a su desesperación, a su decencia. Así que ahí tienen al Khalout, viendo como cierran una detrás de otra las 15 cuentas que ha ido abriendo en el corrupto Facebook.

Allá, si permiten que lo diga, los palestinos han aprendido a vivir a orillas de la desgracia. Son conscientes de que sin servirse de un montaje como este (me refiero al FACE) ni siquiera tendrían acceso a la palabra, ni siquiera tendrían la posibilidad de expresar públicamente sus ideas o ni ta solo la monstruosa injusticia que ahoga su vida cotidiana.

Las palabras, en definitiva, son su única posesión y también, en estos momentos, su única actividad posible. Su enemigo, bien lo saben, vino para quedarse y no se puede creer ni una sola palabra de lo que dice. Los sionistas, son cínicos y mienten siempre. Hijos y nietos de mentirosos compulsivos están además orgullosos de pertenecer a una estirpe de criminales.

No, el mundo nunca supo, aunque va enterándose lentamente, que quien les crea una sola palabra, está perdido. Desgraciadamente los palestinos se dieron cuenta demasiado tarde. Pero ahora ahí siguen. Reducidos casi a cadáveres, siguen resistiendo. Se podría decir que ya lo han resistido casi todo. Así que por mucho que se empeñen en Facebook, Al Kahloud y los demás seguirán haciéndolo. Ellos, pero también nosotras.

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