Diego Ferrer y Carlos Armiñanzas son dos médicos del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla que han vivido la pandemia de la COVID-19 en primera persona. El primero de ellos trabaja en el Servicio de Neumología, mientras que el segundo lo hace en el Departamento de Enfermedades Infecciosas.

“El hospital sigue funcionando  igual que cuando empezó con el coronavirus. Hay dos partes diferenciadas, una parte Covid-19 y otra parte no Covid-19, para que no se mezclen pacientes positivos con pacientes con sintomatología distinta”, asegura Ferrer, entrevistado por el FARADIO, quien explica que “la parte Covid-19 es más pequeña que en las semanas donde la pandemia fue más agresiva”.

En cuanto al ritmo de trabajo, Armiñanzas apunta que “dentro de lo que se podía era rutinario e intentábamos no ir a empujones para no agotarse». «El ritmo era similar con otro tipo de pacientes”, añade.

Durante los meses de confinamiento a su trabajo se le añadió el no poder hacer una vida diferente fuera que hacía que no pudieran desconectar. Aunque ambos reconocen que en Cantabria se han sentido apoyados por las instituciones.  “Cosas para mejorar las ha habido. Las que se podían mejorar, se mejoraban y las que no se podían se apuntaban para mejorarlas cuando se pudiera”, señala Carlos.

UNA SANIDAD PREPARADA

«En Cantabria se hicieron buenas previsiones y ha permitido que hayamos trabajado en unas condiciones infinitamente mejores de las que han podido tener en otras comunidades. Ha permitido atender problemas comunes que ha seguido habiendo”, cuenta Diego.

Ante la amenaza de un nuevo rebrote Carlos Armiñanzas añade, “si hubiera que dedicar algo más de espacio o de personal, en un principio ya está previsto”.

Por su parte, Ferrer advierte de que “hasta que no haya una vacuna y se siga permitiendo salir a la gente puede haber rebrotes». En consecuencia, recalca que «hay que cumplir con las medidas de distanciamiento social, con la utilización de mascarillas y con todas las medidas higiénicas necesarias, eso es importantísimo”.

Respecto a la producción de las vacunas Armiñanzas manda un mensaje de tranquilidad: “tenemos que ser pacientes en cuanto a sociedad». «Cada uno tiene su trabajo, nosotros en el hospital hacemos el nuestro, los investigadores que ensayan estas investigaciones o vacunas están haciendo el suyo. Tenemos clarísimo en que ellos están tan preocupados como nosotros en que salgan cuanto antes y el hecho de presionar no va a ayudar”, señalaba.

Ambos destacan que hay similitudes entre la gripe y el coronavirus, pero que es muy pronto para asegurarlo ya que para cerciorarlo hay que esperar “un ciclo completo”.